Debajo De Mi Piel (BL) (Libro 5: Encontrando El Amor)
Debajo De Mi Piel (BL) (Libro 5: Encontrando El Amor)
Por: Denisetkm
Capítulo 1

*—Johnny:

Se quedó mirando fijamente el fondo vacío de aquel vaso de cristal. ¿Cuántos llevaba? Quizás cinco o más. Quizás estaba ebrio. No podía recordar bien y su cabeza comenzaba a darle vueltas. Jonathan Bryant soltó un suspiro y alejó el vaso de cristal de él. No era muy sensible al alcohol, pero al parecer este estaba funcionando como quería. Quería olvidar y era por eso que había venido a aquel lugar.

Johnny levantó la mirada del vaso con whisky cuando vio una sombra sobre él del otro lado. Era el bartender, el cual era gay y que no paraba de coquetearle desde que Johnny había entrado al bar y se había sentado en la barra. Le sonrió coquetamente y Johnny le devolvió la sonrisa. Bueno, no le hacía daño coquetear ya que de todos modos se iría con las manos vacías.

Para él le estaba siendo imposible adaptarse a su vida. Claro, había durado casi 10 años enamorado de la misma persona la cual lo había rechazado cuando supo que estaba enamorado de esta. Lo que complicaba las cosas era que aquella persona había sido su mejor amigo desde que eran unos mocosos en pañales. Se rió divertido, recordando los momentos vividos con su mejor amigo, Jameson Callahan, quien había sido algo más que amigo.

En un momento de su vida, los sentimientos de cariño y de amistad hacia Jamie habían cambiado, convirtiéndose en algo más oscuro y profundo. Recordaba que estaban en su último año del instituto cuando Jamie tomó una novia. Johnny al principio había estado bien, pero con el paso de los días, comenzó a sentirse horrible. Había maldecido y deseado cosas malas para que la relación terminase y fue ahí que se dio cuenta de que lo que sentía hacia su amigo era algo más que amistad. Lo amaba. Darse cuenta de ello lo había puesto en una situación difícil, había sentido tantos celos, tanto miedo, que había decidido que nunca le diría a Jamie que lo amaba y que tampoco era gay.

Después de que se percató de lo que era, trató de olvidarse de Jamie buscando otras pieles sin importar el sexo, pero por mucho que trato, al final nunca pudo. No pudo olvidarse de Jamie. Incluso, luego de lo que sucedió entre ellos, todavía pensaba en él.

Johnny miró hacia un lado mientras rememoraba el momento en que había arruinado la amistad que tenía con su amigo. Había llegado al límite luego de tantos años a su lado. No fue fácil para él ver como Jamie llevaba a su novia al lugar donde ambos vivían, tampoco verlos felices besuqueándose a cada rato frente a él las veces que estaban en el mismo sitio. Así que después de ayudar a su mejor amiga, Shanna McKay, a ser feliz con su pareja, Johnny había decidido que él tenía que serlo también. Había confesado sus sentimientos a Jamie, pensando que todo cambiaría para bien entre ellos, pero no había sido así. Jamie lo había mirado con asco y le había dicho que era mejor que se mantuvieran alejados. Su corazón se había roto al escucharlo y al darse cuenta de que su amistad había terminado allí mismo.

Todavía dolía y su dolor había crecido más al percatarse, más tarde, que Jamie había abandonado el hogar donde había vivido desde antes de salir de instituto. Su amor por Jamie se había visto lastimado y ahora creía que no tenía oportunidad para volver amar. Era difícil cuando pasabas largos años enamorado de la misma persona, cuando por donde sea que mirabas, comparabas a cualquiera con aquella persona especial. Pero por mucho que doliera, por mucho que amaba a Jamie, tenía que olvidarse de él por una buena vez.

Su amistad no volvería a ser lo que era antes y sabía que Jamie nunca lo iba a corresponder. Claro, tenía una despampanante novia y un gran futuro por venir. Jamie se había alejado de él porque sabía que su futuro se vería mancillado por su culpa. Johnny era gay y estaba enamorado de él, Jamie se dio cuenta que era mejor alejarse antes de verse embarrado en lo que se volvería su vida. Incluso en aquel momento, su vida estaba comenzando a perderse.

Johnny no sabía qué hacer con su vida. Tenía 28 años casi 29, y tenía que pensar en qué hacer con lo que quedaba de su vida. No podía ir a decirle a su familia lo que era ya que tenía un gran estatus al provenir de una familia tan conocida como la suya, pero tampoco quería seguir los estándares sociales ni toda esa porquería, pero lastimar a su familia no entraba en sus planes, así que por mucho que doliera, tenía que olvidarse de lo que era y tratar seguir el camino que había sido hecho para él.

Suspiró. Pensarlo era una cosa, pero hacerlo era otra. Pensar en tener una mujer, casarse con ella y tener hijos con esta le ponía la piel de gallina. Si, en lo largo de su vida había dormido con mujeres, pero con el tiempo se había dado cuenta de que esto no era suficiente para él y que por mucho que tratara las mujeres nunca le iban a interesar.

