Alan llegó a la mansión y buscó a Rous que había salido con la niña y Antonia al jardín.
—¿Por qué mentiste diciendo que es Gabriel? Eso no es correcto Rous.
—Lo hice porque él le iba a decir la verdad a Jeremith.
—¿Crees que él no descubrirá que no es Gabriel?
—Sé que Jeremith lo sabrá, pero antes pienso hablar con Frederick para que él convenza a su hijo de no decir nada.
—¿Y cómo crees que mi tío te va a hacer caso después que su hijo está encerrado por una calumnia tuya.
—Me voy a retractar, diré la verdad y Gabriel saldrá libre; él quiere esa fortuna, los documentos que yo firmé son legales, no dejaré que Jeremith se la quite, así él callará.
—De todos modos eso está mal.
—Lo
En la manada se acostumbraba que en los casos en que se acusaba a dos o más sujetos por el mismo delito, a estos se les encerraba en la misma celda, allí debían esperar a compadecer ante el juez que tomara el caso.Alan y Rous fueron llevados no a la jefatura, sino a una antigua cárcel fuera de la ciudad, con planes de encerrarlos en una mazmorra como el Alfa lo había ordenado.Primero los llevaron a una fría habitación, allí solo había un par de sillas y una vieja mesa de madera. Esta era una sala de interrogatorio.A Alan lo ataron de pies y manos a unas cadenas en la pared. A Rous la sentaron en una silla y la sujetaron con las manos atrás para que ella no pudiera levantarse. Luego entre dos guardianes del Alfa le dieron a Alan una fuerte golpiza sin que él pudiera defenderse. Rous con cada golpe que él recibía gritaba desesperada por auxilio, como s
Los planes de Frederick de liberar a su hijo chantajeando al Alfa le salieron mal, su sobrino resaltó ser un hueso duro de roer. Él temía que Jeremith fuera a matar a Gabriel, pues desde chicos siempre se habían odiado, y ahora él era un hombre poderoso que solo debía mover un dedo si quería matar a su hijo, por lo tanto pensó que debía hacer algo urgente para mantenerlo a salvo; entonces pensó en algo aún más extremo, y con ello se aseguraría de dejar libre a Gabriel.Pensado se dijo así mismo:“Jeremith Rey, por supuesto, él puede hacerse pasar por el Alfa y ordenar la liberación de mi hijo. Pero antes debo buscar la manera de convencerlo de venir aquí sin que se ponga en mi contra.”Frederick ideó un nuevo plan, y decidió secuestras a Jeremith. Regresó a la habitación del Alfa, Jeremith le dijo
Malcom llevó a un estilista que arreglo el cabello y barba de Jeremith Rey igual que su hermano. Después él se puso el traje que Frederick le entregó, encima se puso la capa del alfa y la insignia en una de las solapas.Jeremith Rey fue a despedirse de su madre.—Dejanos solos. —Le dijo en tono imperante a Malcom.—Está bien, lo espero arriba para llevarlo a la camioneta.Cuando estaban solos se abrazaron. Ella le dijo:—Ten cuidado hijo, tu tío ha demostrado que puede ser muy peligroso.—Lo sé mamá. Pero aun no logro asimilar todo lo que él me ha dicho de mi esposa, ¿De verdad Rous y Jeremith tienen una hija?—Sí, Rous y todos los demás creen que Jeremith es su esposo.—¡Y lo de Alan... no comprendo!—Tu hermano la hizo pasar por muchas humillaciones y la abandonó
Con Malcom de su parte, a Jeremith Rey se le facilitaron un poco las cosas. Ahora su madre estaba libre, aunque había una montaña de problemas que debía intentar resolver. Habló con Reina por teléfono y se cercioró que ella estuviera bien, en poco tiempo llegaría a Chicago.Los Remington estaban enojados con el Alfa por lo que le habían hecho a Alan, y más aún odiaban a Rous porque ella era la causante de tal desgracia.Rous se quedó dormida después que le administraron tranquilizantes, pero no pasó mucho tiempo cuando despertó y se sentó de golpe. Por algunos segundos no recordó nada, pero de pronto todo llegó a su mente, recordó cuando llegó a la clínica."Alan, ¿qué habrá sucedido Alan?"Se arrancó el yelco y se bajó de la cama. Después se acercó al ventanal
