*—Layonel:Llegaron tarde al encuentro con los chicos porque se habían tomado su tiempo disfrutándose nuevamente en la intimidad y buscando ropa de Damien que le sirviera a Layonel.La reunión tuvo lugar en el apartamento de Luc y Clayton, quienes se habían ofrecido a cocinar para todos. Al llegar, encontraron a Uriel, Danny y Cameron ya presentes. Layonel no pudo evitar sorprenderse al notar lo bien que se llevaban Uriel y Danny. Era increíble cómo, en tan solo un mes, las dinámicas del grupo habían cambiado.La comida transcurrió en un ambiente lleno de risas y camaradería. Todos compartieron anécdotas, especialmente sobre las cosas que habían sucedido en ausencia de Layonel. Por supuesto, no tardaron en relatar las travesuras y desastres de Damien, quien, según ellos, había sido “un caos andante” en más de una ocasión.—Es bueno verlos de regreso, felices y completos —comentó Danny con su habitual aura de tranquilidad, siempre siendo el mediador pacífico del grupo.—Gracias, Danny
*—Layonel:No sabía por qué estaba nervioso. No era su primera vez allí, pero había pasado un tiempo desde la última visita a la casa familiar de su novio. En ese entonces, su relación no tenía la profundidad y la intensidad que ahora compartían, algo verdadero y real.Damien le apretó la mano mientras caminaban hacia la puerta.—Tranquilo, mi mamá te adora e incluso me echo la bronca por ti —comentó Damien divertido—. Seguro que ya tiene todo listo para consentirnos —dijo con una sonrisa tranquilizadora.Layonel se rio, incredulidad y asombro mezclados en su expresión. Era increíble, pero cierto. Allison Bates, la misma mujer que había estado tan negada a la idea de que su hijo fuera homosexual, ahora lo abrazaba como si nada hubiera pasado. Recordaba claramente cuando Damien lo dejó y estuvieron alejados, y había escuchado de los chicos que fue la propia Allison quien, tras un par de conversaciones sinceras con su hijo, le metió algo de raciocinio en la cabeza. Le recordó que no deb
*—Damien:Su amado estaba silencioso a su lado, pero comprendía su silencio. En ese momento, Damien y Layonel estaban dirigiéndose hacia el cementerio municipal para llevarle flores a los padres de Layonel. No era el aniversario de su muerte, puesto que ya había pasado, pero según Layonel este decía que era el momento adecuado para que Damien conociera a las personas que más significaban para él.El aire fresco de la tarde acariciaba sus rostros mientras caminaban entre las tumbas, las cuales parecían guardar la quietud que solo un lugar como ese puede ofrecer. Los pasos de Layonel eran firmes, pero Damien notaba el peso de la carga que llevaba en su corazón. Sabía lo importante que era este momento para él.—Layonel, ¿estás seguro? —había preguntado Damien cuando Layonel lo mencionó, su voz suave y llena de preocupación. Nunca antes había visitado ese lugar de descanso de los padres de su amado, siempre había estado ocupado con el trabajo, pero ahora que estaban juntos y Damien querí
*—Damien:El aire fresco y crispado de Frosty Village abrazaba a Damien y Layonel mientras conducían por las calles adornadas con luces cálidas y decoraciones de otoño. Damien miró hacia las casas por la ventanilla de su vehículo mientras avanzaban lentamente por las pintorescas calles de Frosty Village. El pueblo tenía una atmósfera acogedora, perfecta para un día de Acción de Gracias. Aunque la pequeña localidad estaba tranquila, las casas brillaban con las luces de las festividades, y el aroma a pavo asado y pastel de calabaza flotaba en el aire. Las casas, de madera rústica y chimeneas humeantes, emanaban una sensación de calidez que contrastaba con el aire frío de la tarde. Todo estaba tan tranquilo y ordenado, pero la animada decoración navideña mostraba el espíritu festivo que llenaba el pueblo.—¿Estás nervioso? —preguntó Layonel, notando la mirada pensativa de Damien.Damien sonrió suavemente, aunque su mente estaba llena de pensamientos contradictorios. Habían sido invitados
