Al amanecer, los rayos de sol se filtraron por las ventanas, calentando la piel de los amantes, Robert miró su teléfono celular, eran casi las 9.am, besó el hombro desnudo de Johana y ella lo abrazó con brazos y piernas sin siquiera abrir los ojos, se sentían muy a gusto y así lo demostraron. Más tarde Johana preparó comida para ambos que Robert se encargó de traer y salieron a ver los alrededores, cuando Johana se acercó a la orilla pegó un grito al ver la altura.
—Johana, pensé en todo y olvidé que le temes a las alturas.
—No creo que pueda bajar por el sendero a caballo.
—Ambos bajaremos juntos, Relámpago nos sig
Johana despertó en una habitación del hospital, junto a ella estaba Donna.—Johana, gracias a Dios despertaste.Johana sintió como todo su cuerpo dolía cuando se movió, los recuerdos regresaron con fuerza y el miedo aceleró su corazón.—Robert, ¿cómo está?, ¿donde lo tienen?Donna estaba afligida y una lágrima surcó su rostro.—Donna ¿qué pasó con Robert? —preguntó Johana asustada, su cerebro sabía lo que Donna no le quería decir,
Johana se sentó en la silla de Robert, su estudio olía a él, a su colonia, Johana lloró sintiendo como ese nudo en el pecho le oprimía cada vez más, ella miró a su alrededor sin tener idea de que iba hacer de ahora en adelante, José dio dos golpes en la puerta y Johana limpió sus ojos y con voz quebrada le dio permiso de entrar.—Dígame patrona.—No Cheito, por favor dime Johana.José asintió y se sentó frente a ella.—¿En que te ayudo Johana?—En un montón de cosas, pero necesito saber qué pasó, ¿qué fue lo que ocurrió
Elena se quedó con los niños en La Madonna y Johana estuvo presente en los rezos junto a su suegra, todos la apoyaban y ella debía recordar verse triste, de verdad no era difícil si se concentraba en la pobre María desconsolada, eso le partía el alma, a mitad del triste evento llegaron Néstor Montenegro y su hija Natalie, la rubia entró a la casa con una blusa con cuello en V tan profundo que solo cubría los pezones, eso era por decir lo menos inapropiado, la sonrisita de suficiencia más que descarada, las ganas de Johana por sacar a esa arpía de allí a duras penas podía controlarla, María tomó su mano y le dio un apretón, expresando compartir su molestia.Los Montenegro se acercaron a ellas para dar el pésame y Johana se sent
Robert no aguantaba más, ya se sentía mejor de sus heridas, pero debido a la terquedad de Johana de no ir a él, pues él regresó, Alejandro estaba furioso con él por arriesgar el plan si era detectado por traidores implicados en su atentado, pero Robert era también muy testarudo, Alejandro le prestó el avión y su personal, Robert no podía contactar a ninguno de sus empleados, al llegar a Venezuela, Robert necesitaba alguien de confianza y sabía que podía confiar en Pablo Larsson, era el hombre más discreto y desconfiado que conocía, ahijado de su madre y su familia, a él nadie lo estaría vigilando, Robert lo llamó y Pablo entendió todo muy rápido, apenas se sorprendió, había que reconocer que el hombre sabía cubrir sus emociones, Pablo busc&o
Sonia corrió mirando hacía atrás a cada instante hasta que chocó contra el pecho de Luis.Luis había dejado a Robert escondido en el jardín de Socorro y le indicó esperar media hora, él iba a ordenar que todo el servicio fuera a descansar, por fin llegaba a su casita, se dio un baño y puso un mono de chándal, se sentó en el sofá y se disponía a encender el televisor cuando escucha el grito de una mujer.—Maldita sea ya lo descubrieron —dijo en voz alta y salió de su casa en cuanto estuvo unos cuantos metros de su puerta apareció Sonia con dormilona y bata a juego de satin azul rey y el cabello castaño claro suelto, la mujer estaba espantada y corr&iacut
—Pues tienes razón, esto así no funcionará, yo no soy cualquiera a la que vas a montar cuando te place y luego me trataras con descaro haciendo comentarios hirientes y mandandome a mi mansión, ya he pasado por esto y no; muchas gracias, pero no necesito de esto —Sonia se llenó de dignidad, pero como mujer, no era por distancias sociales, deseaba al hombre contra toda razón y lógica, no podía permitir que la tratara como una perra en celo, eso le dolería demasiado, elevó la nariz y con la gracia de una reina continuó—, si tienes ganas de esto con una mujer calladita y sin dramas, hay sitios especializados con mujeres dispuestas que lo ven como trabajo… Luis se echó a reír entendiendo que ella interpretó mal su último comentario, pero es que él nunca sabía cuándo cerrar la boca, pero ella quería algo más, no pudo evitar sentirse complacido de que ella no lo viera como un juguete sexual de carne. —¿Quieres romance Sonia? —dijo él disimulando su alegría, había la posibilidad de que
Johana le contó todo a Robert de lo ocurrido esa noche, omitió los comentarios despectivos de Néstor a María y José, ese no era su problema, decir que Robert estaba furioso era quedarse corto. —Eso no tiene ningún sentido, yo sabría si los terrenos no fueran legítimos. —Él evadió el tema, dijo que quizás sabrías o quizás no, que era algo que él no cobraría, pero ahora que cree que Mariana no es tuya, pues no quería que el legado Mendoza quedara en alguien ajeno. —Puras patrañas, ese hombre me debe hasta su sombra, es imposible que no me hubiera sacado una buena tajada por mi tierra. Robert quiso levantarse y Johana no lo dejó, por el contrario buscó una compresa con hielo y elevó su pierna con dos almohadas. —Pues ahora él no se espera que estás vivo y piensa sacarnos de la hacienda y no pagar un medio de lo que le prestaste. —Claro, porque se lo presté a título personal y no utilice a Grupo Mendoza para cuidarlo, para que no descubrieran que estaba quebrado y el infe
Susana estaba en España recabando información, el nombre Asdrubal Bernal encerraba muchas cosas, figuraba como el dueño de una fundación falsa que recibían dinero de Grupo Montenegro y Ranch Cold desde que fue propiedad de Néstor con Rubén Mendoza, padre de Robert, la fundación de Asdrubal recibía dinero porque Rubén aprobó eso, ahora ese tal Asdrubal había contratado los matones que atacaron a Robert y a Johana, Susana sabía que no podía ser casualidad, pero el hombre descrito por el hombre que Johana hirió era un Asdrubal Bernal joven, eso no tenía sentido, si Rubén le había pagado hace más de veinte años no podía ser un jovencito, obviamente el maleante mentía, pero no había necesidad si ya había dado el nombre, ¿quién era ese hombre?, el teléfono de Susana sonó y era su hermano, ella contestó de inmediato, tenía muchos días con ganas de hablar con él y no contestaba llamadas. —Imbécil, por fin te dignas a recordar que tienes hermana. —No podía hablar contigo, ni siquiera es