— ¿Cómo te atreves a calumniarme? Tú fuiste quien lo mató. Descuidaste tu deber y dejaste tu puesto sin permiso. Anoche no había ningún médico de cardiología como tú. ¿Vas a dejar operar a los estudiantes de medicina de guardia?
— ¡Pero fuiste tú quien no permitió a los médicos asistentes preparar el equipo!
— No seas una mentirosa, todos ellos eran competentes y me hicieron todos los preparativos pre quirúrgicos, y hay vídeos en el quirófano que lo demuestran. Y tú eres la única aquí que no es responsable de su trabajo, mi querida sobrina Aisha. Así que te informo ahora que estás despedida.
— ¡No puedes hacer esto!
— Claro que puedo, soy su único hijo y el decano en funciones, y tú solo eres una de los empleados que despedí.
— Realmente lo hiciste por esto. ¡Lo hiciste para quitarme el hospital! ¡Tú eres el que mató a mi abuelo!
— Querida sobrina, si sigues discutiendo, no sólo te despediré, sino que llevaré la cinta de tu escándalo sexual directamente a la organización de la reunión de los médicos, y tu carrera pronto será destruida por ti misma. Piénsalo antes de provocarme.
— No tienes idea todo lo que te aborrezco, tío, eres un ave de rapiña que estaba atenta a que el abuelo muriera para caer encima suyo, pero te voy a decir algo — alzó su dedo y lo agitó como amenaza — voy a llegar hasta las últimas consecuencias de esto e investigaré la muerte del abuelo, cortaré las cabezas que tenga que cortar con tal de hacer justicia.
Aisha se fue de ahí con el corazón roto, una vez que tuvo ropa decente fue a la morgue porque sabía bien que su abuelo estaba ahí.
— Doctora Martínez — el encargado me detuvo — lo lamento, no puede ver a su abuelo, son órdenes del vicepresidente.
— ¡¿Qué?! ¿Acaso esto es una jodida broma? Tengo todo el derecho del mundo a ver a mi abuelo, incluso si me han despedido.
— Por favor, tenga en consideración que si no le obedezco al vicepresidente no va a ser la única despedida el día de hoy.
— Ya lo has escuchado, sobrinita — mi tío caminó en mi dirección — ¿Acaso quieres que despida a este pobre hombre también? Recuerda que tiene una bebé que mantener.
— No puedo creer que cayeras tan bajo, pero ten por seguro que todo esto lo vas a pagar muy caro, el karma existe tío y va a llegar a ti cuando menos lo esperes.
— Uy que miedo, mira como tiemblo — él empezó a temblar para burlarse de su sobrina — no me asustas en absoluto, tú solo eres una tipa que no tiene poder absoluto y tampoco a alguien poderoso que la respalde, así que vete de aquí si no quieres que llame a seguridad para que te den tus cosas.
— ¿Qué es lo que sucede aquí? — Christopher se puso del lado de Aisha — ¿Qué haces aquí? ¿Cómo se encuentra el director?
— Mi abuelo murió — la desesperación en su voz fue grande y las lágrimas se deslizaron por su mejilla — ahora no me quieren ni siquiera dejar ver su cuerpo.
— No lo pueden hacer — él miró al doctor Ortega — sabe que ella tiene todo el derecho de ver al difunto director.
— ¿Y quién te has creído para darme órdenes? Te recuerdo que soy tu superior y si no quieres que te corra de aquí vas a obedecer.
— No… Yo no…
— Christopher, deja las cosas así, no quiero que te corran, ya suficiente es conmigo.
Un helicóptero sobrevolaba la ciudad y mostraba un sitio creciente en el que el hospital de la familia Martínez sobresalía por todo lo alto.
— Encuéntrame a la mujer que estuvo en el hospital anoche, y asegúrate de que sea rápido — el hombre habló al teléfono dando órdenes al asistente.
— ¡Sí!
— Además, siempre pensé que Antonio, el vicepresidente que fue ayer a negociar la adquisición del hospital, se comportaba un poco raro, y cuando le pedí detalles sobre la información del hospital. No me puedo creer que no supiera responder a ninguna. Si no está el director Arturo, habrá un problema para que sólo Antonio intervenga en la compra. Consigue un abogado y averigua qué está pasando.
— Sí, señor.