Aun así, si quería hacer feliz a su familia, tenía que seguir el camino que estos habían trazado para él, aunque doliese y aunque no fuese lo correcto, pero mientras tanto, tenía que disfrutar de su vida. Y era por eso, que desde que había cometido el error de declararle su amor a Jamie, Johnny estaba frecuentando aquel bar. Se sentía rodeado de su familia como quien dice ya que era un bar gay y podría ser el mismo en ese lugar. Era una salida para él ya que desde que fue rechazado estaba pensando en buscar algún chico con el cual desquitarse las ganas por el momento, claro, era hasta que Johnny decidiese seguir el camino que parecía correcto para muchos.

Miró por el lugar. Se sentía en casa. Ni siquiera sus otros amigos podrían hacerlo sentir de esta manera. Algunas veces iba simplemente a beber y a coquetear con algunos chicos, y la mayor parte de veces besaba a algunos y luego se iba sin pasar a la acción ya que no había conocido a nadie que lo motivara a llevárselo a un hotel a divertirse.

Hizo un mohín. Debería comenzar a frecuentar otro bar y seguir en su búsqueda. Buscando la persona que lo motivara, porque aunque se decía que este lugar lo ocupaba Jamie, tenía que buscarse a otra, ya estaba bueno de estarse lamentando por su rechazo y porque su amistad se fuera al retrete. Era gay. Sabía que tendría que sufrir mucho en esta vida antes de encontrar a su pareja ideal.

Bufo molesto. Bueno, seguiría bebiendo. Sabía que estaba mal ya que andaba conduciendo pero si recordaba bien había un hotel cerca de aquel lugar. Podía dejar su auto por allí e irse a pie, luego en la mañana recogería su auto y seguiría con su vida. Mientras tanto, iba a beber hasta que se olvidase incluso de su propio nombre.

Johnny continuó bebiendo y mientras bebía charlaba con el bartender quien se había acercado otra vez. Este lo deseaba pero era una lástima que Johnny no se sintiese atraído hacia el chico que tenía quizás menos de 25, era atractivo pero no para Johnny. Continuaron charlando hasta que Johnny desvió la mirada hacia un grupito que hacía mucho escándalo. Eran cuatro hombres sentados en una mesa alejada y tomando muy animadamente. Parecía muy divertido. Se quedó mirando hacia estos deseando unirse ya que desde donde estaba había un chico que le llamaba un poco la atención. Tenía debilidad por los chicos rubios y quizás era por esto que no había encontrado al moreno bartender tan atractivo para él.

Quizás esta noche era posible que hubiese un poco de acción. Tomó su vaso y lo apuró. Lo dejó vacío sobre la barra para después sacar par de billetes de su cartera y dejarlos junto al vaso. Se bajó de la banqueta y caminó hacia al grupo. Mientras más se acercaba se daba cuenta de que quizás el chico que le había llamado la atención no quería estar allí en aquel grupo. Se veía que estaba siendo forzado a tomar y los que estaban a su lado se reían cuando terminaba de tomar una de las bebidas sobre la mesa.

¿Qué estaba haciendo ese chico?

Se acercó más hasta que quedó de pie al lado del grupo sentado alrededor de la pequeña mesa en el centro. Todos levantaron la mirada hacia él y el chico se quedó mirándolo fijamente. Una sonrisa se dibujó en los labios de Johnny mientras veía el chico.

Oh sí… Eso era en verdad algo por lo cual sentirse atraído. Johnny se relamió los labios y se quedó mirando al delgado chico rubio, el cual se le parecía conocido pero en estos momentos no sabía identificar dónde lo había visto ya que su mente estaba demasiada nublada. Dio un paso hacia el grupo de hombres que se habían reunido alrededor del chico que parecía carne fresca.

—Hey—saludó Johnny y el chico lo miró con los ojos abiertos y con una expresión extraña. ¿Acaso estaba pidiéndole ayuda? Johnny les dio una mirada rápida a los chicos alrededor del rubio, no se veían buenas personas y miraban a Johnny de muy mala manera, quizás porque sabían que él le arrebataría aquella presa.

—H-hola—saludó el chico con temor en su voz.

Definitivamente era lo que había pensado. ¿Cómo podía ayudarle a que escapase de estos chicos sin que creyera que tenía malas intenciones con este? Bueno, si estaba deseoso de besar esos jugosos labios los cuales eran un poco rosáceos para un chico, pero no quería lastimarlo. Él no era de los que lastimaban.

—¿He llegado tarde?—preguntó Johnny y el chico parpadeó confuso. Johnny alzó una ceja y el chico en ese instante asintió. Al parecer había captado que estaba tratando de ayudarlo a zafarse de aquellos tipos que no tenían buenas intenciones.

El chico se alejó de los otros y se puso de pie.

—No te vi—dijo el chico sonriendo para después girarse hacia el grupo que había dejado—Gracias por la velada pero ya tengo que irme—dijo y se acercó a Johnny.

