Capítulo 124
—Carmen, siguiendo tu lógica, ¿entonces debería profanar el cuerpo de Isabel hoy para vengarme por haberme robado a mi esposo? —solté sin más.

Mi comentario causó conmoción instantánea en el lugar.

Continué hablando con toda calma: —Aunque este hombre no sea gran cosa, incluso si yo no lo quería, lo correcto habría sido que tu hija lo recogiera después de que yo lo dejara, no que me lo arrebatara. Eso no tiene justificación alguna.

—¡María! —Antonio me interrumpió con voz severa, mirándome con una expresión sumamente incómoda.

Torcí la boca y, después de mirar alrededor con resignación, suspiré: —Ya, olvídenlo. Mi intención quedó clara, si la aprecian o no es su problema. Me voy.

—María, espera —Antonio me detuvo de repente.

Me detuve sin voltear, cuando lo escuché dirigirse a Mariano y Carmen: —Suegro, Carmen...

Fruncí el ceño, completamente desconcertada. ¿Cómo podía seguir llamándolo "suegro" tan naturalmente?

—Yo le pedí a María que viniera hoy —explicó Antonio con voz profunda y p
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