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Punto de vista neutro.

Adele se siente comprometida.

Ella sabe que Mariah no tiene una sola hebra de cabello en su cabeza que indique que es una tonta ni mucho menos, que la historia que le acaba de contar es muy parecida a la realidad y que entiende que su sola presencia puede ser una amenaza constante al puesto de su padre, el alfa Boris.

Así que deberá hacer lo único que la podrá librar del peso que infunde la necesidad de Mariah por una respuesta, y eso sería mentirle y tomarla por lo que no es una tonta.

Eso, hasta que venga la caballeriza y se la lleven de la habitación del bebé.

Pero ¿a quién llamar para que la apresen aquí y ahora?

Y es cuando se pregunta si no es ella misma una reverenda tonta, por no llamar mentalmente desde hace un buen rato a alguien que la ayude.

No, ella no puede creer que se ha convertido en soberbia, a tal punto de que se arriesgue a que el bebé se encuentre en una misma habitación que la mujer que se ha encargado de revolucionar todo en Moonlight,