Johnny sintió como el chico se pegaba a su brazo y sintió un punzón en la entrepierna. Era increíble lo que alguien podía provocar en él tan rápido. Al parecer estaba muy deseoso. Le sonrió al chico y le dio una mirada al grupo quien miraba a Johnny como si fueran a matarlo. Era tiempo de abandonar el barco. Se dieron la vuelta y salieron del bar. Se alejaron y cuando al fin estuvieron lejos del bar, Johnny se detuvo y se giró hacia el chico.

El chico soltó un suspiro y se llevó una mano hacia el corazón. Debía de estar asustado. Parecía que esta era su primera vez en aquel tipo de lugar. Johnny se acercó al chico y levantó una mano. Le tomó la barbilla con esta y se la levantó para que pudiesen mirarse a los ojos. Gracias a la luz de las farolas que iluminaban la oscura calle pudo ver sus ojos que parecían ser verdes. Lindos ojos. Le sonrió al chico y vio como este se ruborizaba.

—¿Estás bien?—le preguntó Johnny mientras dejaba caer la mano y se alejaba del chico. Si esto seguía iba a cometer alguna locura como dormir con el chico. Había estado pensando esto desde un principio pero era mejor dejarlo en paz ahora ya que este casi estuvo jodido por aquellos chicos de antes.

El chico asintió.

—Gracias—le agradeció el chico mirándolo a la cara y Johnny se dijo que en verdad había visto esa cara pero no podía recordar dónde. Maldito alcohol. Este estaba anulando sus funciones.

—No hay de qué pero tienes que tener cuidado—le dijo al chico quien bajó la cabeza y volvió a asentir para después volver a mirarlo a la cara.

Ambos se quedaron mirándose y Johnny comenzó a pensar en cosas sucias que hacer con aquel chico. Había pasado tiempo desde la última vez que estuvo con alguien, todo por Jamie pero esto se iba a acabar. Debía dejar de pensar en Jamie y comenzar a pensar en otras personas.

—Me pareces conocido—dijo el pelirrubio y Johnny parpadeó confuso. Así que el chico estaba igual que él. Johnny alzó una de las comisuras de su boca.

—¿Estás usando una línea de ligue conmigo?—le preguntó sólo para fastidiarlo y el chico frunció el ceño.

—Hablo en serio.

Johnny se rio. Era divertido molestar a los más jóvenes. Se quedó mirándolo. ¿Qué edad tendría realmente? Menos de 20 quizás. Era muy flacucho y era alto, aunque no más que Johnny, tenía una cara un poco aniñada.

—Tengo la misma corazonada contigo—le dijo Johnny cruzándose de brazos.

—¿Nos conocemos?—preguntó el chico alzando una ceja.

—No lo sé—dijo Johnny pasándose una mano por el pelo—Ahora mismo estoy un poco bebido y no puedo pensar coherentemente—murmuró Johnny.

—Yo estoy un poco bebido pero sé dónde estoy parado—dijo el chico riéndose y luego se tambaleó—O quizás no.

Johnny se rió también para después quedarse mirándolo en silencio. Se sentía muy atraído por este chico. Quería tomarlo y besar esos labios suyos. Se relamió los labios y soltó un suspiro. Debía de controlarse.

—Bueno…—El chico le dio una mirada y Johnny tragó nervioso. Era idea suya o el chico coqueteando con él con la mirada. Si él quería a jugar, Johnny podía jugar también.

—¿Y ahora qué?—le preguntó Johnny.

Estaba comenzando a excitarse y su mente empezaba a imaginarse aquel chico cabalgándolo, su cara aniñada ruborizada del placer. Maldición. Se movió incómodo mientras sentía su erección ponerse más dura dentro de sus pantalones. Debía de controlarse. Si seguía dejando su imaginación seguir iba a tomar al chico por el cuello de su camiseta y meterlo en el callejón al lado del bar, en donde le haría varias cosas no aptas para menores.

—Supongo que eres gay—dijo el chico rubio y Johnny asintió.

—Tú también, ¿no?—le preguntó Johnny sonriendo y el chico asintió—¿Es tu primera vez aquí?—volvió a hacerle otra pregunta pero el chico desvió la mirada antes de asentir débilmente.

Johnny sonrió. Al parecer era nuevo en el negocio.

—¿Qué buscabas?

—Quería probar—admitió el chico y lo volvió a mirar—Solo que me asuste cuando estos chicos vinieron hacia mí y comenzaron a molestarme—murmuró el joven para después suspirar y tomar la cabeza con una mano—Pensé que no saldría de esta.

—Es porque eres carne fresca—le dijo Johnny. El chico se veía como si nunca hubiese salido de su cueva en su vida. Los depredadores del bar lo vieron como una presa con la cual entretenerse antes de devorarla. ¡Qué bueno que había estado allí para ayudarlo! Aunque bueno, lo hizo por su propio interés.

