Cerró la puerta con seguro y caminé hasta quedar junto al espejo, cosa de quedar lo más lejos posible de él. Su mano se posó en la perilla de la puerta y suspiró con fuerza antes de girar y verme directamente a los ojos.
—Le haré un memorando por abandono de puesto y créame que estoy siendo considerado solo porque sé que necesita el dinero para salir adelante, según usted — tragué saliva, ¿Por qué está tan molesto?.Sí, cometí un error, pero no es para tanto. También tiene otras secretarias las cuales no ocupa, no sé porque a ellas no les exige y les pide como a mí. Dio un paso al frente y sentí la habitación demasiado reducida. No se supone que debamos estar a solas acá y con la puerta asegurada. Se podría entender de mal.—Las horas serán descontadas de su pagDereckMe quedé ahí de pie asimilando lo que acababa de hacer y la reacción de Jane ante mi beso desprevenido. Solo quería callarle la boca, es que nunca se cansa de llevarme la contraria o responderme sarcásticamente. Deshice el nudo de la corbata y tiré de ella. Maldición, he quedado con los huevos en la garganta. Me pregunto, ¿Por qué la besé, si se supone que ella no me agrada? ¿Entonces por qué maldita sea la tengo en mis pensamientos a todo momento? Es la culpable que tenga el tronco firme y recto. Me ha mantenido en una patética altura que solo se baja con agua muy fría. La imagen de sus senos se reproducen en mi mente cada cierto momento que no estoy haciendo nada. Y ahora que ha quitado esa capa de fealdad, el deseo de tenerla en la cama me ha gobernado por completo.Jane ha hecho que en pocos días deje de pensar en Gabriela, cosa que Fiorella u
Según llegué a mi habitación me dejé caer en la cama cansado y con un terrible dolor de cabeza. Bebí lo suficiente solo para olvidar un par de avellanas que rondan por mi mente tan deliberados, que ya hasta me asustan. Los veo que me observan detallándome, lanzándome ese veneno de odio, fastidio y molestia. De nuevo, como varias noches atrás me hallo pensando en cómo sacar esos dos puntos cafés que atormentan y generan un caos en mi pantalón. La única manera de sacarla de mi mente es teniéndola dispuesta y entregada para mí. Necesito escuchar sus gemidos llenando mis oídos. Necesito que me sostenga firme y alto en esa boquita tan dulce que tiene. Tiré de la corbata estresado y de mal humor. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que estuve con una mujer y de algún modo debo sacar este acumulado que me está haciendo alucinar con algo que no deber
— Maldición…— ¿Estás bien? Oye, Jane, discúlpame. No te vi — Elián salió del auto visiblemente preocupado, pero al verme me soltó esa sonrisa que es digna herencia de los Cooper —. Ven, déjame ayudarte.— Gracias — tomó mi mano y me ayudó a poner en pie. Quería decirle que todo había sido por mi culpa, pues no debo llegar tarde para con su hermano.— Ayer Dereck arruinó nuestra conversación. ¿Quieres tomar algo?.—Te lo agradezco, pero en este momento no puedo. De hecho, estoy en jornada laboral.—Dereck te explota mucho — reí mordiendo mi labio —. Bueno, entonces que dices si me das tu número y en cuanto estés libre te llamo y nos vemos por ahí.—No me parece que sea correcto…
Dereck—Sr. Cooper, no cometa una locura. Usted es un hombre muy importante que no merece manchar su vida con una persona que no vale nada como yo — fruncí el ceño ante las palabras de Jane —. Recapacite, piense antes de actuar. La rabia no trae nada bueno. El asesinato le dañaría su impecable carrera, Sr. Cooper. Si ese es le caso, yo renuncio.¿De qué carajo está hablando?.—Sé que me odia, que soy un desastre de secretaria; y además de ser fea y no darle estética a su oficina. Pero, matar a una persona por tener defectos, no está bien hecho. No sé qué le hice de malo como para que llegue a ese excesivo punto de odio…Una risa fuerte y ronca salió de lo más profundo de mí. Esta mujer o no conoce de malicia o simplemente es virgen… Bueno, aunque con ese traje de mapache que antes se
