La risa de Larissa sonando por todo el salón parecía haber hecho detener la movimiento de todos sus discípulos que andaban rondando por ahí sin estar haciendo nada realmente.
La risa de ella era una mezcla de burla y crueldad, y por un momento la imagen de ella con los dientes llenos de sangre y escurriendo por su barbilla se superpuso con la imagen actual en la que se reía.
Tuve que sacudir mi cabeza brevemente para espantar la extraña imagen que me dejó un poco confundida.
-Esto no es cuestión de habilidades adquiridas o un “currículo” niña, ser un vampiro es un honor para pocos elegidos, lo tienes o no lo tienes no hay un punto intermedio…- comentó ella después de re&iacut
Mientras toda aquella masacre se desplegaba ante mí no pude mantenerme más en mi asiento.-¡Nooo! ¡Detén esta locura!- grité a la vez que Giselle y Dimas quienes habían guardado su distancia de nosotras se acercaban nuevamente con intenciones de contenerme.La risa de Larissa surgió y detuvo el avance del dúo dinámico con una seña de su mano.-¿Locura? Esto es simplemente la puesta en práctica de la “Ley del más fuerte” en la naturaleza.Sus palabras no tenían lógica para mí, eran seres humanos los que estaban siendo atacados y asesinados por casi niños que habían dejado de ser humanos.
Miré brevemente sorprendida al rubio que acababa de golpear intentando levantarse del suelo. La diversión de Larissa mientras se reía se burlaba de mi reacción sorprendida, más que de Dimas intentando levantarse.Dejando caer el brazo a un lado el rubio pareció quedar inconsciente cuando no se levantó más.-Eso fue inesperado, pero bastante interesante.- las palmas aplaudiendo de la rubia mientras se acercaba lentamente a mí resonaban por todo el lugar.-¿Qué más puedes hacer? ¿Lo ponemos a prueba?A pesar de retroceder alejándome de su agarre, su mano me detuvo tomando fuertemente mi brazo. Podía sentir como si la piel de
-Es la primera vez que no sé lo de debería hacer.- dijo Larissa acercándose a mí. Halándome del brazo con una gran fuerza me arrastró hasta el centro de la arena donde la multitud seguía pidiendo a gritos que me sacrificaran. -¿Opiniones?- preguntó la rubia mirando alternadamente a sus subordinados.-Yo la quiero para mí.- contestó Dimas sin dudar viendo fijamente a los ojos de Larissa. Aunque su tono parecía más un reto que una petición, la sonrisa que dio en mí dirección seguía siendo tan amenazante como todas las anteriores. Seguro que quería desquitarse conmigo.Giselle se mantuvo en silencio y ante la mirada insistente de Larissa, habló con lenguaje de señas.“No me importa lo que hagas con ella. Nos estamos quedando sin tiempo”Pude entenderla a p
~Hace mucho tiempo~-¡Giselle! ¡Baja de ahí! ¡Niña traviesa!La madre que gritaba preocupada a una Giselle niña de apenas unos 10 años de edad temía que se cayera de la gran altura del árbol y pudiera herirse. Allí en el campo apenas y disponían de un curandero que pudiera revisar alguna lesión.La luz del sol de la mañana colándose entre las hojas del gran árbol jugaba con luces y sombras entre el cabello rojo de la pequeña. Apenas le llegaba a los hombros por gusto de la madre que odiaba desenredar un cabello demasiado largo.Giselle escuchó las quejas de su madre y con un suspiro de aburrimiento saltó de la rama más alta donde estaba encaramada hacia una rama más baja logrando que su mamá invocara a la Santísima Virgen.<
~Luna~La pelea había quedado completamente atrás desde que uno de los muros de la arena se había derrumbado completamente. El humo y restos de escombros productos de la explosión se habían esparcido por todos lados incluyendo donde Giselle y yo estábamos peleando hace poco. O para ser más sincera donde Giselle estaba a punto de matarme.Una vez que la tiré a un lado me levanté y me aparté sin perderla de vista.Parecía confundida y sus ojos miraban a todos lados como buscando una explicación. Yo por mi parte estaba buscando una salida.Aquello tuvo que esperar cuando comenzaron los disparos. Me agaché instintivamente mientras alrededor en el caos de la explosión muchos encapuchados corrían hacia la abertura en actitud defensiva y así mismo caían al suelo entre salpicaduras de sangre product
El sol que estaba a mitad del cielo cuando llegamos a la Playa de Balos se estaba empezando a poner en el horizonte.Las aguas cristalinas parecían mecerse con un poco más de fuerza a medida que el sol descendía y la brisa las impulsaba yendo y viniendo sobre la arena.La vista desde la pequeña cabaña que estaba ubicada estratégicamente para impedir ser hallada era impresionante. Lamenté no tener conmigo mi teléfono para poder fotografiar aquello.Zadquiel me había pedido permanecer en esa pequeña cabaña en tanto el solucionaba el tema de los vampiros. La sobrecarga de adrenalina que había sufrido y la sensación negativa hacia lo que acababa de vivir fueron suficientes motivos para agradecer s
Una de las primera cosas que noté de Zadquiel además de su apariencia extraordinaria, con un rostro de modelo y un cuerpo que cualquier hombre adicto a la vida saludable envidiaría, era su personalidad, a veces parecía estar tranquilo y después había una explosión de energía desbordante desprendiéndose de él. Lo había sentido cuando irrumpió en la arena donde estaban los vampiros, disparando alegremente una ametralladora mientras se reía como si estuviese jugando. Lo noté cuando amenazó con una bazuca a Gabriel como si sólo hiciera alarde de su arma y ahora lo volvía a sentir mientras me besaba como si quisiera devorarme.Una pizca de travesura y diversión venía junto con acciones que pretendían demostrar una intención más seri
Como parte de la planificación de los pasos a seguir Zadquiel empieza a explicar en voz alta en lo que consiste su poder, aunque lo hace más por consideración a mí, que por otra cosa, pues realmente soy la única que desconoce lo que puede hacer.-Entonces tu poder es similar al de Gabriel…-digo después de analizar un poco su explicación.-No. Gabriel consume los sentimientos negativos, terror, sufrimiento, o cualquier cosa que haga sentir mal a un ser humano durante su sueño. Yo no necesito que estén dormidos para lograrlo.- me explica con calma Zadquiel de nuevo sentado en la arena con las piernas cruzadas en una postura relajada como un niño de kínder.-¿Entonces se parece m&aa