—Lo sé—murmuró el chico.

—No es bueno probar cuando andas solo—le aconsejó Johnny—Si vas a hacerlo ven con alguien que sepa sobre el territorio, ¿sí?—le sugirió al chico.

El chico asintió y se quedó mirándolo en silencio. Johnny también lo observó. Mientras más lo miraba más conocido se le hacía. ¿Acaso era porque se le parecía a Samuel y Jamie de joven? Aunque bueno, este chico parecía tener la edad del primero, pero su físico era muy diferente. Odiaba su mente ahora, porque en serio que aquel chico se le hacía muy conocido.

Johnny soltó un suspiro.

—Bueno, hasta aquí llegamos, ¿no?—murmuró Johnny haciendo una mueca. Debería tener los huevos suficientes para tomar entre sus brazos y pedirle que durmieran juntos, pero ni siquiera el alcohol le daba el valor suficiente para hacerlo. Definitivamente Jamie lo había afectado demasiado. Iba a ser difícil quitárselo de la mente.

El chico volvió a asentir.

—Gracias por lo de hace un rato y…—se interrumpió para moverse nervioso—Quiero agradecértelo—dijo este desviando la mirada.

—¿Agradecérmelo?—preguntó Johnny con una negra ceja arqueada. ¿A qué se refería?

—Sí—murmuró este bajando la mirada y a Johnny le pareció ver que estaba avergonzado—Digamos que quiero agradecérselo de alguna forma. Al salvarme has perdido tu oportunidad de estar con el bartender y…—este no terminó y Johnny lo miró más confundido.

—¿De qué hablas?—le preguntó Johnny. Su mente se estaba yendo por el lado equivocado, ¿acaso el chico se refería a…?

—Puedo usar mi boca si quieres—dijo el joven y Johnny confirmó sus sospechas.

¿Una mamada? ¿Le ofrecía una mamada por ayudarlo? Johnny soltó una carcajada. Eso era demasiado fácil. No le gustaba lo fácil.

—¿Estás hablando de darme sexo oral?—le preguntó Johnny solo para estar seguro pero sabía que era eso a lo que se refería el pelirrubio.

El chico se quedó mudo pero la expresión de su cara lo confirmó. Johnny soltó otra carcajada. Era increíble. Le estaba ofreciendo una mamada. Johnny la aceptaría así sin más, pero no quería que aquel chico se la ofreciera solo porque lo había ayudado, quería que esta saliese de sí mismo, que la desease en verdad. Johnny comenzó a jugar.

—¿Has probado alguna vez?—le preguntó mientras se acercaba al chico, lo suficiente para que este tuviese que alzar la mirada hacia él ya que Johnny  le sacaba unas cabeza de alto, el chico era alto pero no más que Johnny.

El chico se ruborizó pero fue directo.

—Sí, lo he hecho—admitió para después relamerse los labios.

Johnny se dio cuenta de que este se relamía demasiado los labios, ¿acaso deseaba besarlo de la misma forma que Johnny lo deseaba? Johnny sonrió. Quería besarlo. Tirar de sus húmedos labios con sus dientes y luego hundir su lengua dentro.

—¿Te gustó?—le preguntó sintiendo su voz ronca. Estaba perdiendo poco a poco la razón.

—No fue una buena experiencia—dijo este desviando la mirada—Pero quiero intentarlo una vez más—murmuró el chico para después volver a mirar a Johnny—Es por eso que he venido aquí. Quiero probar algo nuevo.

—Lanzándote a pescar tan rápido, ¿eh?

El chico se encogió de hombros y Johnny se quedó mirándolo. ¿Qué debería hacer? ¿Debería ser el imbécil que siempre era y tomar lo que le ofrecía? ¿Debería decirle que no y marcharse de vuelta al bar? ¿O debería seguir sus instintos? El chico quería jugar, quería probar con él. Claro, desde hace rato estaba enviando miradas extrañas y esa ofrenda de hace rato seguro que no se la hacía a cualquiera. Iba a aceptar pero antes…

—¿Cuál es tu nombre?—le preguntó Johnny. En situaciones normales ni siquiera preguntaba el nombre antes de ligarse con alguien, pero esta vez sentía que era importante. Además, quería que este chico gimiera su nombre cuando estuviese empujando dentro de él.

—¿Por qué quieres saber mi nombre?

—Me gustaría saberlo—dijo Johnny. Quería gemir su nombre cuando llegase al clímax dentro de este.

—Yo…—el chico se mordió el labio inferior y Johnny levantó una mano para tomarle la barbilla con esta, hizo que lo mirase a los ojos. Sus ojos verdes eran tan llamativos, no, todo en él era llamativo. No se había sentido tan atraído por alguien desde Jamie, más bien, Jamie había sido la única persona por la cual se había sentido muy atraído, el resto solo fue algo pasajero, algo para quitarse las ganas.

Maldición. Estaba comenzando a caer.

—Hey—llamó su atención.

—Soy Hayden—se presentó el chico.