JaneSus palabras son como un encendido automático para todo mi cuerpo. Temo a esa mirada tan cargada que me hace sentir pequeña ante sus ojos verdes. Está igual de agitado que yo, y la posición tan incomoda en la que estamos no me permite mover un solo músculo de mi cuerpo, pues si me llego a mover, siento que eso que tiene entre las piernas me atravesará la ropa y la carne en cualquier momento. Su grande mano masajea y aprieta suavemente mi seno izquierdo; provocándome una corriente por la espina dorsal. Su mano es tan caliente, que aun y encima de la blusa puedo percibir esa calidez. Temblé al percibir sus labios muy cerca de mi cuello. Su aliento chocó directamente en mi piel haciéndome estremecer. Cerré los ojos con fuerza y apreté todos los músculos, cuando su lengua hizo contacto en mi cuello. Mordí mi labio inferior con fuerza, casi con esa misma con la que acaricia
Las mismas lágrimas me impidieron hablar, pues el inmenso nudo combinado con el dolor me lo impedían. Recordé cada uno de los momentos que viví junto a mi abuela; fue ella quién me crío, la mujer que me enseñó todo lo que sé en la vida, ella me dio el amor de una madre incondicional. Parecíamos una sola. El corazón se me hunde cada vez hasta el centro de mi estómago, no soy capaz de mantenerme en pie. Me dejé caer en el suelo sin importarme absolutamente nada ni nadie. Ahora solo quiero llorar y sacar todo este dolor que siento en el pecho. Le había prometido ir por ella y traerla conmigo, pero no quiso, su vida entera era estar en esa casa; junto a las cenizas de mi abuelo. Cubrí mi rostro con ambas manos y grité fuerte, pensando que eso menguaria el dolor de su partida. Mi niñez llegó a mi mente como retrospectiva de lo que viví con ella. No hab&iacu
Tomé la carta en mis manos y me alejé de todos. Fui a mi lugar favorito y me dejé llevar por la hermosa letra cursiva de mi abuela. Cada una de sus palabras me hicieron agonizar más de dolor.Para: Jane.Sí estás leyéndome tras esta hoja es porque ha llegado el momento de dejar esta tierra e ir junto a tu abuelo, a lo más alto del cielo o dónde sea que nuestras almas descansen. Mi niña, no llores, no estés triste. Verás que ya viví lo suficiente como para no merecer un buen descanso, uno que tanto necesitaba. Desde que vi tu carita por primera vez me quedé hechizada por los bellos ojos que tienes, mi Jane. No eres mi hija, pero te amé y te amaré como una. Tenerte en mis brazos desde pequeña fue lo mejor que me pasó en la vida. Yo no estaré más a tu lado, pero estaré cuidando cada uno de tus pasos y estaré
Me quedé en completo silencio tratando de comprender por qué esta aquí y por qué ha dicho tales palabras. Su brazo me sostiene fuerte por la cadera al tiempo que me dedica esa sonrisa capaz de enloquecer a cualquier mujer que la vea. Connor carraspeó, acto que me llevó a mirarlo. Su rostro está igual de confundido que yo.—Lamento haber llegado tan tarde al funeral de su abuela, pero lo importante es que estoy aquí — susurró suavemente en mi oído —. Le dije que la acompañaría, Wilson. ¿Por qué se empeña a llevarme la contraria?.Besó mi mejilla y el corazón brincó con mucha más fuerza. ¿Ahora qué se trae este para conmigo? No hallaba que decir entre estos dos hombres, pues el aparecimiento de mi jefe me ha agarrado fuera de lugar. No me lo esperaba.—No era necesario que vinie