Todo parecía ir en dirección al desastre entre Jimena Fernández y Santiago Sánchez. Los dos se veían retadores y estaban lo suficientemente cerca para comenzar una lucha cuerpo a cuerpo. Sánchez era incapaz de golpear a una mujer, pero Jimena prefería no confiar en nadie. En la jefatura, como fue una de las últimas oficiales en llegar, debió hacer distintos trabajos. La enviaron a caminar por calles casi desiertas, después la enviaron a lugares peligrosos acompañada de algunos oficiales insoportables. Ella odiaba trabajar en equipo y era algo que debía corregir, no siempre podría estar sola. Ella había golpeado a una de las oficiales que le habían asignado como su pareja. Lo mismo sucedió algunas veces más, pero era muy buena y también ayudaba en los retratos hablados de víctimas. Nadie la despediría por eso, pero eso no quitaba que se metiera en problemas por su pésimo carácter. El uniforme demostraba que tenía una pequeña cintura, un trasero que parecía estar firme y en su sitio, p
Santiago fue al baño y allí se hizo la misma pregunta que Jimena, ¿Qué acababa de suceder? Lo que más lo perturbaba era haber sentido la suavidad de su piel y el sabor de su boca, maldita sea quería continuar. Salió del baño y Jimena observó que él se había quitado las marcas de labial. Cuando él se acercó a la cama, ella se levantó de un salto y fue al baño, necesitaba recomponerse. Aún estaba confundida y quería golpear su cabeza contra la pared, ¿Cómo se le ocurría ponerse a beber? Definitivamente Sánchez, aunque muy serio a simple vista, era una persona de cuidado. En minutos la había llevado al cuarto, le había robado el aliento y casi le había sacado la camiseta. Salió del baño y lo enfrentó con entereza. Santiago creyó que ella le diría algo un poco más halagador, o tal vez que quisiera olvidar lo sucedido pidiéndolo con sutileza, falso. -Me llamó Guillermo, tu esposa te está buscando- Aquello acabó con toda la magia y la realidad lo golpeó con fuerza, ni emborrachándose olv
Uno a uno los empleados comenzaron a dar respuestas negativas, ninguno conocía a ese hombre, pero había quienes juraban haberlo visto, así como Apolo, el único problema es que no sabían dónde. El gran problema era descubrir como ese desconocido pudo obtener las llaves que guardaba con tanto cuidado. Estaba abierto a las sugerencias e ideas, pero sus empleados no tenían demasiadas a excepción de los encargados de seguridad. Los más antiguos le tenían gran cariño a la familia de Apolo. Habían trabajado y compartido momentos con ellos, sabían lo injusto que era que pudieran perder el trabajo de toda su vida por un degenerado. Había quienes tenían trabajos diurnos, pero el mejor pago era Tentaciones, por lo que no podían perder esa magnífica fuente de ingresos para sus hogares. -Apolo tiene que haber una explicación lógica. Los que te conocemos sabemos que eres muy responsable, incluso más cuidadoso que tus padres. Yo estuve pensando demasiado en esto y creo que tal vez hemos estado bus
Bernard había llegado a casa y dónde creyó que estaba su esposa no encontró a nadie. -¡Maldita sea!- Gritó a la nada y le dió un puñetazo a la pared Buscó algo que pudiera hacerlo llegar a su ubicación, ella no podía irse, no podía dejarlo. Si Monique llegaba a solicitarle el divorcio tendría que pagar una buena suma de dinero y dar muchas explicaciones que solo lo perjudicarían aún más. En la habitación vio que no había ni rastros de su esposa. Ella no había dejado ni un solo perfume, se había llevado todo, cada una de sus cosas. Tampoco estaban las fotos que ella guardaba y todo indicaba que no consideraba volver. Monique había ignorado sus mensajes y llamadas, ¿Por qué lo hizo? Cuando él se fue y ella se quedó en casa para sus vacaciones había estado entre los dos todo bien. Comenzó a pensar que podría suceder con ella y las preguntas no dejaban de deambular por su mente a un ritmo demasiado apresurado "¿Se fue para no regresar? ¿Viajó con la idea de divorciarse de mi? ¿Cómo di
