Jeremith anheló besarla con ternura debido a la conexión que había entre ellos en ese momento, deseaba tomarla entre sus brazos y llevarla a un lugar apartado para estar solos, refugiarse todo el día en su amor y su dulzura, sentía que eso aliviaría las heridas de su alma entristecida.
Se acercó a ella para besarla, Rous se quedó paralizada cuando comprendió cuál era su intención, su cuerpo temblaba y su corazón se aceleró; ella más que nadie deseaba ese beso, sentir su cercanía. Por segundos pareció estar dispuesta a corresponder a su beso.
Jeremith dejó sus prejuicios y avanzó sin lugar al arrepentimiento, pero de pronto ella lo evadió con un leve movimiento de su cara a otro lado.
Jeremith comprendió perfectamente lo que ella acababa de hacer, “Es más sensata que yo” Pensó y se apart&oac
Jeremith en sus adentros no comprendía la firmeza de Rous en querer separarse, otra estaría buscando el modo de conquistarlo o de por lo menos quedarse con algún tipo de beneficio económico, pero ella tenía un único interés: irse de inmediato, acabar con el lazo que los unía.Su carácter voluntarioso se aplacó y sus hombros cayeron, cabizbajo soltó su brazo y le dijo:—Quiero llevarte a tu casa.—No hace falta, no iré a mi casa.—¿A dónde vas?—Haré algunas cosas por aquí cerca, no es necesario que me lleves. —Rous no sabía de dónde le salían fuerzas para no llorar delante de Jeremith.Él intentó agarrarla de nuevo y ella lo evadió.—Déjame —Dijo serena pero contundente—. Sé cómo arreglármelas sola. —Le dio la espalda y se marchó sin mirar atrás.Jeremith dio un leve movimiento para seguirla pero el orgullo fue más grande. Se quedó inmóvil observando cómo la figura de su esposa se alejaba segundo a segundo, hasta que la perdió
Rous regresó a la casa de su familia, su primo Albert solo al ver su semblante comprendió que algo grave estaba pasando. Rous no quiso hablar y se fue a su habitación a dormir muy desanimada. Albert llamó a la granja y les avisó a que Rous había llegado a la casa y estaba muy afligida de nuevo. —Rous está como cuando Jeremith murió, bueno, cuando lo creíamos muerto. —¿Qué habrá pasado? —Preguntó la tía Sabrina. —Mañana mismo regresáramos a la manada. —Dijo el abuelo. *** Antes que todos los Remington se reunieran en la sala, Elisa buscó a Jeremith en su habitación y llamó a la puerta. —Hermano soy yo. —Puedes pasar hermana. —Elisa entró. —Te traigo buenas noticias, Bridget llegará mañana, y desea verte, le conté que solicitaste la anulación del matrimonio y se puso muy contenta. —Eso ya no será posible. —¿Qué no es posible? —La anulación del matrimonio, ya se vencieron los
Bridget llegó a la manada y fue a encontrarse con Jeremith a escondidas de sus padres, pues aún no se había aclarado el asunto de su pérdida de memoria y menos lo de su loco matrimonio con Rous. Para evitar que los descubrieran, se vieron en la cabaña campestre de los padres de Alan que se encontraban de viaje.Jeremith llegó primero y paró su auto frente a un gran portón negro de hierro, este era la entrada de la propiedad, allí la esperó.Minutos después llegó Bridget, a medida que se acercó bajó la velocidad hasta que paró su auto al otro lado de la carretera, Jeremith cruzó la calle y se acercó.Bridget bajó de su auto, sus grandes ojos estaban puestos sobre Jeremith, ella lo miraba con cierto asombro en su expresión, era la primera vez que lo veía desde que lo habían creído muerto.Se veía pe
C22Rous estaba deprimida, aunque intentaba demostrar lo contrario delante de su familia y de sí misma. Todos los días buscaba algo en que ocupar su mente, pues cada segundo que estuviera desocupada no hacia otra cosa que pensar en Jeremith al igual como él también la pensaba a ella. Los dos estaban enamorados, pero él la rechazaba por sus prejuicios sociales y por sus evidentes diferencias.Rous también comenzó a desarrollar hacia él un sentimiento de rechazo, no por resentimiento, era algo distinto; como si existiera alguna barrera entre los dos que la hacía sentir ganas de alejarse y no volverlo a ver. Pero por otra parte lo amaba con locura y desesperación, añoraba su amor, sus besos, y el tiempo que antes pasaban juntos.Esa mañana ella se encontraba en el jardín cultivando unas plantas. Mientras lo hacía estaba embelesada en sus pensamientos acerca de Jeremith