*—Damien:Después de la cena, Damien comenzaba a sentirse un poco agobiado. Hubo tantas preguntas y comentarios que, aunque la familia de Layonel parecía un reflejo de la suya en cuanto a número y energía, no podía evitar sentirse un poco abrumado. La familia Bates siempre había sido ruidosa y caótica, pero Damien los conocía de toda su vida. Ahora, al enfrentarse a la otra familia de Layonel, todo parecía un poco más nuevo y un tanto abrumador.Layonel notó la tensión en él y, con una sonrisa cómplice, le sugirió que tomaran un respiro. Juntos, subieron al segundo piso, donde Layonel lo guió hacia una sala con ventanales grandes, que ofrecían una vista preciosa de la nieve cayendo. Se quedaron en silencio por un momento, mirando el paisaje invernal.—¿Cómo te sientes? —preguntó Layonel, su tono suave y preocupado mientras se acercaba a Damien.—Abrumado, feliz y nervioso —admitió Damien, encogiéndose de hombros.Layonel se rió suavemente.—Sí, así me sentía yo la primera vez, solo qu
*—Layonel:Layonel despertó con una sonrisa al recordar que su cumpleaños había llegado, pero lo que realmente lo tenía expectante era descubrir qué sorpresas le tenía Damien preparadas para el día. Era la primera vez que celebraban juntos como pareja, y desde que amaneció, su amado se había encargado de hacer que el día comenzara de la mejor manera posible.Cuando abrió los ojos esa mañana, fue recibido con la sensación cálida e intensa de los labios de Damien recorriéndolo, arrancándole suspiros y llevándolo al éxtasis. Sin previo aviso, su pareja se había deslizado bajo las sábanas y lo estaba complaciendo con una dedicación que lo dejó temblando. Después, Damien no perdió tiempo en hacerle el amor con una pasión arrolladora que dejó a Layonel jadeante, con ganas de más.Sin embargo, el deber llamaba. Era viernes y, como siempre, el trabajo los esperaba. Mientras Layonel intentaba reunir fuerzas para levantarse, Damien lo detuvo con una sonrisa traviesa y un beso en el cuell
*—Layonel:La velada en el restaurante había sido maravillosa. Layonel había tomado quizá una copa de vino de más, lo suficiente para sentir su cabeza ligera, pero no tanto como para marearse. Sabía que cuando regresaran a casa, el ligero aturdimiento desaparecería, sobre todo si Damien lo besaba como sabía hacerlo. Solo pensar en tenerlo cerca, desnudo y dispuesto, hacía que su piel se calentara.Se apoyó en Damien mientras subían en el ascensor, abrazándolo por la cintura, disfrutando del contacto íntimo que compartían. Era tarde y no había nadie más alrededor, así que Layonel aprovechó para deslizar sus manos con descaro. Pasó los dedos sobre el sexo de Damien, sintiendo la firmeza oculta tras la tela de sus pantalones. Damien, con su increíble autocontrol, no mostró ninguna reacción, pero Layonel podía sentir la tensión en su cuerpo.—Estás jugando con fuego —susurró Damien, su voz profunda resonando en el pequeño espacio del ascensor.Layonel no respondió, solo sonrió cont
*—Layonel:La noche había llegado a su fin, o al menos la velada con amigos, porque Layonel sabía que, aunque el reloj marcara después de la medianoche y el calendario indicara un nuevo día, su cumpleaños aún no había terminado.Después de recoger un poco y asegurarse de que Pumpkin estaría bien cuidado por su hermano mayor, Benito, llegó el momento que había estado esperando: ir a la recámara. A pesar de que un par de horas antes había estado un poco bebido tras reír y comer en exceso con sus amigos, la ligera borrachera se había desvanecido. Ahora, lleno de energía, sentía una excitación latente.Con Damien a su lado, caminaron hacia la habitación. Una vez dentro, Layonel se dirigió directamente a la cama, que aún mantenía un ligero aroma a rosas debido a los arreglos florales que seguían decorando el cuarto. Se sentó al borde del colchón, con una sonrisa que mezclaba curiosidad y expectativa, mientras observaba a Damien, quien permanecía de pie a unos pasos de él.—¿Y bien? —pregun