Johnny arqueó las cejas. ¿Hayden? Había escuchado ese nombre antes y que además, el chico se le parecía conocido pero en verdad no recordaba donde. Quizás era el alcohol que tenía en el sistema que no lo dejaba pensar coherentemente. Si estuviese sobrio recordaría fácilmente. Bueno, más tarde buscaría en su cabeza porque el chico se le parecía conocido. Ahora estaba a punto de entrar en acción.

Johnny sonrió y acarició la barbilla libre de pelo facial con los dedos de Hayden. El chico cerró los ojos por un momento y Johnny se relamió los labios. Le gustaría hacer algo más que tocar su barbilla. Hayden abrió los ojos en ese momento y se quedó viéndolo fijamente.

—Soy Johnny—se presentó Johnny.

Hayden se quedó mirándolo, como si estuviese buscando en su mente sobre si lo conocía pero después le sonrió.

—Un gusto—murmuró Hayden sonriendo poco después.

—El gusto también es mío—dijo Johnny y movió la mano en su barbilla por su cuello hasta su nuca, en donde jugó con el pelo de esta de Hayden. Vio como Hayden cerraba los ojos una vez más, parecía gustoso por la caricia. Si esto le fascinaba entonces le encantaría lo que le haría después cuando estuvieran en una habitación privada.

Johnny se inclinó sobre sus labios pero no los besó, quería estar seguro de que Hayden quería esto. No obligaba a nadie a estar con él, así que quería cerciorarse de que esto sí podía suceder y de que Hayden estaba a gusto con él.

—¿Estás seguro?

Hayden abrió los ojos y lo miró.

—No lo estoy pero por alguna razón quiero que me toques y…—este se interrumpió y se relamió los labios—Creo que estoy un poco borracho pero en verdad quiero esto.

—Yo también lo estoy pero…—Johnny se acercó y se inclinó lo suficiente para que sus bocas se rozaran. Se quedó maravillado por la suavidad de estos. Era como si los labios de Hayden hubiesen sido hechos para él.

Johnny acarició sus labios con los suyos y después se separó. Se quedó mirándolo a los ojos y Hayden también lo hizo, enfrentando sus miradas.

—No quiero que te arrepientas—le dijo Johnny acercándose y volviendo a rozar sus labios.

—No lo haré—susurró Hayden cuando Johnny se alejó.

Johnny sonrió y levantó la otra mano para anclarla en la cintura de Hayden, acercándolo a su cuerpo, haciendo que este sintiese su estado para después lanzarse a devorar sus labios.

Esta noche no la pasaría solo otra vez.

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*—Hayden:

Lo mejor para olvidar a otra persona era encontrar a otra persona y era por eso que Hayden estaba entrando el aquel lugar, uno el cual no había frecuentado nunca en su vida pero había oído de este. Tragó nervioso y se armó de valor. Se adentró a la manada mirando a todos los que estaban allí, los cuales eran hombres, no había ni una sola mujer. Obvio, era un bar gay.

Hayden encontró una mesa libre pero ni bien se sentó, tres hombres se acercaron y tomaron asiento en su mesa. Hayden se quedó mirándolos sorprendidos, como estos tomaban confianza como si los conociese. Los hombres pidieron bebidas y se acercaron demasiado a él. Hayden trató de alejarse, de decirles que no estaba interesado, de que no deseaba beber ni nada por el estilo, pero todo lo que hizo fue en vano. De un momento a otro, estos pasaron a charlar y a beber animadamente, incluyéndolo. No sabía porque los acompañaba. Podía ponerse de pie y marcharse. Si, debería hacer eso.

Trató de ponerse de pie, pero el más cercano a él se lo impidió, empujándolo al asiento otra vez y comenzando a molestarlo. No iba a poder salir de esto fácilmente. ¿Qué iba a hacer? Quizás no debió ir a aquel lugar solo. Era presa fácil. ¿Qué diablos estaba pensando? Iba a llegar a su casa de mala manera o cuando venía a ver, ni siquiera podría llegar a su casa.

Comenzó a temblar de miedo pero de un momento a otro, una figura alta se acercó a su mesa. Hayden levantó la mirada y miró al recién llegado confundido. ¿Quién era ese tipo? ¿Acaso era otro del grupo que iba a tomarlo y a violarlo?

Tragó nervioso.

—Hey—saludó el recién llegado con una sonrisa sincera y Hayden lo miró sorprendido. El aire a su alrededor era muy diferente a los del grupo así que supuso que este no tenía que ver con estos. Quizás era un ángel enviado a salvarlo.

—H-hola—lo saludó Hayden con un poco de temor esperando que este no fuese como el resto. Hayden le pidió ayuda con los ojos y el hombre pareció darse cuenta de lo que sucedía ya que rápidamente intervino.

—¿He llegado tarde?—preguntó el guapo moreno de ojos azules.