El hombre colgó el teléfono y se frotó la cabeza, nada más levantarse ayer de la mesa de negociación sintió que algo iba mal, pensó que le habían drogado, ya decía él que era demasiado imprudente negociar la venta del hospital después de que el director se viniera al suelo.
De repente, la pantalla de su teléfono móvil se iluminó con un mensaje de texto desconocido:
“Señor, esperamos concluir la adquisición del hospital lo antes posible, espero que lo pasara bien anoche”.
El hombre se puso furioso al instante, odiaba que lo chantajearan y más de una forma tan abierta.
<< Así que este infeliz me quiere chantajear de esta forma, va a tener serios problemas conmigo si piensa que me voy a dejar. Ni siquiera sabe en el sitio que se encuentra parado y menos la administración del hospital, a mala hora el director se enfermó.>> << Aún no me encuentro casado, pero si este escándalo resulta salir a flote probablemente me vea muy afectado, esa mujer también debe haber sido preparada por ese maldito de Antonio. ¡Demonios! No utilicé protección y si esa mujer está embarazada de mí, entonces esto no sería sólo una cuestión de dinero>>
— Escucha — él volvió a llamar a su asistente — necesito que encuentres a esa mujer con la que estuve anoche y cuando la tengas en tus manos quiero que la lleves a una clínica para que se haga una prueba de embarazo, no me importa si ella no quiere hacerla, es necesario.
— Muy bien señor, todo se hará como usted desea.
— Ella se llevó un reloj, trata de buscarla con eso. Es el que me obsequió mi abuelo en el último cumpleaños que tuve.
Aisha volvió a la oficina. Varios compañeros la señalaban, una mujer la saludó y no era otra que Mel, la hijastra de su tío, que, con una sonrisa despectiva, se burló en voz alta.
— Prima Aisha, ¿De verdad has hecho algo así? ¿Ah, sí? Madre mía. Mi prima se hizo médico a los 25 y prostituta a los 26.
— Tú cállate, que no estás en condiciones de darme lecciones y haz lo tuyo. Te recuerdo que tú estás a mi cargo gracias al acuerdo especial que hice con mi tío.
— Prima Aisha, ¿Todavía crees que puedes ser mi jefa? Mi padre ya ha dicho que debido a la mala influencia que has tenido en el hospital, has sido destituida de tu puesto y ahora no eres empleada de este hospital, no tienes autoridad alguna. Para que veas que buena honda que soy, he empacado todas tus cosas para ti. Tómalas y deja esta oficina.
— ¡No me voy! ¿Quién eres tú para estar a cargo?
— Este hospital pertenece a mi padre, ¡Por supuesto que estoy a cargo!
— ¡Este hospital era de mi abuelo! Pertenecía a la familia Martínez, tú no tienes sangre alguna de dicha familia, así que aunque este destituida de mi puesto, sigo siendo más que tú.
— Lo siento, pero tu abuelo ha muerto, mi padre ha accedido a que nos cambiemos el apellido a Martínez, ¡Y pronto nos mudaremos a la mansión Martínez y tendrás que marcharte!
Cuanto más oía Aisha más se equivocaba, el abuelo no podía haberle dado toda la gestión solo al tío Antonio, a él le quedaban muchos socios y ella ahora estaba desesperada por ir a ver a esas personas y preguntarles.
Llegó a casa y se metió en el estudio del abuelo y empezó a buscar los datos de contacto de esas personas una a una, pero entonces se fijó en los nombres. Todos eran muy viejos, a muchos los había visto de niña. Algunas de estas personas se habían mudado al extranjero, otras ni siquiera tenían número de teléfono, y algunas sólo tenían un nombre y probablemente ya no vivían.
El tío Antonio apareció de repente en el estudio a una hora desconocida.
— ¿Qué haces? No te bastó con ver muerto a tu abuelo, ¿Ahora estás aquí destruyendo sus reliquias? — dice Antonio y se acerca al escritorio.
— ¿Qué te importa? ¿Acaso tienes miedo de que descubra algo que arruine tus planes? Nadie me saca de la cabeza que estás detrás de la muerte del abuelo, no pienso desistir hasta que la verdad salga a la luz.
— Esta casa ahora es mi propiedad, ¡ahora lárgate de esta habitación! Quitarte de tu puesto no te hace aprender la lección, ¡Perra desconsolada! — dice el hombre mientras se adelanta para arrastrar a Aisha fuera de la habitación, que olvidó cerrar con llave.
