— Maldición…
— ¿Estás bien? Oye, Jane, discúlpame. No te vi — Elián salió del auto visiblemente preocupado, pero al verme me soltó esa sonrisa que es digna herencia de los Cooper —. Ven, déjame ayudarte.— Gracias — tomó mi mano y me ayudó a poner en pie. Quería decirle que todo había sido por mi culpa, pues no debo llegar tarde para con su hermano.— Ayer Dereck arruinó nuestra conversación. ¿Quieres tomar algo?.—Te lo agradezco, pero en este momento no puedo. De hecho, estoy en jornada laboral.—Dereck te explota mucho — reí mordiendo mi labio —. Bueno, entonces que dices si me das tu número y en cuanto estés libre te llamo y nos vemos por ahí.—No me parece que sea correcto…Dereck—Sr. Cooper, no cometa una locura. Usted es un hombre muy importante que no merece manchar su vida con una persona que no vale nada como yo — fruncí el ceño ante las palabras de Jane —. Recapacite, piense antes de actuar. La rabia no trae nada bueno. El asesinato le dañaría su impecable carrera, Sr. Cooper. Si ese es le caso, yo renuncio.¿De qué carajo está hablando?.—Sé que me odia, que soy un desastre de secretaria; y además de ser fea y no darle estética a su oficina. Pero, matar a una persona por tener defectos, no está bien hecho. No sé qué le hice de malo como para que llegue a ese excesivo punto de odio…Una risa fuerte y ronca salió de lo más profundo de mí. Esta mujer o no conoce de malicia o simplemente es virgen… Bueno, aunque con ese traje de mapache que antes se
JaneSus palabras son como un encendido automático para todo mi cuerpo. Temo a esa mirada tan cargada que me hace sentir pequeña ante sus ojos verdes. Está igual de agitado que yo, y la posición tan incomoda en la que estamos no me permite mover un solo músculo de mi cuerpo, pues si me llego a mover, siento que eso que tiene entre las piernas me atravesará la ropa y la carne en cualquier momento. Su grande mano masajea y aprieta suavemente mi seno izquierdo; provocándome una corriente por la espina dorsal. Su mano es tan caliente, que aun y encima de la blusa puedo percibir esa calidez. Temblé al percibir sus labios muy cerca de mi cuello. Su aliento chocó directamente en mi piel haciéndome estremecer. Cerré los ojos con fuerza y apreté todos los músculos, cuando su lengua hizo contacto en mi cuello. Mordí mi labio inferior con fuerza, casi con esa misma con la que acaricia
Las mismas lágrimas me impidieron hablar, pues el inmenso nudo combinado con el dolor me lo impedían. Recordé cada uno de los momentos que viví junto a mi abuela; fue ella quién me crío, la mujer que me enseñó todo lo que sé en la vida, ella me dio el amor de una madre incondicional. Parecíamos una sola. El corazón se me hunde cada vez hasta el centro de mi estómago, no soy capaz de mantenerme en pie. Me dejé caer en el suelo sin importarme absolutamente nada ni nadie. Ahora solo quiero llorar y sacar todo este dolor que siento en el pecho. Le había prometido ir por ella y traerla conmigo, pero no quiso, su vida entera era estar en esa casa; junto a las cenizas de mi abuelo. Cubrí mi rostro con ambas manos y grité fuerte, pensando que eso menguaria el dolor de su partida. Mi niñez llegó a mi mente como retrospectiva de lo que viví con ella. No hab&iacu
