Cómo poder explicar esto que está quemándome el pecho y el alma, cómo. Simplemente no hay palabra alguna para describir su imagen frente a mis ojos. Jane está dejándome nuevamente, después de todo si es una mujer egoísta, por irse y dejarnos solos a nosotros dos. Nosotros que tanto necesitamos de ella.
—Es un placer hacer negocios, Cooper — López tomó los documentos y tras guardarlos en una carpeta, se marchó del apartamento.—Nosotros también nos vamos, cariño. Todo esto le está afectando a nuestro hijo — Fiorella se quedó en la puerta con el niño en brazos. No hallo que hacer —. ¿Qué estas esperando, cielo? Ella ya se ha ido a un mejor lugar.—Dante… — susurró muy débilmente Jane desde el suelo —. Dame a mi hijo…—¡Que—Ya han revisado al pequeño y está en perfecto estado. Ahora mismo le están dando leche, pues moría de hambre — sonreí —. ¿No han dicho nada los doctores?.—Es un alivio que este bien... mi pequeño — el corazón bombea de felicidad al saber que tengo un hijo —. Ya llevan mucho tiempo ahí dentro.—Va a estar bien, es una chica fuerte — suspiré —. Han agarrado al abogado, por fortuna Elián ha sido muy rápido en llegar al edifico. Se lamenta el no haber llegado a tiempo...—Esta vez no dejaré que por nada del mundo esa rata salga de la cárcel — apreté los puños —. ¿Cómo es que se ha escapado de la cárcel?.—La corrupción, hijo. Doménico pagó por su libertad — nuestras miradas se encontraron y sonri&oac
JaneDesperté en medio del dolor y la preocupación por mi hijo y Dereck, en una cama de hospital. Las enfermeras por más que me dijeron que todo está bien, hasta no ver a mi hijo y a ese hombre con mis propios ojos, no voy a creer. El vientre duele demasiado, hasta para poder hablar me duele la herida. Aunque sea para mover un brazo o al estirarme un poco, es arder en el infierno. La zona herida quema, arde. Al escuchar la voz de Dereck me quedé totalmente quieta, por lo menos sé que está bien y esos locos no le hicieron ningún daño.—Mi hijo, ¿dónde está? — traté de levantar la cabeza, pero se me es imposible moverme —. Dime que está bien...—Lo está, no te preocupes de nada. Nuestro hijo está a salvo — asentí con la cabeza —. Quédate quieta, se te va a abrir la herida de tanto movert
Al llegar a la casa todo estaba listo para nuestra llegada, así como lo dijo Dereck. No quiero ilusionarme ni hacerme ideas que no son, pero se siente muy bien que tenga todo preparado con anterioridad. Me demuestra mucho y poco a la vez. Me ha logrado confundir ante las atenciones de los últimos días. No hemos tocado el tema de aquel día, tampoco me ha dicho nada sobre Dante. Quizá y esté esperando a que estemos en un lugar privado para aclarar todos nuestros inconvenientes. La enorme casa me parece un castillo sin comienzo ni final. Han de haber más de diez habitaciones en ella. Lo que siempre me gustó y me sigue gustando es la sala, tiene un toque francés por donde sea que la mire. Las pinturas son muy hermosas.—Te llevaré a la habitación para que puedas tomar una ducha — me volvió a tomar en sus brazos frente a todos y escondí el rostro en su pecho por la verg&uum
—Y según tú, ¿qué es lo que he hecho de mal como para que tengas una lista? — quise reír por la velocidad en la que levantó la cabeza para mirarme. Fue estúpida mi pregunta, pero este juego lo ganaré yo.—¿Y tienes el descaro de preguntarme semejante estupidez? — deslizó sus manos por mis piernas hacia arriba y mi cuerpo empezó a temblar —. Te daría una buena nalgada, pero te la pasaré esta vez por la herida.—No crees que es momento de hablar — dejó las manos quietas en mis muslos y negó —. Quiero que todo quede claro entre tu y yo.—¿Acaso no estamos claros? — cruzamos mirada por segundos y sonrió —. Haber, ¿de qué quieres hablarme? Te doy la palabra.El nudo se formó en mi garganta de inmediato. Me ha puesto en una situaci&oac
DereckSegún Karina trajo los medicamentos consigo, Jane se los tomó de mala gana. Sus celos le brotan por cada poro de su piel al verla, no creí que fuera tan celosa mi mapachita. La verdad no sé qué hacer con esa mujercita que me tiene atado a su merced. Tan bien que la estábamos pasando en la ducha, estaba calentándome con esa dulzura, sensualidad que solo ella posee. Estaba a punto de perder los estribos y el tenerla desnuda no estaba ayudándome de nada.—Gracias por todo, Karina.—No hay de qué. Hasta mañana — sonrió y salió de la habitación.—¿Cómo te sientes? — pregunté quitando la sabana de su cuerpo —. Te quitaré esa prenda y te cubriré con algo más grueso, puedes agarrar un resfriado si te quedas mojada…—Me siento mejor, gracias
El reposo de la herida de bala fue mucho más doloroso de lo que me imaginé. No sabía que dolería tanto a la hora de toser, reír e incluso al caminar; además de todos los cuidados que se deben tener para que no se infectara la herida. Conforme pasaron las semanas, el dolor iba desapareciendo de mi cuerpo. Ahora solo me quedan las pesadillas de aquel día, y la pequeña cicatriz en mi vientre. Dereck ha sido de gran ayuda para ir sacando esa escena de mi cabeza, y por más que trate de dejar en el olvido, se me hace imposible con solo las horrendas pesadillas que me dominan en las noches.La relación con Dereck va muy bien, sin embargo, aún no hemos hablado de lo que somos en el ahora. A veces me da uno que otro beso, y otras simplemente son besos fugaces en la cabeza. Quiero creer que su comportamiento extraño, se debe a que la colección está apunto de lanzarse y no porque esa
Miles de pensamientos se cruzaron por mi cabeza en una milésima de segundo. ¿Qué es lo que me va a proponer ahora? ¿Por qué está jugando conmigo de esta manera? ¿Acaso no puede decírmelo ahora mismo? ¿Por qué tengo que usar un vestido? No puedo evitar sentirme nerviosa ante lo que me irá a decir en treinta minutos.—Demonios — caminé ligero de vuelta a la casa y en el pasillo me estrellé con Karina.—Jane...—Luego me dices, Karina — seguí de largo sin ponerle atención.No quiero ser impuntual con Dereck. Siento que la intriga me está carcomiendo el alma muy lentamente con cada segundo que corre. Todo se me olvidó por completo, tanto así, que hasta olvidé decirle a la Sra. Esther sobre la cena. Pero mi mente está en modo nervioso, no ve, no oye y no entiende. Derec
Dereck—¿Estas de acuerdo o no? No has hablado en ningún momento y ya estoy pensando que no quieres hacer nada conmigo — negó repetidas veces con la cabeza —. Entonces, ¿Qué tanto piensas que no te permite hablar?.—No, por supuesto que sí — enarqué en ceja —. Digo… — respiró profundamente —. Por supuesto que me parece una buena idea de juntar ambas colecciones y hacer un solo desfile. Si Antony y Paul están de acuerdo, yo igual — se ve cabizbaja —. Es solo que pensé que me dirías otra cosa.—¿Cómo qué? — entramos al elevador y rió nerviosa.—No me hagas caso — se calló por pocos segundos y volteó a verme con las manos en forma de jarra a su cintura. ¿Aun estará enojada por la bromita? —. ¿Sabes qu&