Él no se había dado cuenta que la chica delante de él era bastante lista, no dudo en venir a buscar pruebas sobre la herencia para encontrar algo en su contra.
Aisha no tenía ninguna salida, vio venir a su tío e inmediatamente miró los nombres de las personas que aún no había visto, nada nuevo que ganar, bajo los ojos decepcionada.— ¡Cómo te atreves a mirar aquí los documentos clasificados! ¡No puedes llevarte nada de aquí! ¡Vas a filtrar secretos comerciales! ¡Podría demandarte el resto de tu vida en la cárcel por divulgar a un importante cliente del hospital!Aisha bajó la vista y siguió mirando los que aún no había tenido oportunidad de fotografiar, ¡sólo para darse cuenta de que el pie de página de este documento, en realidad, tenía unas cuantas líneas de código Morse!— ¡Todavía lo estás mirando, lárgate de aquí! — el hombre de mediana edad arrastró apresuradamente a Aisha y la arrojó fuera de la puerta, cerrándola fuertemente.Aisha fue arrojada al suelo.— ¡Dame un momento honesto en tu puta habitación! — ¡Si no quieres que se filtren tus imágenes te tienes que largar de mi vista! — amenazó el hombre.Aisha memorizó las líneas del c
— Me halaga que ponga tanta fe en mí, sin embargo, es algo que tengo que pensar muy bien ya que estamos hablando de casarme con alguien que no conozco en absoluto, espero que pueda entender la situación.— Escucha pequeña, por lo que me has contado creo que no tienes más opciones que aceptar. De igual forma voy a darte el tiempo que consideres necesario y si quieres quedarte aquí para evitar cualquier enfrentamiento con tu tío, eres más que bienvenida.— No, creo que me iré a un hotel. No deseo ser inoportuna y tampoco abusar de usted — ella se levantó — le agradezco por todo y cuando tenga una respuesta se la haré saber a la brevedad.— ¿Irás directo al hotel? Me gustaría saber en qué hotel te vas a hospedar.— Iré a la villa primero para recoger mis cosas, después me hospedaré en el Greyhedge.— Muy bien, ya sabes qué hacer en caso de que requieras de ayuda, adiós Aisha.Ella se marchó de la mansión, el señor Gael llamó a un hombre que acudió de inmediato.— Quiero que sigas a esa j
— ¿Martínez? ¿Cómo el hospital? — la sorpresa en el rostro de Alejandro tuvo varios sentimientos, sorpresa pero al mismo tiempo una amargura ya que su familia le había tendido una treta, Antonio se había dicho en medio de aquella mesa de negociaciones que él era el hijo del director e incluso lamentaba que fuese engañado por la belleza de aquella chica.— Así es, ella es la única nieta del difunto Arturo Martínez. La he traído a la casa por algunas situaciones que se dieron y que te diré después, pero al parecer en el primer día la pobre sufre un accidente, por favor llévala al hospital para que la atiendan.A pesar de la petición de su abuelo, Alejandro no quería verse involucrado con Aisha y menos que alguien los viera cuando apenas había querido tener una relación con Mel para responder del atropello del que fue causante.— No quiero ir al hospital, además es culpa de esa mujer por ser tan torpe. Me encuentro cansado así que iré a descansar.— Tú no vas a ningún lado — el señor Gae
Alejandro utilizó toda su fuerza para intentar controlar al atracador, pero el tipo es demasiado astuto para eso, se da la vuelta y le apuñala en el centro del cuerpo.— ¡Señor Montecristo, señor Montecristo! ¡Alguien que nos ayude, por piedad!En el momento que el ladrón escuchó los gritos de Aisha se asustó ya que iba a llamar la atención, él miró a la mujer que lloraba aunque la situación no era para tanto. Fue justo ese el momento que el atacante se distrajo y Alejandro conteniendo el insoportable dolor de su herida fue que cogió el cuchillo y apuñaló a este hombre justo en su muslo.El ladrón cayó al suelo casi agonizando por el dolor punzante.Alejandro a pesar que sintió un alivio muy grande al sacar el cuchillo de su abdomen casi al instante vino a él un dolor muy agudo y vió que la sangre salía a borbotones.— ¡Por Dios! — Aisha tomó a Alejandro mientras se sentía extrañamente preocupada por él.Aisha ya no se atrevía a culparle; de todos modos, ella misma se había metido en
