- Salgan todos por favor. Dijo Juan Pablo con un tono desafiante.Salieron los hombres dejando a Marco tirado inconsciente en el lugar. Elizabeth estaba temblando de miedo y derramando lagrimas no esperaba que Juan Pablo hiciera algo por ella.- Juan Pablo te lo suplico, Marco y yo somos amigos desde hace muchos años, él solo hizo lo que le pedí. Haré lo que me pidas con tal de salvarle la vida.- ¿Estás segura? dijo él tomándola fuerte de los brazos y mirándola directamente a los ojos. - Sí, soltando las lágrimas que aún se resistían en salir.- Estarás conmigo tres noches, sin oponerte, estarás a mi lado y debe ser tu mejor actuación. Finge que te gusto, aunque sea un poco. Dijo él con una mirada fría y seguro que solo eso obtendría de ella.Elizabeth derramando lágrimas de dolor y decepción, le dijo: - Te odio demasiado pero por salvar la vida de tu hermano, acepto. Juan Pablo salió del sótano y las indicaciones. Mandar a su hermano confinado a Europa y atendieran sus heridas.
Juan Pablo decidió dejarse llevar y ser él mismo ya que iba a aprovechar los tres días con la mujer y luego la dejaría ir. - Siéntate, por favor. Comamos algo y luego veamos una película, ¿Te parece? - Gracias dijo Elizabeth mientras se sentaba en la mesita de dos que éste tenía en su habitación. Ambos cenaron y el ambiente se sentía tenso y con un silencio que se podría escuchar caer un alfiler. Juan Pablo rompió el silencio y le dijo: - Mi hermano está siendo tratado en el Hospital...- Gracias por decírmelo, en realidad quiero mucho a Marco. Él es un hermano para mí agregó con necesidad de explicar el tipo de relación que tenían. - Lo sé, nos habló mucho de ti, pero nunca dijo tu nombre, aseguró Juan Pablo dejando ver una sonrisa encantadora.Finalizaron la cena y él le dijo: - ponte cómoda, durante tres días esta será tu habitación. ¿Te gustaría una película de terror?-En realidad, me gustaría una película romántica. dijo ella un poco abochornada. Juan Pablo puso una películ
Al amanecer Juan Pablo la vio dormida junto a él y sonrió diciendo en voz baja: - ¡No fue un sueño!Se levantó con mucho cuidado y se bañó para dejarla descansar un poco más. Así no había oportunidad que ella viera la fea cicatriz.Al salir de la ducha, escuchó que tocaron y respondió en voz baja: - Pase.Dorita entró y al verla dormida cómodamente en la cama, ella sonrió y dejó la bandeja con dos platos de desayuno para los dos.-Dorita hoy sirve el almuerzo en el comedor, me gustaría que mi mujer conozca su casa. Dijo el hombre orgulloso.-Entendido mi niño.Elizabeth, despertó y este se sentó a su lado -Buenos días, princesa. Elizabeth un poco avergonzada, miró hacia bajo, se ruborizó y contestó: - Buenos días.Juan Pablo notó su actitud y le levantó la barbilla y dijo con voz suave: - No te sientas avergonzada, fue algo maravilloso. Elizabeth asintió y le dio un beso muy apasionado, dejándolo sin aliento. La tomó por la cintura y la colocó sobre él y siguió besando hasta que El
El día parecía un sueño hecho realidad para Juan Pablo, hizo una llamada a Santos -Santos por favor me actualizas cómo se encuentra Marco, contrata enfermeras para que lo cuiden. Tan pronto se recupere iré a hablar con él. -Enterado Jefe, mañana por la tarde regresaré.Al colgar salió a la cocina en donde el olor agradable a comida se esparcía por todo el lugar.-Mi niño pondré la mesa, ya está la comida.-Iré por la Sra. para avisarle. Sintiendo alegría fue por Elizabeth a la alberca.-Amor la comida está servida, ¿Me harían el honor de acompañarme? -Sí por supuesto, pero antes quiero que conozcas a la mujer que me cuidó desde niña. Elizabeth volteó a ver a Susan quien estaba molesta por la situación -Mucho gusto Sra. Soy Juan Pablo Montenegro y disculpe por traerla aquí sin su consentimiento... - No puedo decir que me da gusto conocerlo, solo me interesa que no dañe a Elizabeth, dijo con firmeza y enojo. No podía pasar por alto lo que había pasado antes.Almorzaron y las hizo s
