*—Layonel:Todo estaba yendo viento en popa. Una sonrisa se dibujó en los labios de Layonel, que pronto se amplió hasta convertirse en una expresión radiante, reflejando la inmensa felicidad que sentía. Desde aquel mágico fin de semana, la relación con Damien había avanzado a pasos agigantados, tanto que a veces tenía que pellizcarse para asegurarse de que todo era real. Nunca pensó que algún día estaría al lado del hombre que había amado durante seis años y que, por fin, podía llamarlo suyo. No completamente, pero algún día esperaba que se comprometieran y llevaran su relación a un nivel más serio.—¿De qué te ríes tanto? —escuchó la voz de Damien, sacándolo de sus pensamientos.Layonel apartó la mirada del paisaje tras la ventanilla y la dirigió a su amado, que conducía hacia su próximo destino. Esa tarde se dirigían al nuevo club que abrirían pronto, y ambos habían decidido tomarse el día libre para darle un último vistazo. Luc y Uriel también estarían allí para afinar los detall
*—Layonel:Después de la reunión con Luc y Uriel en el nuevo club, que llamaron Day & Night, Damien y Layonel decidieron darles un aventón a Jenilda y Arianny, quienes volvían a la oficina principal. Al llegar, se encontraron con Danny y hablaron brevemente sobre algunos detalles finales que habían decidido en la reunión. Luego de un intercambio rápido, se despidieron de los tres y emprendieron el regreso a casa.Durante el trayecto, Layonel pensaba en qué preparar para la cena. Había estado organizando mejor su tiempo para poder compartir más con Damien, especialmente ahora que sus horarios se habían estabilizado un poco. Sin embargo, notó que Damien tomaba un camino diferente al Pent-house.—¿A dónde vamos? —preguntó, curioso.—Tengo que recoger unos documentos que mi padre dejó en la oficina —explicó Damien, abriendo la puerta del coche para que Layonel subiera.—¿Iremos a la empresa de tu familia? —preguntó—. Nunca he estado allí —comentó Layonel, con sorpresa y un toque de emoció
*—Layonel:Era martes, apenas dos días antes de la gran inauguración del nuevo club nocturno, y la noche había sido elegida para celebrar una doble ocasión: la bienvenida de Danny y la despedida de Damien y Layonel. Damien ya se había retirado oficialmente de la empresa, pero el sábado, sería último día de Layonel. Aunque la nostalgia se cernía sobre él, también sentía la emoción de cerrar un capítulo importante.Arianny había elegido un bar acogedor y elegante para la fiesta. A pesar de ser martes, un día normalmente tranquilo, el lugar estaba lleno de vida. Alrededor de la gran mesa, los managers de los clubes se reunían entre risas, brindis y anécdotas. Layonel, observándolos desde un rincón, sonrió, disfrutando de la camaradería que habían construido en esos seis años. Sin embargo, sabía que todo llega a su fin, y que, a veces, hay que dejar ir para avanzar.—¿Qué haces apartado? —preguntó Cameron, acercándose con una sonrisa amistosa y situándose a su lado, mirando también hacia
*—Damien:Decidido a hacer las cosas más serias con Layonel, Damien sentía que había llegado el momento de dar un paso importante. Había sido parte de muchas de las “primeras veces” de Layonel, y al ver su inocencia y dulzura, deseaba protegerlo, darle las sorpresas más hermosas y, sobre todo, hacerlo suyo en todos los sentidos. Con eso en mente, Damien planeaba pedirle la mano en una celebración íntima, lejos de las miradas curiosas.Alzó una mano para notificar a Luc que entraba en el restaurante donde se habían citado para encontrarse. Tenía muchas cosas en mente y necesitaba una opinión extra. Había llegado la hora de buscar un nuevo lugar para convivir con Layonel, elegir la sortija perfecta y, sobre todo, planear cómo sorprenderlo en ese momento tan especial. Por eso había pedido ayuda a Luc y a Cameron, quien aún no había llegado. Si no fuera por la pelea en la fiesta de bienvenida de Danny, también habría invitado a Uriel, pero desde entonces no se hablaban.—¡Hey! —saludó Luc
