Venezuela, Hacienda La Madonna.
Días después todos los Martino compartían en la Madonna de unos días libres para Dante, pronto construiría ahora en Milán y cercano al hotel Larsson Milán, un centro comercial encargado por Sebasthian Larsson, era familia, pero no por eso exigía menos, así que Dante quería dejar a La Madonna en manos capaces para él poder ausentarse tanto tiempo, no le gustó como lo hacía el anterior administrador y lo despidió, pero no entendía cómo era posible no haber conseguido a nadie para el puesto de administrador durante este tiempo y ya debía marcharse, no tenía otro remedio, solo había alguien que podía ayudarlo y le daba pesar pedirselo, pero no tenía opción, su hermana menor, Johana.
Traer flores al campo…, no las quiero, mandalas a tu prometida, hacen juego con el anillo que le diste, a mí solo dame el divorcio.Johana.Robert arrugó la nota que envió Johana, no era la respuesta que esperaba, Octavio esperaba mirando el suelo en el estudio de Robert.— ¿Por q
En la mañana siguiente en La Mágica Cascada recibían un camión lleno de estiércol de cabra, era excelente abono y Johana lo consiguió a buen precio, Johana ordenó abrir las puertas de La Mágica Cascada al camión, nadie rechistó, y mandó una tarjeta a Robert con un empleado. Esto es lo que representas para mi. Tu hasta hoy esposa y que quiere el divorcio
—Pequeña, no puedes ir tan lejos de mami, todos están preocupados —Robert observó que la niña estaba sentada en una piedra con los pies metidos en el agua y sus zapatos a un lado de ella.—No estaba sola, Bandido me cuidaba —contestó la niña sonriéndole a Robert.Robert bajó de su caballo y amarró la rienda a un árbol, sacó su teléfono celular y marcó a Johana, ella atendió al primer repique.—La encontré, estaba con Bandido…—Gracias, Dios mío, ¿pero ella está bien? —preguntó Johan
—Susana cuéntame —atendió Robert la llamada a la ahora encargada de sus empresas en Europa, después de que Susana quedara sin el apoyo de su familia, Robert la puso al frente mientras él se dedicaba a recuperar a Johana.—Mande jefe —Susana se echó a reír—, ¿qué te pasa?, te escucho agitado.—Mi esposa… —murmuró, sintiendo que Johana es la única mujer que lo hace sentir todo en su máxima expresión, el deseo y también la furia.—Robert, agarra a esa mujer y dale un buen maratón de sexo, no parecen cosas tuyas.R
—Dios mío, al menos te dejan dormir o a toda hora recibes informe de los chismes de todo lo que pasa en La Madonna —respondió Johana con altivez.—Ni las cámaras de vigilancia del Pentágono son tan efectivas como los chismosos en La Madonna y si incluye a alguien de La Mágica Cascada ya pueden darle clases a la KGB.Johana dio un bufido, seguía furiosa.—Dante te advierto que si estás llamándome para darme un sermón…—Para ahí Johana, que la de los sermones es Belinda —la interrumpió Dante con autoridad—, entiende que no puedes dis
Robert se mordió la lengua, debía conservar la calma porque a esta nueva Johana, altiva y respondona deseaba ponerla sobre sus rodillas, ella lo veía muy seria.—Sigueme a mi estudio y allá conversaremos mejor.—Muchas gracias, yo que el día de hoy casi te vuelo la cabeza y tú siempre tan correcto y educado.—Sería mejor que ponerte sobre mis rodillas y darte los azotes que debería darte, por largarte con Alejandro De las Casas, ocultarme a mi hija, por mandarme un camión de mierda, por robarme los embriones de ganado y casi matarme, así que mejor vamos a mi estudio y resolvamos esto como gente civilizada.<
Al siguiente día, Johana desayunaba con Sonia y Socorro muy temprano, ni siquiera había salido el sol.—Sonia, que raro te levantaste tan temprano —dijo Johana, para Sonia era normal levantarse después de las 9.am.—Debo preparar todo para el inicio de mis clases de modales e italiano a las chicas del servicio, tengo muchos años en pausa, aquí y en el orfanato también quiero iniciar de nuevo, debes coordinar también mi aula en La Mágica Cascada, ya que ahora estamos aquí viviendo, puedes ordenar que yo vuelva a dar clases allá o que las chicas vegan aquí.—Eso lo puedes coordinar con la señora María por teléfo
Johana regresó a La Madonna, supervisó con los brazos cruzados como los empleados de La Mágica Cascada regresaban el ganado entre risas, sumando setecienta cincuenta del ganado de Robert, Johana debía reconocer que mandó en verdad ganado de primera.Johana citó en el estudio de Dante al nuevo administrador.—Señor Luis, necesito que se asegure que a toda hora del día haya vigilancia, aquí hay suficientes empleados.—Señora, perdóneme el comentario, pero el robo que le hicieron tuvo una excelente recompensa, le conviene que su esposo la siga robando —Luis sonrió por primera vez desde que Johana lo conocía, a ella le molest