Hayden se quedó ensimismado por su belleza. El tipo era demasiado guapo. ¿Podía confiar en este? Bueno, era aquel tipo o los otros, solo tenía dos salidas y no iba a tomar la que le perjudicase así que asintió al tipo para después ponerse de pie. Debía de seguir el juego.

—No te vi—le dijo continuando con la charada para después girarse al grupo—Gracias por la velada pero ya tengo que irme—dijo Hayden para luego acercarse al guapo moreno.

Debía de seguir la charada y hacerles creer al grupo de que el pelinegro era su pareja. Se pegó como una lapa del brazo del recién llegado y le dio una sonrisa al hombre quien se la devolvió, la cual dejó sorprendido a Hayden. Él era tan guapo.

Juntos salieron del bar hacia el estacionamiento y tomaron un momento para detenerse. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho por el susto pasado. Tenía que andar con cuidado de ahora en adelante pero gracias a Dios que no había pasado nada grave. Todo gracias a su ángel de la guardia.

Cuando ambos se enfrentaron, el hombre levantó una mano y tomó la barbilla de Hayden para que lo mirase a los ojos. Ambos se quedaron mirándose. Hayden se quedó mirándolo sorprendido. El hombre le parecía tan conocido. Sentía que lo había visto en otro lugar, de que había visto esos ojos azules electrizantes en alguna otra parte. Donde era la pregunta.

Hayden se relamió los labios comenzando a sentirse atraído por el hombre. No se había sentido tan atraído por alguien, bueno, por Samuel, pero este era agua pasada y un mal recuerdo que trataba de enterrar en algún lugar de su cabeza. Su mente de la nada comenzó a imaginarse a aquel hombre empujando dentro de él y se ruborizo. Debía de ser el alcohol. Él no era pervertido. Hayden no tenía esos pensamientos calientes.

Bueno, de algo estaba seguro, estaba muy atraído por aquel hombre y sabía que este sentía lo mismo. ¿Qué podía hacer? Su mente estaba muy confundida y estaba muy deseoso. Tenía una erección entre sus piernas y su cuerpo palpitaba por su toque. Sabía que tenía que andar con los ojos en todas partes pero no parecía haber problema con el hombre de ojos azules que se le parecía tan conocido. Se supone que no debería acostarse con un extraño, pero era eso lo que lo había llevado al bar, el deseo por tener relaciones y borrar el toque de Samuel de su cuerpo, el gran amor de su vida. Lo necesitaba e iba a rendirse ante aquel hombre.

Se armó de valor y comenzó a tirar indirectas.

Iba a tenerlo aquella noche.

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*—Johnny:

Definitivamente, rendirse a los encantos de Hayden, había sido la mejor idea que había tenido en mucho tiempo.

Johnny empujó el cuerpo de Hayden contra la puerta cerrada de la habitación del hotel. Ni bien ambos habían aceptado a lo inevitable, Johnny en medio de un candente beso había propuesto ir a una habitación ya que odiaba mostrar sus técnicas al público. Hayden había aceptado y después de una caminata rápida al hotel más cercano y una reserva de una habitación en este, ambos se habían ido de forma apresurada hasta el ascensor hacia el piso donde el cuarto estaba y mientras iban en la caja de metal, Johnny tuvo que ceder a la tentación porque no pudo aguantar.

Había empujado a Hayden contra la pared del ascensor y luego había tomado su rostro en sus manos para inclinarse a devorar sus generosos y rosados labios. ¿Cómo era posible que un chico tuviese unos labios así? Bueno, él tenía el placer de degustarlos.

El beso había sido demasiado candente. Le había abierto la boca con la lengua la cual había empujado dentro para después comenzar un baile sensual con la suya mientras le hacía sentir su erección. Estuvo casi a punto de venirse entre sus pantalones de tanto roce que hubo allí dentro. Solo se separaron cuando salieron del ascensor y caminaron hacia la habitación asignada.

Hayden abrió la puerta de forma apresurada y Johnny lo había empujado dentro para después cerrarla y empujar a Hayden contra esta mientras volvía a atacar sus labios. Le tomó la cara con las manos mientras colocaba sus labios sobre los suyos. Estos eran tan cálidos y húmedos, comenzaban a hincharse por los besos de Johnny.

Le chupó los labios con vehemencia y luego los separó una vez más con la lengua para volver a entrelazar sus lenguas. El chico que tenía en brazos comenzaba a parecerle interesante. Parecía inexperto pero a la misma vez parecía saber lo que hacía. Johnny sonrió gustoso. Esta noche iba a darse un festín. Iba a disfrutar.

Después de varios besos y toqueteos. Johnny decidió que tenía que hundirse dentro del chico. Estaba demasiado excitado como para tratar con juegos previos. Él debía tocar la gloria rápido. Así que tomó a Hayden entre sus brazos y sin dejar de besarlo, lo llevó a la cama.