Juan Pablo se sintió satisfecho con su respuesta, aún no lo amaba, pero no estaba siendo indiferente a él y sus caricias.Él continuó besándola tan apasionadamente que ella desesperadamente lo atrajo hacia ella para caer juntos sobre la cama, las ansias de estar con él se apoderaron de Elizabeth.Juan Pablo percibió el deseo de su amada y la complació, subió su camisón dando paso libre a su pasión. Las piernas de Elizabeth temblaban al sentir que él empujaba sus caderas en medio de sus piernas.Sus más bajas pasiones se liberaron esa noche haciendo que él olvidara por completo ser un caballero y a Elizabeth parecía no importarle ya que disfrutaba cada beso y caricia que él le daba.Al terminar, Elizabeth le pidió: - Tomemos un baño juntos.-Umm no, es que hay algo que tú no has visto y me da un poco de temor mostrarte. Dijo el joven un poco inseguro.Elizabeth frunció el ceño y le dijo: - ¿Después de lo que acabamos de hacer tienes inseguridad?Juan Pablo lentamente se quitó la camisa
Juan Pablo terminó su trabajo y en silencio observando a Elizabeth, quería preguntarle si sus sentimientos eran diferentes o simplemente fue el deseo del momento lo que vivieron las últimas noches.Sin embargo, se llenó de miedos e inseguridades porque aún era difícil descifrarla y conocer a fondo sus pensamientos. ***Susan por su parte estaba aún con el sentimiento que algo no andaba bien, su presentimiento de madre le hacía sentir incómodidad. Ella estaba sentada en la silla de la enorme isla que estaba al centro de la cocina. Dolores interrumpió sus pensamientos, preguntando con amabilidad: -¿Gustaría qué le sirva algo de tomar?- No quiero molestarla, siento que soy intrusa en esta enorme casa ajena.- Mi nombre es Dolores y fui la nana del patrón, él es la niña de mis ojos aunque me despidieron injustamente, él siempre estuvo en contacto, cuidando de mí. - Entonces, entiende el miedo que siento por Elizabeth, ella solo me ha tenido a mí, yo soy como su madre. No quiero que él
Santos dejó instalado a Marco con una enfermera que le diera los cuidados para que se recuperara de la golpiza que le dieron los hombres de seguridad.Santos regresó a la casa nueva y se dirigió directamente al despacho de Juan Pablo y tocó la puerta. - Siga.- Jefe, vengo a repor... quedándose en silencio al ver a Elizabeth en el sillón leyendo un libro.- No te detengas, dime ¿Cómo está Marco? Elizabeth rápidamente se sentó, dejando caer el libro para escuchar atentamente lo que Santos tenía que decir- Quedó instalado en el departamento con una enfermera, está bien solo una costilla rota, pero él está bien y consciente. Las lágrimas rodaron en las mejillas de Elizabeth y dijo en voz baja: - ¡Fue por mi culpa!Santos sintió un ambiente tenso y decidió marcharse: - Me retiro jefe.Juan Pablo al ver a Elizabeth con el sentimiento de culpabilidad a flor de piel, sacó de su escritorio unas toallitas y se acercó para secar sus lágrimas - Perdóname por hacerte pasar por esto y en el p
Juan se acercó a Elizabeth y la abrazó con ternura, se olvidó de su propio dolor y quiso hacerla sentir mejor.- No llores, no te merece... Él intentó quebrarte, pero lo que no sabe es que yo te respaldo.- Tú sabes más, necesito saberlo.- Cariño, no he querido ser invasivo con un tema que sé que aún te lastima. Pero hay mucho que tú no sabes dijo mientras le daba un tierno beso.- Cuando escapé, Gabriel me prestó su teléfono y cuando llamé a Roberto pidiéndole ayuda una mujer me dijo que tenía una relación con él desde hace dos años. - Sí, es un estafador que huyó de unos mafiosos españoles. Recibí noticias de tu co-diseñadora y él quiere apoderarse de tu lista de clientes, adjudicándose tu trabajo.- ¡Maldito! dijo con mucha ira Elizabeth sin saber que él pretendía matarla y quedarse con su empresa. Juan Pablo no permitió que el recuerdo de Roberto arruinara su hermosa cita y llevó a Elizabeth con venda hasta la alberca.Le quitó la venda de los ojos a Elizabeth y luego se metió