Rous demostraba más fortaleza de la que en realidad tenia, en sus adentros enfrentaba una fuerte batalla contra el dolor causado con el menosprecio de su mate. Su alma estaba incompleta, se sentía sola aunque estuviera rodeada de gente. *** Pasaron varios días y Jeremith no supo nada de más de Rous, aunque siempre la tenía en el pensamiento y añoraba verla, pero hacía como que si ella no le importaba. El sábado por la tarde fue a la mansión y buscó una pequilla maleta con algunas prendas de ropa para el fin de semana. Después se marchó al apartamento que él y Bridget tenían para pasar momentos juntos. Cuando llegó ella ya estaba allí con un chef que había contratado para que preparara la cena y ella misma se había dedicado a hacer las demás cosas de los preparativos para la noche. Jeremith se metió en la habitación a descansar, se puso ropa cómoda y se relajó en la cama viendo televisión el resto de la tarde. Por la noche llegaron Michael y Fann
Rous comenzó a reclamar su lugar en sus pensamientos, la verdad era que la deseaba demasiado, incluso más que a Bridget. Durante días había tenido varios sueños mojados con ella y despertaba con erecciones. Esos sueños eran tan intensos como su deseo de estar con ella. Pero Jeremith luchaba contra lo que sentía y se decía a si mismo: "No doblegaré mi vida a ella, me divorciaré y me casaré con Bridget, aunque el alma se me parta en mil pedazos." Estaba dispuesto a sufrir, pero jamás regresaría con Rous. Bridget se había quitado el vestido y debajo tenía puesto un babydoll con porta ligas de color negro que contrastaba con el color blanco de su piel. Jeremith bebió otro sorbo de vino y se fue a la habitación. Encontró a Bridget acostada de medio lado en la cama con una actitud seductora y una hermosa sonrisa, y los ojos los tenía muy brillantes. Jeremith conocía ese brillo y esa mirada en los grandes ojos de su prometida, era un
Cuando quedaron a solas Annie y Rous fueron a caminar y ella le dijo:—Me lamenté mucho cuando me enteré que no ibas a regresar a la mansión, en verdad creí que Jeremith y tú iban a ser muy felices juntos.—Yo también lo creí... en cuanto supe que estaba con vida me ilusioné; creo que me ilusioné de demás.—Aun no comprendo por qué te marchaste así tan rápido, Jeremith no te recuerda, pero si tienes paciencia con el tiempo él empezará a recuperar su memoria y se acordará de ti. Las cosas volverán a su lugar.—Él ya no me ama Annie, aunque recupere sus recuerdos él me menosprecia. Además es muy distinto al Jeremith que conocí y que amé.—Reconozco que es distinto. De hecho siempre ha sido el de ahora, cuando te conoció a ti cambió mucho, se convirti&oacut
Jeremith de inmediato pensó que frente suyo estaba la prueba, Rous y Gabriel tenían una relación. De inmediato le cambió el semblante sonriente y cálido, pasó a ser duro y sus ojos se tornaron de color gris.Bridget casi por reflejo se agarró fuerte del brazo de Jeremith y puso una mirada aplastante sobre Rous. Mientras que a Gabriel le cayó como anillo al dedo que Jeremith hubiera llegado a la feria con Bridget, estaba seguro que para Rous sería un golpe muy duro verlo con la otra, esa sería como una muestra del rechazo de parte de su mate y se decepcionaría de él por completo; así a Gabriel le quedaría el camino más fácil para conquistarla.Una sonrisa malévola se dibujó en su cara, Gabriel levantó una ceja y con cinismo abrió su boca y dijo:—¡Primo qué sorpresa verte por aquí! —Jeremith te