Aisha vaciló ya que sentía que era su responsabilidad y no podía dejar a Alejandro solo, además sumaba el hecho de que el abuelo de este hombre le había ayudado tanto.— No dudes en recordar que tu paciente está sangrando. Déjamelo a mí.Aisha apretó los dientes, ella estaba a punto de cruzar la puerta.— ¡No me toque! — Alejandro empujó al doctor y soplaba su piel con euforia — ¡No quiero que nadie me atienda más que Aisha Martínez!Alejandro tenía demasiados sentimientos mezclados, el principal era que su piel ardía como si le hubieran puesto un fierro para ganado. Alejandro lo oye todo desde la cama del hospital, y parece ser tal y como lo describe Aisha, que ella y su tío no se llevan bien desde hace mucho tiempo, hasta el punto de que la han echado del hospital y ha perdido su trabajo.Si era una mala mujer, no podía haber sido tan estúpida como para que la echaran del hospital. Y volvió a notar a la luz borrosa del cierre del quirófano que sus curvas parecían muy parecidas a las
Aisha traspasó el umbral de la mansión Montecristo, ella llevaba un solo pensamiento en la mente y aunque parecía que las cosas se iban a complicar aún más gracias a esa decisión, ahora se encontraba muy segura del siguiente pasó a dar.— ¿En dónde se encuentra el señor Montecristo? — le preguntó a una empleada y ella señaló el despacho, Aisha caminó y después de tocar entró.— Hola querida, que bueno que estás en casa. ¿En dónde se encuentra Alejandro? Necesito hablar con ustedes acerca de la boda.— Quiero decirle que aunque le agradezco toda la ayuda que me brindó hasta el momento, me veo en la penosa necesidad de irme de la casa Montecristo — ella hizo una reverencia — iré a recoger mis cosas para irme antes de que su nieto venga.— ¡Pero espera muchacha! — el señor Montecristo la detuvo — se supone que te vas a casar con mi nieto, estás en todo tu derecho de vivir en esta casa.— Escuche señor Montecristo, me veo en la penosa necesidad de decirle que mi matrimonio con Alejandro n
El vídeo que se había transmitido en vivo y que era tendencia en esos momentos, fue visto por los policías. Mel al ver que se encontraba descubierta intentó golpear a Aisha pero sus intentos fueron frustrados en el momento que aquella mujer le dió un golpe en el ojo que la lanzó al suelo.Los ojos de Alejandro se centraron en el vídeo y, al terminar, seguía sin creerse que la mujer de la grabación que había propinado la paliza fuera la mujer con la que él decía querer casarse.— No esperaba que una mujer embarazada fuera golpeada por alguien, ¿No cree, gran señor Montecristo? — exclamó Aisha con todo el sarcasmo que pudo reunir.Alejandro no dijo nada pero sintió como todo en su interior se revolvió al ver que su novia había cometido tal delito, en lugar de eso, sus ojos se centraron en Mel, y la mujer que en realidad iba a cometer la violencia estaba en ese momento como un conejito, bajando la cabeza y sin atreverse a mirarle a los ojos, en lugar de eso le sacudió el brazo como pidié
Sabiendo que la mujercita que tenía delante se la estaba jugando de nuevo, el hombre sacó la cartera con gran desgana. Vergonzosamente sólo había tarjetas dentro, nada de efectivo.— ¿Qué, un CEO tan grande como tú , ni siquiera puede sacar 500 USD?— Lo tengo en cuenta, no te deberé una cantidad tan pequeña, dime primero el método.— ¿No confías en Mel? ¿Por qué no esperas a sacarla tú mismo y se lo preguntas? Me preguntas como si yo te estuviera dando ideas malas y fuera yo quien quiere perjudicarla, mejor no digo nada. Adiós.Aisha terminó y con un fingimiento de relajación, se disponía a subir a hacer sus maletas. Alejandro se enfureció al verla balancearse. Inmediatamente la agarró de los hombros.— ¡Para ahí mismo! ¡No desafíes mi paciencia!Aisha vio los ojos furiosos del hombre... ¿Asustarla? ¡Ella no tiene miedo! Ha visto a este tipo de personas muchas veces en el hospital, algunos familiares de pacientes son unas veces más agresivos que este, ella nunca ha tenido miedo.— ¡