Jeremith se detuvo y volteó a mirarlo. —¿Quién diablos te crees para venir a mi mansión a darme órdenes? Rous observó al otro que era idéntico a su esposo, pero no podía comprender qué sucedía. Jeremith la bajó. —El que seas el Alfa no significa que tienes derecho sobre mi esposa. —Rous lo miró con detenimiento, Jeremith Rey le dijo: —¡Apártate de él! —Rous estaba paralizada. Jeremith la garró con fuerza. —No la apartaras de mí, ella es mía. —¡Es mi esposa! Te prohíbo tocarla. —Demuéstralo. —Ya sé que mandaste a quemar el libro para quedarte con ella, pero si vamos al templo quedará demostrado que yo soy su mate. Rous estaba atónita y no le quitaba los ojos de encima a Jeremith Rey. Observó con detalle cada parte de su cuerpo que podía apreciar, sus manos, su cuello. Sintió que un escalofrió la invadió; ese era su verdadero esposo, todo ese tiempo estuvo bajo una engaño. Jeremith se puso furioso y emitió
Cuando Rous fue arriba a empacar sus cosas, Vera llegó de la clínica; se consternó cuando se enteró de todo lo que estaba pasando en la mansión, Elisa y Arturo se hicieron cargo de contarle todo. Ella miró a todos y con tono rezongón ella les dijo: —Esa omega solo apareció en esta familia para causarnos desgracias. —Jeremith Rey le replicó. —Aquí los únicos que han causado desgracias son Frederick y este canalla —señalo a Jeremith—. Que ha abusado de mi esposa asumiendo sobre ella derechos que no le corresponden. —¿Porque dices que Frederick ha causado desgracias? —Porque él me secuestró en día que me casé con Rous. —¡Eso jamás te lo voy a creer! aquí somos una familia decente. —No espero que me creas abuela, es más, no me importa nada de lo que piensen o hagan con sus vidas. —¿Qué esperas para llevarte a esa que no ha hecho otra cosa que atraer problemas a la familia? —Tu nietecito insiste en hacer creer que es su espo
Cuando el auto salió de la propiedad Jeremith Rey le preguntó:—¿A dónde deseas ir?—Ella solo volteó a mirarlo por un segundo.—Creo que a un hotel, hoy no quiero darle explicaciones a mi familia de todo esto.—Está bien. —Jeremith Rey le ordenó a chofer llevarlos a un hotel. Allí pidió una suite.Rous se sentó a darle el biberón a Julieth. Jeremith Rey se sentó cerca de ella y se quedó observando a la bebé.—Está muy hermosa tu hija.—Gracias. —Hubo silencio por algunos segundos. Después Jeremith Rey agregó:—Siento mucho todo lo que sucedió.—Sé que no es tu culpa, pero si me hubieras dicho que estabas usurpando el lugar de tu hermano todo habría sido muy distinto.—Lo sé, y lo lamento, iba a dec&iacut
En el templo, los sacerdotes le dijeron a Jeremith y a Elisa.—Para hacer este sacrifico debe tener un bien propósito para que la diosa lo acepte.—¿Cómo qué propósito? —Preguntó Jeremith.—Su objetivo debe estar dirigido al bien ajeno. —Elisa agregó:—Mi hermano es el Alfa, necesita rectificar y así poder ser el guardián de la manada, creo que eso cuenta.—Sí, si la diosa lo considera un bien líder sí. Sería ideal que el sacrificio se hiciera en una noche de luna llena, así las heridas solo durarían unas horas, pero si lo hace hoy, usted su alteza deberá permanecer en ese estado de sacrificio los próximos días mientras llega la luna llena. Su hermana no puede acompañarlo en el ritual, ella no tiene culpa alguna.—¡Pero serán muchas heridas para que m