Capítulo 3.

Luego de haber cenado y tener una noche cálida, estoy en la habitación de Jack.

Me ha pedido quedarme a dormir esta noche y no tuve de otra que aceptar. Nos hemos familiarizado más con Frederick y mientras más lo trato, más me doy cuenta de que es una persona increíble. No sé de dónde Jack lo sacó, pero se nota que ha encajado bien con ellos, incluso más que yo.

Estoy viendo las pocas fotografías que tiene suyas colgadas en las paredes. Ha sido hermoso desde pequeño. Tiene todo muy acomodado y con tonos neutros.

<<Recuerda que si quieres resultados diferentes, no debes hacer lo mismo que hacen los demás>>.

Los consejos de Karol no salen de mi cabeza. Quizá es hora de hacerle caso. Ya que él no me llama, lo haré yo.

Tomo el celular, busco su número y le marco. No contesta las primeras veces y a las siguientes sale fuera de servicio. ¿Qué está pasando? ¿Qué hace? ¿Qué le pasa conmigo? Me siento tan mal, me hace sentir muy mal y no evito que los ojos se llenen de lágrimas.

Sentada en el borde de la cama, miro al techo unos segundos para controlar mi tristeza. No me permitiré esto. No dejaré que me haga esto. Seco mis lágrimas y cuando me acomodo para dormir, la llamada entrante de un número desconocido obtiene mi atención.

Contesto.

— ¿Hola?

Melanie, ¿todo bien? — es la voz de Jack. Me siento bruscamente en la cama y activo los cinco sentidos.

— ¿Jack? ¿De verdad eres tú? ¿Qué sucede? —estoy muy preocupada. Mi corazón se acelera de manera excesiva.

Escúchame...estoy en un caso muy peligroso, no puedes llamarme hasta que me asegure que todo esté bien, ¿entiendes? —su voz suena agitada, como si estuviera caminando.

— ¿Por qué no me avisaste, por qué no hablaste conmigo primero sobre todo esto? ¿Sabes lo mal que la he pasado sin saber de ti estos días? Estoy muy furiosa contigo, que lo sepas.

No tuve tiempo para explicarte nada, baby. Por favor, entiéndeme.

— ¡Llevo un año tratando de entenderte, Jack! ¡Un año! Pero está bien, puedes hacer lo que quieras. Cuando regreses tenemos que hablar... cuídate. — y cuelgo. Me siento peor que antes y es justo lo que no quería. Me está dando un malestar en el pecho que solo de una manera podré terminarlo. Terminando con él. Será lo mejor para ambos.

Día siguiente.

Después de darme un corto aseo, ya que no tengo ropa limpia para cambiarme aquí (al menos no soy de las que machan o ensucian su ropa tanto), desayuno con Karol y me voy a casa. No debería dejar a Junior solo sabiendo cómo está, pero también necesitaba un respiro.

El día está muy lluvioso.

El sol aún no sale y las calles están un poco oscuras. Es muy temprano todavía. Cuando voy de regreso, ver a un grupo de hombres golpeando a alguien llama mi atención. Observo con atención hasta darme cuenta que es Junior.

Bajo de inmediato gritándoles que se alejen de él.

— ¿Qué pasó chiquita? ¿Este chico es tu novio? —dice uno de ellos acercándose con una navaja en manos. No puedo quitarle los ojos de encima a la sangre que le sale a Junior de los golpes.

—Es mi hermano, así que mejor aléjense de él si no quieren que llame a la policía. —les amenazo. Se ríen de mí — ¿Están oyendo? "Llamará a la policía" — se burla. Solo quiero sacar a mi hermano de esta — ¡Así es! Mi novio es uno de los agentes más peligrosos de la ciudad, así que si quieren disfrutar sus asquerosas vidas mucho tiempo más, les recomiendo alejarse. ¡Déjenlo ir! —les sigo diciendo. Trato de acercarme pero no me dejan. Las navajas que tienen me dan algo de miedo.

—Eso no nos incumbe, preciosa. Y ahora que estás aquí, deberías pagarnos con algo todo lo que tu hermano nos debe. — se acerca más y antes de que pueda hacer algo, lo empujo fuertemente sobre sus compañeros. Lo agarro de la mano y corremos a otra dirección.

Antes de que pueda entrar a mi auto, uno me alcanza y le muerdo el brazo instantáneamente. Cuando nuevamente intento escapar, los demás me acorralan. Miro a Junior con la esperanza de que me ayude pero no hace nada, solo me ve por el cristal del coche, sin parpadear.

Intentan besarme, me tocan los pechos y las piernas, pero me muevo bruscamente para quitármelos de encima.

De repente, siento que cada uno se va alejando de mí. Cuando regreso a mis cinco sentidos, me doy cuenta que han sido golpeados por un hombre que ha aparecido de la nada.

Por la forma en que pelea, se ve que tiene bastante experiencia.

—Hacerle esto a las chicas, no es de caballeros. —le dice el hombre misterioso, al que me ha estado respondiendo de mala manera —Ahora vete de aquí y no te acerques más a esta gente. — vuelve a decirle, dándole una mirada de muerte mientras el vándalo tiembla de temor.

Se va corriendo con sus amigos cojeando por los golpes que han recibido.

—Muchísimas gracias, señor. No sé qué hubiera pasado si no hubiera llegado a tiempo. — estoy temblando de nervios y miedo. No puedo pasar por lo mismo otra vez.