*—Layonel:Había tenido una mañana ajetreada. Entre las diligencias y las compras, su día no había dado tregua. Layonel había adquirido algunos trajes nuevos, ya que el lunes comenzaría en su nuevo trabajo. Además, llevó a Benito, su gato, al veterinario, y mientras lo atendían, aprovechó para ir a la peluquería y hacer varias cosas que tenía pendientes. Todo esto, claro, aprovechando que Damien estaba fuera con Luc y no tenían planes juntos.Cuando finalmente regresó a su apartamento, sintió una mezcla de sorpresa y curiosidad al encontrar a Uriel esperando en la entrada del edificio, apoyado contra la pared con los brazos cruzados, su expresión enigmática.—¿Qué haces aquí? —preguntó Layonel, frunciendo el ceño mientras lo miraba con una confusión evidente.—Vine a verte —respondió Uriel encogiéndose de hombros con una actitud despreocupada—. El guardia me conoce, así que me dejó pasar.—Ah… —Layonel asintió para luego teclear el código en la puerta y abriéndola después. Entraron ju
*—Layonel:Layonel estaba flotando de espaldas en la piscina, dejando que el agua fresca lo envolviera. Era uno de esos raros momentos en los que sentía que todo estaba en orden. Justo cuando estaba a punto de cerrar los ojos y sumergirse completamente en la tranquilidad del día, escuchó el sonido inconfundible de la puerta frontal abriéndose.Giró la cabeza hacia los ventanales de la terraza para ver a Damien abriendo uno de estos. Su corazón se aceleró al verlo, pero esa emoción rápidamente se mezcló con una preocupación creciente al notar el rostro de su pareja. Damien tenía el rostro hinchado, sus ojos parecían cansados, y su ceño estaba fruncido, claramente afectado por lo que había sucedido con Uriel.Layonel salió del agua rápidamente, apartando su propio disfrute para centrarse en él.—Damien, ¿qué te ha pasado? —preguntó preocupado, acercándose mientras el agua goteaba por su cuerpo mojado.Damien dejó escapar un suspiro largo y pesado antes de responder.—Bueno, nos vimos co
*—Layonel:La primera semana trabajando junto a Damien fue todo un reto. Layonel estuvo mano a mano con Clovis, el ex asistente del padre de Damien, un hombre maduro que rondaba los cincuenta años, con una figura robusta y una mirada serena que denotaba experiencia. Clovis era amable y extremadamente paciente, lo que ayudó a Layonel a navegar las complejidades del trabajo sin sentirse abrumado por completo. A lo largo de esa semana, Layonel absorbió toda la información que pudo, pero no sin sentir el peso del estrés. Aun así, se mantenía positivo, como siempre lo hacía, tratando de estar a la altura de las expectativas.La segunda semana resultó más llevadera. Damien, con su actitud siempre resuelta, se mostraba como un hombre constantemente ocupado. Las reuniones eran frecuentes, muchas de ellas con clientes importantes. En varias ocasiones, Damien había asistido sin Layonel como asistente, pero era evidente que dominaba cada encuentro con maestría. Ahora, más que nunca, Layonel ente
*—Layonel:Esta era la mejor noche de todas.Layonel, impulsado por la emoción y la calidez del alcohol, dejó su copa a un lado y se acercó aún más a Damien, quien seguía sentado en el suelo. Sin pensarlo dos veces, se acomodó en su regazo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. Layonel se inclinó hacia adelante para buscar sus labios, ansioso por un beso, pero justo antes de que pudiera hacerlo, Damien giró la cabeza y soltó una suave risa.—¡Oye! —se quejó Layonel, frunciendo el ceño y riéndose al mismo tiempo—. ¿Qué pasa?Damien le acarició la espalda con ternura, manteniendo la sorpresa en sus ojos.—Te tengo una sorpresa más, amor.Layonel frunció el ceño, confuso, pero intrigado, mientras Damien reía suavemente, disfrutando del momento. La curiosidad se encendió en sus ojos.—¿Otra sorpresa? —preguntó Layonel, inclinándose ligeramente hacia atrás para mirarlo mejor, todavía sentado en su regazo.Damien asintió, con una sonrisa traviesa que Layonel conocía bien. Era la so