Después de aquel encuentro donde Robert fue quien ayudó a su hija a venir al mundo, sin saber que de hecho se trataba de su propia hija, se fue del rancho de Alejandro De las Casas sintiendo un vacío que se acentuaba al recordar lo feliz que fue esa corta temporada con Johana en Milán, pensaba que debió haber hecho caso a Pablo ese día que se enteró de que Johana era la prometida de Alejandro y divorciarse sin más, él solo quería su vida de antes, pero ahora estaba peor, porque sabe que Johana le ha dado el mejor regalo a un hombre que no es él, y aunque en el momento que se casó con ella no quería tener hijos ver a esa pequeña criatura tan hermosa entre sus brazos lo hizo sentir vacío porque ahora no sería ese a quien esa voz tierna llamara papá en el momento que aprenda hablar.
Mientras tanto en España, Natalie entró al despacho de su padre en casa, Jorge estaba con él.—Papi, ¿me llamaste?.—Cómo es posible que aún no hayas conseguido casarte con Robert —dijo de mala manera Néstor—, eres una mujer hermosa, lo buscas, has aceptado de todo para estar con él y ni despechado logras que se case contigo.—Papi, pero es que no he podido salir embarazada y esa mujer no le da el divorcio, en cuanto salga en estado, él se casará conmigo de inmediato.—Estoy rodeado de incompetentes. Johana recibió un mensaje de Alejandro, estaba llegando para acompañarlos en la fiesta y Johana bajó al lobby para recibirlo, tenían poco más de un mes sin verse y él estaría contento de ver a Mariana.Johana acompañada de Alejandro entraron en el área enorme de la piscina infantil techada con apariencia de isla del caribe, estaba llena de personas, pero Johana de inmediato detectó entre el mar de gente a Robert, su corazón comenzó a latir a millón, él estaba con Natalie del brazo, la perfecta rubia preciosa de alta sociedad, como siempre salían en revistas, verlos en persona le hizo hervir la sangre y los celos fluyeron como lava ardiente, María y Mercedes De Larsson, estaban muy cerca de Mariana, Johana puso su mano en el anCapítulo 31 Amor y odio.
Johana salió del restaurante a paso rápido, subió por el ascensor iba a su habitación, recogería su maleta, a su hija y se largaría, ella presentía que era un error venir a París en ese momento«Es claro que se hospedaría en el hotel Larsson»Se dijo Johana a sí misma, siempre en el fondo supo que vería a Robert en este viaje y sentía mucha rabia de que él la afectara de la misma manera que hace cinco años, aunque antes hubiera visto Natalie pegada a él su corazón era tan necio que insistía en amarle, al abrir las puertas del ascensor en el piso vip los niños tenían el caos propio de la infancia, a la banda de los primos Martino se un&ia
—Robert, creo que Mariana es tu hija.Dijo María sin preámbulos apenas estuvieron dentro de la suite de María y cerraron la puerta, Robert sintió tambalearse y una sensación agradable invadió su pecho, pero pronto negó con la cabeza.—Eso es imposible mamá —dijo negando y con tanto dolor que se dejaba notar en sus palabras.—Hijo, pero ya pasaron muchos años desde tu operación, aunque remota, existe la posibilidad de que pudieras haber dejado embarazada a Johana antes de que se fuera de Milán, los tiempos cuadran.—No mamá, qué
Robert esperó la llegada de los Montenegro, se reunió con ellos en la habitación que ahora es de Natalie, con ella aun llorando, Néstor con su esposa y sus sobrinos tuvieron diversas reacciones al ver a Natalie llorando, su madre fue con ella de inmediato, Susana se quedó en la puerta, Jorge apretaba la mandíbula.—Los veo aquí porque no quiero que quede la menor duda ni se preste a confusión —dijo Robert a todos—, Néstor necesito que agilices tus cosas, porque no me casaré con Natalie.—Poco hombre y sinvergüenza —respondió Néstor—, con todo lo que te has aprovechado de mi hija hoy la botas como un pañuelo usado. —¿Qué haces aquí? —preguntó Johana con voz entrecortada tratando de que no se le notara lo loca que la pone Robert.Robert metió su nariz dentro de su cabello a la altura del cuello y aspiró.—Buscarte, en mi eterno afán por encontrarte.Johana cerró los ojos, no pudo retirarse, de hecho es posible que se pegara más a él, ella no lo supo, solo que sus brazos la apretaron más y podía sentir cada parte de él pegada a su espalda.—No puedes estar aquí —susurró Johana—, tú estás comprometido y no est&aacutCapítulo 35 Deshinibida.
Mientras que Robert se coló en la fiesta, Susana fingía estar desmayada, cuando ella pensó que ya era suficiente como para que alguien dentro de la fiesta lo echara y que ya no ocurriría, se levantó y se disponía a irse a su habitación, agradeciendo a los caballeros de seguridad y garantizandoles que estaba bien, ellos con suspicacia vieron dentro de la recepción y todo estaba normal, ambos se miraron y prefirieron dejar todo así y que la hermosa chica un tanto pasada de copas se fuera antes de hacer otro escándalo.Susana con muchas ganas de reír dio la vuelta y vio de frente a Alejandro De las Casas, ella lo conocía, pero no eran amigos, a ella no le agradaba la manera de hacer negocios de Alejandro y no dudaba en hacercelo saber. Robert habló con muchos empresarios y plasmó a sus empresas Grupo Mendoza para sus propios negocios, nunca nombró a Grupo Montenegro y hábilmente sorteó las preguntas de otras personas alegando que Néstor Montenegro aún estaba fuerte como un toro y no se retiraría aún, poco a poco fue tratando los planes que quería aprovechar con el fin de conseguir beneficios y esperaba el momento apropiado para busca a Alejandro, lo vió terminando de hablar con un grupo de empresarios y Robert se acercó y le habló después de años de no dirigirse la palabra, desde que nació Mariana y no llegaron a los golpes porque para ambos la principal preocupación ese día eran Johana y Mariana.—Alejandro…Último capítuloCapítulo 37 Manejo de la ira.