— ¿Señor? Me siento ofendido. No hay mucha diferencia de edad entre tú y yo. Te ves joven, pero sé que ya eres mayorcita. — su voz es aguda pero pacífica. Casi parecida a la de Jack. De hecho, observándolo mejor, tiene cierto parecido; mucho parecido en realidad. Tienen el mismo color de ojos, de piel, incluso hasta la altura y la forma de sus músculos. La diferencia es que este tiene el cabello más largo y tiene una barba muy peculiar, pero que le sienta bien.

—Discúlpeme, no era mi intención ofenderlo. Y gracias otra vez por ayudarme. — le digo. Junior está en shock, diría yo. Tengo que llevarlo al hospital — ¿Necesitas ayuda con tu hermano? — ¿Cómo sabes que es mi hermano? —frunzo el ceño. A estas alturas desconfío de todo el mundo, incluso hasta de mí —Lo escuché cuando me acercaba. Se ve muy mal, ¿segura que puedes sola? —responde.

—Sí, no se preocupe, ya ha hecho bastante por mí hoy. Muchas gracias. Espero volvernos a encontrar algún día en otras circunstancias. — le sonrío, me acerco más al coche para entrar.

—Seguro que sí. Sería un placer conocerte mejor. —contesta, me mira con una sonrisa encantadora y respetuosa. Enciendo el auto y voy directo al hospital.

— ¿En qué diablos te metiste? ¿Quién era esa gente? —le pregunto. Estoy enojada y confundida a la vez.

—Vamos a casa, por favor. —es lo único que dice.

— ¿Qué? ¡Claro que no! Tenemos que ir al hospital primero, ¿estás loco?

— ¡No quiero ir al hospital! ¡Tú puedes curarme las heridas! No son gran cosa.

—Pero...

— ¡Haz lo que te digo o me bajaré del coche ahora mismo! —no entiendo su actitud tan rebelde pero hago lo que me pide. No quiero complicar más este día, el que ha empezado con mal pie, exactamente.

Horas después.

Ya le he curado las heridas a con los utensilios de primeros auxilios que tengo en casa. Ha estado muy callado desde que llegamos y prefiero dejarlo así hasta que se le pase y pueda hablar tranquilamente conmigo sobre lo que acaba de pasar.

Cuando está en el baño, aprovecho para revisar su billetera y ver si encuentro algo más. La sorpresa de encontrar exactamente la cantidad de dinero que se me había desaparecido del bolso me saca de casillas. ¡No puedo creer esto! Aparte de que le permito quedarse en mi casa, también me roba. Tal vez Eric tenía razón, no puedo con esta situación sola y sin Jack aquí, él es mi única solución.

Respiro profundo tratando de pensar con claridad hasta que lo llamo.

En cuestión de minutos, ya está aquí.

Verlo me alivia un montón y me siento más segura. Estoy a tal punto de que ahora prefiero que me siga a todos lados para evitar cosas como las que me han pasado hoy. De no ser por el hombre misterioso, no sé qué hubiera pasado. Ni siquiera pregunté su nombre, ni me presenté; espero volver a verlo algún día para que no piense que soy una mal educada. Estaba tan nerviosa que solo tenía cabeza para querer escapar de ahí.

— ¿Melanie? ¿Qué pasó? —dice Eric en cuanto entra. Está preocupado.

—Creo que tenías razón, Junior está en cosas muy malas, peores de las que llegué a pensar. Hoy encontré a unos tipos pegándole en una calle mientras regresaba. Me desmonté para detenerlos y ya puedes hacerte una idea de lo que pasó después. Suerte que llego ese hombre para salvarme, sino, no sé si estaría viva para contarlo. Todos tenían navajas, me estaban tocando y lo peor de todo es que Junior no hizo nada para detenerlos. Está muy raro, él no es así. — los nervios me hacen decir demasiadas cosas a tan rápida velocidad. ¡Diablos! ¡Cómo necesito a Jack conmigo en estos momentos! Él sabría cómo calmarme con una mirada.

— ¡Tranquila! Respira profundo, ¿Cómo está él? —me sienta a su lado en el sofá. Trato de calmarme.

—Estará bien. Al menos eso espero. Aunque admito que después de lo de hoy, no sé si eso sea posible.

—Lo llevaré a hacerse varias pruebas, no te preocupes. Le diré que será a otro lado y haré todo lo que sea necesario para someterlo. Tengo experiencia en esto, puedes confiar en mí.

—Lo sé, muchas gracias Eric. —estoy más calmada.

—Oye y... ¿Quién es ese hombre misterioso que te ayudó? —frunce el ceño.

—No lo sé. Ni siquiera me dio tiempo de preguntarle su nombre. Gracias a él, estoy aquí contándote todo. Tuve mucho miedo. Por la forma en la que se defendió, se nota que tiene experiencia.

— ¿Y cómo era él? —no sé porqué tiene tanta curiosidad de saber sobre él, pero en cierto punto logro entender por qué se preocupa tanto.

—Alto, piel pálida, ojos azules, pelo largo y un poco de barba, de hecho se parece mucho a Jack en ciertos aspectos. Espero encontrármelo algún día. —explico. Ataca los ojos con sorpresa y se queda atónito por unos segundos — ¡No puede ser! —es lo que dice, saca su celular del bolso y se aleja para hacer una llamada.

¿Qué está pasando?

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