-¿Cómo te sientes?- pregunta el rubio sentándose en la silla de mi escritorio.
-He estado mejor…- contesto sin ánimo. Estoy distraía tratando de unir la imagen actual que tengo frente a mis ojos con aquel guerrero vestido con cueros y armaduras, que portaba una hacha gigantesca y llevaba el cabello largo y liso. Es el mismo rostro, los mismos ojos, mandíbula y nariz, y sin embargo se ve tan diferente, vistiendo un traje formal hecho a la medida con todo y corbata lo hace parecer alguien totalmente diferente. Ahora su cabello apenas le llega más allá del hombro aunque la parte que es de color rosado sigue en el mismo sitio de siempre. Veo que mueve los labios pero estoy a mitad de una contemplación y me he desconectado.
-Ejem… Me tem
*Rafael*Cualquiera podría decir sólo con mirar a Luna que su comportamiento estaba siendo afectado por el malestar que le produjo la regresión.Pensar que aquella testaruda joven pudiera frotar su rostro contra la mano de él de manera tan sumisa era la fantasía hecha realidad de sádicos como Gabriel, e incluso había desestabilizado al siempre tranquilo Chamuel. Él mismo al ver semejante escena y sentir el roce de su suave cutis contra su áspera mano casi le había hecho perder la razón.En otra época la hubiese tomado de la nuca posesivamente aunque con delicadeza antes de devorar firmemente su boca buscando mostrar la pasión tan grande que ella le generaba en cualqui
Me levanto sintiéndome excelente, casi podría decir que me siento como una nueva persona. Ya no me duele la cabeza y los incómodos síntomas de la fiebre han desaparecido, sin embargo tengo la boca un poco seca. Veo que mi madre me ha dejado sobre la mesa de noche un vaso con agua y más medicina, así que sólo tomo el vaso ignorando la pastilla, mi garganta se siente agradecida y aliviada cuando lo bebo.-Buenos días, ¿cómo te sientes dormilona?- volteo a ver a mi madre en la puerta de la habitación llevando con ella una bandeja con algo humeante.-Creo que no me había sentido tan bien antes.- estirándome me pongo de pie, siento el cuerpo lleno de energía y ganas de salir a caminar o hacer algo que implique moverme.
-Que te apures, dice mi mamá.- escucho la voz de mi hermano desde la puerta de mi cuarto, como tengo la cabeza metida en el closet buscando entre los zapatos a Sigurd, sin resultados de hecho, tengo que asomarme a mirarle la cara a Anthony.-¿Para qué?-Que se van a la peluquería a arreglarte ese pelo, en caso que no quieras podemos cantar juntos la de Chandelier.- dice yéndose tranquilamente hacia su habitación.Suelto un suspiro de resignación. Ni encuentro a Sigurd y no he tenido oportunidad de hablar con Chamuel. Termino de recoger el desastre en el suelo, me baño y me visto para ir al salón.-¿Qué llevas ahí?- me pregunta mi madre vié
-Dijiste que no ibas a hacer nada extraño.- le señalo a Chamuel al ver que hemos tomado un camino distinto al de mi casa.-¿Estoy haciendo algo extraño?- dice él poniendo su mano derecha sobre mi muslo mientras con la otra mantiene el control del volante, me lanza un sonrisa coqueta de lado antes de volver a enfocar su mirada sobre la carretera y deja su mano posada tranquilamente en mi pierna. A pesar de llevar pantalón su contacto se siente como si estuviera desnuda y la piel se me eriza completamente manteniendo un leve cosquilleo donde me está tocando.-Lo que acabas de hacer podría considerarse acoso sexual.- digo apartando su mano de mi pierna con la mía como si estuviera enfermo de algo contagioso- Pero no me refiero a eso, estoy hablando de que pensaba que me llevar&iacut
Todos nos quedamos de piedra momentáneamente al ver aquella figura cubierta de sangre entrando por la puerta del salón hasta que entiendo que se trata de Rafael cuando mueve una de sus manos acomodando hacia atrás sus rastas que colgaban hacia delante sobre su frente y al hacerlo una gotas de sangre son salpicadas por el suelo.-¡Oh Dios mío Rafael! ¿Qué te ocurrió?- salgo corriendo impulsivamente hacia él buscando auxiliarlo. Soy brevemente consciente de que todos ellos se estremecen por lo que dije antes de tomar a Rafael por los brazos.- ¿Esta sangre es tuya? ¿Dónde estás herido?- le digo ligeramente temblorosa. De pronto la vista de la sangre me está produciendo mareos.-No, no te preocupes. No es mía. Yo estoy bien
Me despierto y un techo desconocido aparece ante mis ojos. Mirando para tratar de ubicarme recuerdo ver a Rafael cubierto de sangre y las caricias de Chamuel que me arrullaron hasta quedarme dormida. Parece que estuve durmiendo el sillón grande del bonito salón oscuro.No se me pasa el irónico pensamiento de que se está volviendo costumbre perder la consciencia ante eventos que no logro controlar ni comprender. Suspiro poniéndome las manos en el rostro. Me siento agotada como si mi mente estuviera cansada de girar sobre pensamientos inútiles, repetitivos y dañinos. Es tan opuesto a la sensación de energía plena que tuve esta mañana al despertar que estoy empezando a arrepentirme de haber seguido a Chamuel hasta esta casa.Tomo asiento incorporándome y extrañamente
-Si necesitas hacer una pausa, respirar o algo puedes salir un momento.- me concede Rafael señalándome la entrada del comedor.Tomo una respiración profunda contando hasta diez mentalmente mientras cierro los ojos. Al abrirlos Rafael me mira con curiosidad y sus ojos verdes parecen brillar mientras me analiza pero no dice nada. Verlo tan tranquilo me hace enojar, por lo que vuelvo a cerrar los ojos y aun sentada repito el proceso de respiración profunda por lo menos tres veces más.-Ok… está bien… puedes seguir explicando.- le digo en medio de un suspiro a Rafael viéndolo tranquilamente después de calmarme.-¿No vas a hacer un escándalo y preguntar miles de cosas hasta ser tremendamente molesta?-
*Chamuel*-Acabo de ver a Luna corriendo velozmente como si huyera de una asesino en serie. ¿Qué le hiciste ahora?- le pregunto a Rafael cuando lo veo saliendo del pasillo que conduce a las salas de entrenamiento.-Yo no le hice nada. Tuvo una especie de ataque y vomitó por todo el lugar.- dice el maniático de la limpieza, dirigiéndose a la lavandería donde además se encuentran algunos implementos como escobas, cubetas y trapeadores que sólo él y el personal especial que convocaban de vez en cuando utilizaban, considerando lo que odia el desorden y el desastre entiendo hasta cierto punto su desagrado.-Entonces ¿qué fue lo que lo originó? Pude percibir que estaba bastante confundi