Había llegado a destino finalmente, un lugar de ensueño con vistas más que magníficas. ¿Cómo es que un lugar tan hermoso exista en este mundo? Me había maravillado por completo, imaginarme despertando aquí todos los días era algo impresionante.

— ¿Qué le parece nuestro hermoso país señorita Rivera? — pregunta una voz que me despierta de mi ensoñación y me volteo a mirar de quién se trata. — Lamento interrumpir estaba muy concentrada mirando el paisaje. Soy Edward Sterling, es un placer finalmente conocerla.

— Oh Edward el gusto es todo mío, lamento no reconocerte en el acto. Debo agregar que personalmente te ves un poco diferente.

— Espero que bien y no mal. — me contesta sonriendo y me doy un golpe mental por el comentario tan absurdo.

— Definitivamente bien — contestó riendo porque la verdad es que había logrado ponerme un poco incómoda.

Había visto muy pocos vídeo suyos, aunque la verdad es que la mayoría siempre enfocaba a los lugares tan hermosos que visitaba y muy poco en él. Cu