Tomé la carta en mis manos y me alejé de todos. Fui a mi lugar favorito y me dejé llevar por la hermosa letra cursiva de mi abuela. Cada una de sus palabras me hicieron agonizar más de dolor.Para: Jane.Sí estás leyéndome tras esta hoja es porque ha llegado el momento de dejar esta tierra e ir junto a tu abuelo, a lo más alto del cielo o dónde sea que nuestras almas descansen. Mi niña, no llores, no estés triste. Verás que ya viví lo suficiente como para no merecer un buen descanso, uno que tanto necesitaba. Desde que vi tu carita por primera vez me quedé hechizada por los bellos ojos que tienes, mi Jane. No eres mi hija, pero te amé y te amaré como una. Tenerte en mis brazos desde pequeña fue lo mejor que me pasó en la vida. Yo no estaré más a tu lado, pero estaré cuidando cada uno de tus pasos y estaré
Me quedé en completo silencio tratando de comprender por qué esta aquí y por qué ha dicho tales palabras. Su brazo me sostiene fuerte por la cadera al tiempo que me dedica esa sonrisa capaz de enloquecer a cualquier mujer que la vea. Connor carraspeó, acto que me llevó a mirarlo. Su rostro está igual de confundido que yo.—Lamento haber llegado tan tarde al funeral de su abuela, pero lo importante es que estoy aquí — susurró suavemente en mi oído —. Le dije que la acompañaría, Wilson. ¿Por qué se empeña a llevarme la contraria?.Besó mi mejilla y el corazón brincó con mucha más fuerza. ¿Ahora qué se trae este para conmigo? No hallaba que decir entre estos dos hombres, pues el aparecimiento de mi jefe me ha agarrado fuera de lugar. No me lo esperaba.—No era necesario que vinie
DereckDebo estar muy mal de la cabeza como para haber venido tras Jane y sobre todo, presentarme ante su familia como su novio. Yo no sé qué es lo que está pasando conmigo. Este hombre claramente no soy yo. Las palabras de Adrián aún hacen eco en mi cabeza, pues luego de ayudarlo a conseguir la casa donde vivirá con Gabriela; me dio biblia sobre el amor y la oportunidad que debo aprovechar en cuanto me llegue. Todo ese tema me tiene hinchado, no siento a alguien dentro de mi corazón. Jane se ve muy nerviosa e incluso no ha dejado de comerse las uñas durante el camino a su casa. Me sorprendió muchísimo saber que Jane viene de una buena familia y con dinero. Lo que no entiendo es cómo vive en un lugar de clase media teniendo el dinero suficiente para pagar por un buen apartamento. Prácticamente no tiene porqué trabajar para mí... y aún así, lo hace.
—¿Qué cree que hace? Usted no va a dormir aquí — se apresuró a decir volteándose rápidamente hacia mí —. Le diré a una de las empleadas que le prepare una habitación, hay suficientes disponibles.Trató de levantarse de la cama, pero la aguanté por el brazo haciéndola caer encima de mí. Se quedó sorprendida mirándome con esos ojos avellanas brillosos y rojos por las lágrimas.—Para que va a molestar a las empleadas, ya ve que han de estar ocupadas — acomodé un mechón de cabello tras su oreja. Sus brazos están tensos a cada lado de mi rostro y nuestros alientos se mezclan por la cercanía. Jodida necesidad de besarla la que tengo —. Acuéstese, le prometo que no haré nada…—No puede quedarse en mi habitación… — susurró sin
—Buenos días. Soy el testador a cargo de los bienes inmuebles de la Sra. Annie Wilson. Lamentablemente, hoy vengo aquí para ser la voz de los deseos de ella. ¿Están todos los llamados presentes? — preguntó.—Sí. Estamos todos.—Perfecto. Primero que nada, este documento está firmado y sellado por la notaría gubernamental, lo que, quiere decir, que es totalmente legal — abrió una carpeta de color blanca —. La Sra. Wilson, como única dueña y en facultad de todos sus derechos, ha dejado por escrito que: Miguel Wilson, Rodrigo Wilson, Margareth Wilson y Jane Wilson, sean quienes administren, en partes iguales, cada uno de los bienes materiales que ha dejado por escrito — sentí la mirada de mi madre quemarme la piel —, entre ellos está; la productora Wikis, la casa de campo y un establecimiento comercial. Aparte, ha dejado un