Rápidamente, le quitó la camiseta que el chico tenía quien a su vez, echó manos hacia su chaqueta. Ambos comenzaron a desnudarse el uno con el otro hasta que estuvieron desnudos sobre la cama. La vista de Johnny se dirigió hacia la erección de Hayden que presionaba su estómago. Si estuvieran en otro momento, haría otras cosas para hacer sentir bien a aquel chico que había ido al bar a experimentar, pero ahora no tenía tiempo para ello. Estaba demasiado excitado y borracho como para pensar.

Johnny extendió la mano hacia la mesita de noche, en donde había una pequeña cesta con varios artículos útiles. Tomó un sobre plateado, el cual sabía que era lubricante. Lo dejo a un lado y se quedó mirando al chico, el cual tenía la cara ruborizada y lo  miraba con confusión.

—¿Estás seguro de esto?—le preguntó Johnny por última vez.

Hayden podía haber tenido experiencia antes con algún otro hombre o quizás podría no tenerla. No quería lastimarlo, quería que se sintiese bien, así que debía de estar seguro de que Hayden en verdad quería esto.

El chico asintió débilmente y Johnny aspiró. Era ahora o nunca.

Se sentó en la cama, entre el medio de las piernas de Hayden. Tomó el sobre de lubricante y lo abrió con la boca, vertiendo el líquido en su mano derecha. Le dio una mirada a Hayden mientras esparcía el líquido por su mano. Vio temblar su labio inferior, el cual Hayden mordió con sus dientes, deteniendo el temblor. Parecía muy nervioso. Quería que se relajara antes de ir a lo que habían venido.

—¿Estás nervioso?—preguntó Johnny. Quería que Hayden se calmase un poco porque si no lo hacía, iba a hacerle daño y esto era lo menos que Johnny deseaba.

Hayden soltó sus labios.

—Por favor deja de preguntar y métela—pidió el chico y Johnny lo miró sorprendido por sus palabras.

—¡Vaya!—murmuró Johnny.

Hayden se percató de sus acciones y se cubrió la cara con las manos, avergonzado. Johnny no pudo evitar reír. Eso había sido muy cómico. No conocía del todo a Hayden, pero le había dado la certeza de que era un chico algo tranquilo que en aquel momento estaba perdiendo el control un poco.

Johnny se acercó. Era una pena que esto solo sería un encuentro de una sola noche. Si tuviese otra oportunidad aprovecharía para hacerle muchas cosas a Hayden con el fin de verlo completamente fuera de sí, con una cara extasiada y loco por la lujuria. Ahora no era el momento.

Movió la mano hacia el centro de Hayden. Tomó su erección con una mano y el chico gimió. Lo acarició un poco haciendo que Hayden moviera las caderas gustosamente para luego, cuando este estaba a punto de tocar el cielo, deslizar los dedos por sus bolas. El chico gimió de placer y Johnny continuó deslizando los dedos hacia su ano.

Acarició el área alrededor de este lentamente y unos segundos después presionó un dedo hacia la entrada de Hayden. Sintió como el chico se estremecía y Johnny espero hasta que este estuviese listo para dejarlo continuar. Cuando sintió que se relajaba, Johnny continuó acariciando, aplicando el lubricante para no lastimarlo.

Cuando Hayden estuvo listo, Johnny sacó los dedos y tomó un preservativo de la cesta, el cual colocó en su erección. Mientras lo colocaba no dejaba de pensar en cómo sería estar dentro del chico. Estaba excitado por él, obviamente, pero le sorprendía que hubiese cedido a hacerlo con Hayden cuando había estado ignorando a varios chicos. ¿Qué era lo que le llamaba de Hayden? ¿Acaso era por el presentimiento que tenía que lo conocía? Si no estuviese bajo los efectos del alcohol quizás su mente estuviese más clara y podría saber porque se sentía así con Hayden.

Johnny sonrió. Estaba seguro que cuando el alcohol abandonase su sistema, Hayden estaría a millas lejos de él. Era una pena ya que le gustaría experimentar otra vez con el cuándo no estuviesen alcoholizados.

Se guió a sí mismo hacia la entrada del chico pero antes de empujar dentro de este, le echó una mirada. Hayden había dejado de taparse la cara y ahora lo miraba con lujuria.

—¿La quieres?—le preguntó Johnny alzando su miembro hacia Hayden quien se relamió los labios.

—¡Ponla dentro!—exclamó el chico moviendo las caderas.

—¿Estás seguro?

—¡Sí!

Johnny rio. Hayden parecía muy desesperado y Johnny no se hizo el difícil. Se acomodó en su entrada y lentamente empujó dentro de este. Ambos gimieron. El chico era algo estrecho pero definitivamente conocía la mano de otro hombre. Mientras comenzaba a mover las caderas, buscando un ritmo reconfortante para ambos, Johnny no dejaba de pensar en que deseaba a Hayden para él. El chico a pesar de que era algo inexperto podría convertirse en un buen amante y él deseaba tener un amante que lo hiciera olvidarse de todo lo sucedido con Jamie.

Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras aumentaba sus estocadas y se inclinaba hacia Hayden para tomar sus labios. Aun así, aunque Hayden conociese el toque de otro hombre, Johnny haría que olvidase aquella persona que lo había tocado y que en su mente, a pesar de la bruma de este, lo recordase para siempre. Claro, quien sabe si algún día volvían a encontrarse y pudiese tener la oportunidad de ser amantes en un futuro.

Solo tenía que volverlo loco en aquel momento y aprovecharse después.

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*—Hayden:

Hayden yacía sobre la cama, respirando agitadamente, recuperándose de lo que había hecho hace un momento. Miró hacia Johnny, quien estaba acostado a su lado, en la misma situación que él. En ese instante, el hombre miró hacia él y Hayden sintió su cuerpo latir de deseo.

Le dio una lasciva mirada la cual fue devuelta por Johnny, pero con más intensidad. Se relamió los labios mientras recordaba lo que había hecho. Johnny había sido el mejor amante que había tenido en su vida. Ni siquiera tener relaciones con chicas era mejor que esto. Ni se comparaba a aquel horrible momento con Samuel. Johnny sabía lo que hacía.

Hayden cerró los ojos y se relamió los labios, los cuales estaban hinchados por los besos. Su cuerpo palpitaba todavía de placer y ardía por las ganas de que Johnny volviese a tomarlo entre sus brazos.

Se armó de valor. Abrió los ojos y se giró hacia él, cerniéndose sobre el cuerpo desnudo de Johnny y colocando su pelvis sobre la de Johnny. Sintió como su miembro cobraba vida debajo de su trasero y no pudo evitar gemir de placer.

—¿Otra?—preguntó Hayden ladeando la cabeza.

Johnny sonrió con una sonrisa que parecía tener el efecto de mojar a las mujeres. Si Hayden fuese mujer estaba seguro de que estaría goteando en aquel momento. Aunque… Bajó la mirada hacia la erección que tenía en ese momento. En aquel momento estaba goteando por Johnny. Se relamió los labios y se inclinó hacia Johnny para besarlo mientras lo tomaba en su mano para guiarlo dentro de él.

Comenzó a cabalgarlo, completamente fuera de sí, pensando solamente en el pacer. Iba a disfrutar mientras pudiese. Cuando llegase el día de mañana, Hayden estaba dispuesto a seguir adelante a pesar de lo rico que era estar con Johnny. Era solo un revolcón más pero a diferencia de los pasados, este le había enseñado que ya no debía de ocultarse. Debía de admitir lo que era. Era homosexual y por mucho que intentase cambiar. No iba a suceder.

Sonrió sobre los labios de Johnny. Disfrutaría toda la noche de este.

.

.

.

*—Johnny:

¿Qué había estado pensando la noche anterior?

Una sonrisa surcó en su rostro y miró hacia el techo de la habitación del hotel en donde se había quedado la noche anterior. Definitivamente, no había pensado mucho anoche. No. Para nada. Su cabeza había estado muy lejos.

Movió la cabeza y miró de soslayo hacia la ventana de cristales cubierta por la cortina por donde entraba un poco los rayos del sol de aquella fresca mañana. Su mirada volvió hacia el centro de la habitación, donde estaba la cama y en donde estaba la persona con la que había dormido.

¿En qué había estado pensando?

Sonrió una vez más.

Había estado pensando en sexo, y mierda, sí que fue un buen polvo lo de anoche. Había pasado tiempo desde que disfrutó tomando a alguien entre sus brazos y lo de anoche estuvo más que bien, su polla todavía pulsaba febril entre sus piernas. Esta quería una vez más hundirse en el rico trasero de aquella persona que estaba sobre la cama bajo las calientes sabanas.

Frunció el ceño. Aun así, aunque lo deseaba, tenía que regresar a la realidad. Lo de anoche estuvo bien pero luego de que amaneciera, se dio cuenta de que había sido un error. Un completo error. No debió suceder lo de la noche pasada.

Bufo molesto.

Aunque le hubiese gustado que las cosas fueran diferentes, no podía borrar lo sucedido. De todos modos, tenía que despertar a la persona que descansaba sobre las sábanas y enfrentar la realidad.

Johnny soltó un suspiro y se pasó una mano por el rostro. ¿Había estado tan bebido anoche que no se había dado cuenta de la persona con la que había dormido? Esto era extraño porque recordaba todo lo que había hecho. Quizás el alcohol solo había nublado sus pensamientos coherentes. Bueno, la había jodido en verdad.

Se levantó del sofá en donde tenía más de media hora sentado y caminó hacia la cama en el mismo momento que la persona sobre esta, se giraba y lo miraba confundido. Johnny le aguantó la mirada hasta que los ojos verdes de la persona se abrieron muy sorprendidos. La persona estaba ya despierta y muy despierta.

Johnny sonrió y se inclinó sobre la cama.

—Buenos días Hayden—le dijo Johnny dándole a entender que sabía exactamente quién era y haciendo que el chico lo mirase con miedo ahora.

Bueno, tenía que admitir que esto iba a ser divertido.

 

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