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Noah.

―A ver, Noel, ¿en dónde está el fuego? ―le digo todo sarcástico y él pone los ojos en blanco, al tiempo que doy una mirada atrás y noto que Adele suspira toda nerviosa.

―Pues, en mis palabras, ¿en dónde más sería? ―me comenta y mueve su cabeza de lado a lado―y si no te importa, quisiera que vinieras a mi despacho―me indica y ahora sí que me preocupa, porque si hay un lugar en toda la manada que no le agrada a mi hermano, ese es su despacho.

Así que no medio una sola palabra más y cierro la puerta de mi habitación y me dirijo con él delante de mí.

―A ver, ¿de qué se trata todo esto―le digo y él me mira y se sienta, invitándome a hacer lo mismo.

―Pues, algo que me ha dejado más que anonadado y que estoy seguro que hará lo mismo contigo―me dice y se toma unos minutos antes de hablar, lo cual me está dando ganas de levantarme y darle un buen golpe, para que ya confiese de una buena vez. Luego recuerdo que es mi hermano menor y trato de calmarme―me he enterado de que Adele y Clío