Alejandro llevó a Johana de nuevo al hotel, no sin hablarle de lo maravilloso que sería si ella aceptara el trabajo que él le ofrece, Johana lo escuchaba, pero su mente no era capaz de procesar nada con entusiasmo, subió directo a su habitación y no buscó a Sonia, Johana siempre regresaba de la universidad al final de la tarde y de seguro no la esperaba, quería dormir, pero le era imposible, no podía sacarse de la cabeza la imagen de Natalie exhibiendo un enorme anillo, Johana miró su anillo en el dedo y lo arrancó con rabia, se levantó con la intención de botarlo por el inodoro y sonaron tres golpes ligeros en la puerta; Johana fue a atender, era Justin, el gerente del hotel.
—Hola, cómo estás— dijo Justin con una sonrisa amistosa y le ofreci&oacut
Robert no podía esperar, se sentía desesperado por llegar junto a Johana, explicarle sus motivos, el vuelo se le hizo eterno, pero finalmente había llegado al hotel Larsson, buscó a Johana en su habitación de inmediato, no estaba, fue a la universidad y ella no había asistido, llamó a su mamá, María le pidió regresar al hotel.Robert llegó a la suite de su madre, María lo vio tan demacrado que no pudo evitar tomar su cara entre las manos y abrazarlo.—Hijo, cómo es posible que hayas complicado tanto tu vida.—No es tan complicado mamá, es un teatro, es para ayudar a Néstor. Un mes después Johana estaba en un lujoso restaurante almorzando con Sonia y Alejandro en Kentucky, Estados Unidos, celebraban que Johana había gestionado su documentación reconocida como Johana Martino Perdomo, era algo que Dante llevaba tiempo gestionando y lo había logrado.—Bueno mi niña ya eres un Martino en papel, lo celebro, pero no creo que sea para tanto, ya yo te consideraba una Martino.—Y eso para ti es un logro —le dijo Johana divertida—, verás Alejandro, aquí mi mamá Sonia piensa que ser un Martino es como ser de la realeza.—Qu&eaCapítulo 23 Destinos.
Johana montó un caballo, desde que llegó al rancho era algo que le encantaba, siempre quiso aprender a montar a caballo, ahora había aprendido, el rancho de Alejandro era enorme y había un espacio para entrenamiento de diferentes disciplinas ecuestres, como circuitos para salto y espacio para entrenar caballos para rejoneria con toros, ella prefería irse al área sin caminos y rutas, paseaba entre árboles hasta un río, eso le gustaba, le permitía pensar entre la naturaleza que ella adoraba, en este tiempo se había acercado mucho a Alejandro, aunque cuando él viajaba ella se sentía mejor, sabía que era muy tonta al pensar que era infiel, sobretodo viendo a Robert en redes sociales con Natalie del brazo, la fusión de grupo Mendoza a grupo Montenegro había sido descrito como un imperio empresarial, palab
—Alejandro, debo hablar contigo.Johana buscó a Alejandro en su despacho, él veía su computadora, estaba trabajando.—Debo irme Alejandro, iré a París, allá están mis hermanos.—Johana, no quisiste ir antes a París, no querías enfrentarte a tu familia, espera hacer aquí tu postgrado.—Es que mi condición ha cambiado Alejandro, ahora debo replantearme todo.Alejandro pasó sus manos por la cabeza e iba a hablar, pero paró, lo pensó treinta segundos y dij
A lo largo de la vida todos nos hemos sentimos con una espinita molesta que nos lastima diciéndonos que algo, o más a menudo alguien, nos falta, sin embargo, aprendemos a vivir con esa falta, e incluso llegamos a superarlo. Le llaman seguir adelante, madurar, o aceptar nuestro destino, tanto Johana como Robert, aceptaban que su destino nunca fue que ellos dos se juntaran, la espinita de Robert era su orgullo lastimado, la certeza de haberse enamorado y no haber sido correspondido, para Johana sin duda era más difícil.Johana podía sentir cómo su cuerpo cambiaba, como otra vida se desarrollaba en su interior, dando patadas y haciendo crecer su vientre, estaba aterrada por no poder dar a su hija alguien que la representara, que dijera ante el mundo sin rastros de vergüenza “esta niña es
Robert llamó a sus abogados de Milán les indicó prestar la colaboración para que procediera la demanda de divorcio, pero se sentía mal, porque el día que decidió casarse con Johana lo hizo con determinación, como todo en su vida, Robert era estricto con el mismo y una vez se decidía a hacer algo lo hacía bien, su matrimonio era su único proyecto fallido, algo que ni siquiera pudo comenzar, la intriga de no haber podido ver a Johana después de haberla sentido tan de él le molestaba, así que continuó su plan de llevar su vida como era previa a Johana, pero con más intensidad, trabajaba más, dormía menos, y disfrutaba de más mujeres, ahora que con Natalie la cosa era furtiva, no tenía que estar pendiente de que ella no lo descubriera, era lo mejor. Eso se repetía… Aunque muy pron
La tormenta era furiosa, pensó que era cosa de un momento y podía regresar, ahora sentía un miedo real de aventurarse hasta la casa, los vientos eran tan fuertes que ella sospechaba podrían hacerla volar y su estado era delicado, un dolor sordo en la espalda baja que sentía persistente de a momentos y se aliviaba después la hizo lamentarse. Un apagón la dejó por completo a oscuras, se asustó no pudo evitarlo, pero al minuto el generador de emergencia hizo regresar la electricidad permitiéndole ver de nuevo a su alrededor. —Johana estás embarazada —observó Robert asombrado aún negándose a creer lo que sus ojos veían, era ella y tenía un enorme vientre. Johana brincó del susto, no podía creerlo, tenía 8 meses que no veía a Robert Mendoza, el dolor sordo ahora más fuerte regresó haciéndola encorvar,
Después de aquel encuentro donde Robert fue quien ayudó a su hija a venir al mundo, sin saber que de hecho se trataba de su propia hija, se fue del rancho de Alejandro De las Casas sintiendo un vacío que se acentuaba al recordar lo feliz que fue esa corta temporada con Johana en Milán, pensaba que debió haber hecho caso a Pablo ese día que se enteró de que Johana era la prometida de Alejandro y divorciarse sin más, él solo quería su vida de antes, pero ahora estaba peor, porque sabe que Johana le ha dado el mejor regalo a un hombre que no es él, y aunque en el momento que se casó con ella no quería tener hijos ver a esa pequeña criatura tan hermosa entre sus brazos lo hizo sentir vacío porque ahora no sería ese a quien esa voz tierna llamara papá en el momento que aprenda hablar.