Sánchez profería soportar el mal genio de Jimena y no tener que ir a su casa. No quería enfrentarse a su esposa, aún no se sentía listo para eso. Sabía que ella le negaría absolutamente todo aunque la confrontara con las pruebas que tenía en su contra. No entendía como pudo ser tan estúpido, mucho menos como ella pudo engañarlo así. La oficial Fernández sentía la rabia creciendo en su interior con el oficial y también con ella misma. Jamás había logrado arrepentirse tanto antes, nunca el alcohol la había empujado a caer en el juego de seducción de alguien, mucho menos de un hombre así. Sánchez era atractivo, pero también un estúpido que fácilmente podía merecer un premio. Las pocas mujeres que trabajaban en la jefatura veían que la esposa de él no tenía ninguna clase de valor, mucho menos merecía respeto, pero el la defendía a capa y espada. Jimena odiaba ese tipo de hombres totalmente dominados y cegados por una mujer, aunque también hubo varias veces que lo analizó en silencio por
Bernard aún seguía buscando a Monique. Lo que la vecina de Gery le había dicho aún le generaba demasiadas dudas. Él sabía que ella no era lesbiana, tal vez esa mujer era muy anticuada y ante una demostración de afecto había malinterpretado la amistad que tenían. Aunque buscó en las estaciones de policía, hoteles, hospitales y en cada lugar que se le ocurrió no supo de ella. La gran ciudad parecía haberla desaparecido. La llamó en más de una oportunidad sin éxito, ella no podía dejarlo. Con el paso de los días se convencía de que aquel enojo pasajero no lo era tanto. No recordaba una sola vez en que ella lo ignorara de tal forma, siempre fue más bien ingenua y con el tiempo que le robaba su empleo no tenía la posibilidad de estar tan atenta a lo que él hacía. ¿Cómo fue que ella se enteró? Alguien tuvo que decirle...Su esposa lo llamaba y reclamaba su presencia. No podía ignorarla porque ella si tenía carácter, el que le faltaba a Monique y hasta más para donarle. Era una mujer basta
Para Monique y Jacob había acabado el caso sin tener que atravesar un juicio donde muchas veces los infieles lograban posponer las audiencias y además, ellos no eran originarios del país donde la causa comenzaría por lo que él proceso legal sería largo y tedioso. Afortunadamente para ellos todo había llegado al final sin mayores complicaciones. Jacob deseó que todo fuera así siempre sin interminables audiencias, peleas y dramas, pero casos así ocurrían con muy poca frecuencia. Lo que más deseaba era que su hijo pudiera acabar rápido con la pesadilla en la que por irresponsable estaba envuelto, pero Iker no tenía tanta suerte. Los planes de boda avanzaban, la novia estaba súper emocionada y con ayuda de sus damas de honor y amigas ultimaba detalles. Ella estaba viviendo su sueño, un cuento de hadas y además estaba convencida de que Iker la amaría con el tiempo. Para el novio cada día como un hombre libre se escapaba de sus manos con rapidez, él había intentado hablar con Audrey sin é
Cuando solo faltaba un nombre en aquel listado y aún con la tensión latente entre los dos oficiales fue que recibieron la confirmación de sus compañeros que todas las pistas que habían estado siguiendo fueron en vano, solo había personas inocentes y trabajadores honrados en cada una de sus listas. -¿Crees que tenemos al culpable aquí?- Jimena tocó el listado donde habían solo inocentes eliminados y Santiago solo negó, ya había perdido la esperanza -No, no lo creo. Estoy seguro de que tal vez pasamos algo por alto, hubo algún detalle que no vimos- Respondió y ella no pudo estar más de acuerdo con élSi ese hombre resultaba inocente tendrían que idear un nuevo plan, pero a la oficial se le había ocurrido uno que en sus pensamientos era infalible.-Si él no es, tendrás que usar tu encanto Sánchez- Jimena le dió una sonrisa que le pareció malévola, ¿En qué estaba pensando? -No se que estás pensando, pero siento que no me agradará en absoluto- Estaba preocupado, sabía que Jimena no lo c