Capítulo 2.

— ¿Ahora quieres decirme la verdad? —le pregunto a Eric mientras le paso una taza del chocolate que acabo de preparar. Ya estamos en mi casa. Lo toma y se rasca la nuca dudando en si responderme o no — ¿Eric? —insisto.

—Jack me lo pidió. Está preocupado por ti. — contesta. ¿Jack? ¡Esto es el colmo!

— ¿Jack? ¿Por qué? —frunzo el ceño. No entiendo nada.

—Porque está fuera de la ciudad y ya sabes lo protector que es.

—O sea, no me llama, ni me escribe, pero sí me manda a vigilar. ¿Qué rayos pasa con él? — me estoy enojando.

—Así es él, algo raro.

— ¿Por qué? ¿Acaso hay algún otro loco por ahí suelto que quiera asesinarme?

—No que yo sepa, pero solo quiere cuidarte. Ambos sabemos lo peligroso que es el mundo, mucho más en esta ciudad.

— ¡Puedo cuidarme sola! No necesito que tú, ni nadie me vigile. Ya no soy una niña y tengo muchas cosas de las que preocuparme. Contigo siguiéndome a todos lados no podré estar en paz. No quiero que lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo?

—Escucha, se supone que no tenías que darte cuenta, por favor no le digas nada de esto. Es capaz de matarme si sabe que fuiste más astuta que yo, ¿me harías ese favor?

—Solo si tu prometes no volver a seguirme a ninguna parte. Si tanto se preocupa por mí, que llame él mismo.

—Si haces eso, se dará cuenta y todo será en vano. Mira, no te seguiré, pero al menos dame acceso a tu GPS para saber en dónde estás, solo por si me pregunta saber qué responderle. Me lo pidió con mucha autoridad y ya sabes cómo se pone cuando se enoja. —por la forma en la que habla, noto cierto miedo en él hacia Jack.

— ¿Le tienes miedo? —frunzo el ceño, sonriendo sutilmente.

—Melanie, conozco a Jack en todas sus facetas, créeme que si vieras cuando está muy enojado de verdad, entenderías porqué cualquiera debería tenerle miedo. —su respuesta me deja pensando. ¿Por qué habla como si hubiera un trasfondo en todo esto?

Justo cuando quiero decirle algo al respecto, Junior entra, captando nuestra atención.

—Buenas. —saluda viendo a Eric. —Yo te conozco. ¿Eres el que me rescató con el agente Connor aquel día, cierto? —le dice.

—Sí, el mismo. ¿Junior, verdad? —Sí— y se dan la mano. Eric lo examina y da una mirada extraña que no entiendo.

— ¿Quieres algo de cenar? —le pregunto a mi hermano.

—No, gracias. Ya estoy lleno. Solo necesito descansar. —responde y entra a su habitación. Eric lo sigue con la mirada y se me hace extraño lo que hace.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué lo ves así? —no evito preguntarle.

— ¿Tu hermano consume drogas? —suelta de repente. Me entra un dolor de cabeza en cuanto lo dice.

— ¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¿Por qué preguntas eso?

—He tratado a muchos de ellos y sé identificar a uno con tan solo verlo. Junior tiene muchas señales de hacerlo.

— ¿Cómo cuales? —cruzo los brazos. No quiero ni siquiera imaginarme que pueda ser verdad.

—Sus ojos, ¿los viste? Y sus condiciones físicas...él no era así. —me niego a creerlo. Él no sería capaz de hacerlo, ¿o sí? — Es mejor estar seguros antes que sea demasiado tarde. Puedo encargarme de esto y hacerle varias pruebas hasta comprobarlo. —sigue explicando. Paso mi mano por el cabello y respiro profundo para no inquietarme.

—No quiero que te metas en esto, puedo encargarme sola. — trato de bajar la voz para que no nos escuche, aunque las habitaciones están un poco retiradas de donde estamos.

—La necesitarás, no podrás con él tu sola si empeora, y lo hará. No quiero ser pesimista pero ya me conozco esta historia desde cuando Jack también... — se detiene — ¿Cuándo Jack también qué? —pregunto.

—Nada. Lo que quiero decir es que las drogas son uno de los peores vicios. Los vuelve agresivos, cambia radicalmente sus tratos hacia otros y un sin número de cosas que no tienes idea. Por eso, solo quiero que dejes que te ayude, que lo ayude. Ahora me da miedo dejarte sola con él.

—No me pasará nada, él sería incapaz de hacerme algo, Eric. Y honestamente, no me ha gustado para nada tu actitud de hoy, así que te pido que te vayas de mi casa y no me sigas más, por favor. No hagas que me aleje de mala manera. Solo quiero paz y lidiar con mis problemas yo sola, ¿de acuerdo? ¿Te quedó claro? —no quiero ser ruda con él pero esta noche ha hecho todo para disgustarme. Sé que lo he hecho sentir un poco mal por la cara que pone pero tengo que poner un alto.

Se levanta, se despide y se va.

Después de limpiar la cocina, subo a las habitaciones, me quedo en frente de la puerta de Junior unos segundos y solo hay silencio. De seguro está durmiendo. Eric no tiene razón esta vez, o al menos quiero pensarlo así. Entro a la mía y cierro el pestillo. Posteriormente de todo lo que me pasó, he quedado con ese trauma de asegurar las puertas cada vez que entro, aunque fuera por momentos.

Reviso mis redes antes de poder dormir y no tengo nada de Jack aún. ¿Dónde estará metido esta vez y haciendo qué? Dejaré de darle vueltas al asunto al menos esta noche. Estoy enojada y algo triste a la vez. Solo quiero que todo esto pase.

Día siguiente.

Cuando me despierto, me lavo los dientes, me pongo algo cómodo de ropa y bajo a la cocina. Aparentemente, Junior no está.

¿A dónde va si se supone que ha perdido todo?

Lo que Eric me ha dicho todavía sigue dándome vueltas en la cabeza pero trato de no pensar más en esa posibilidad que en el fondo no descarto. He dejado mi bolso aquí abajo. ¡Qué despistada soy! Tengo un dinero ahí que había sacado del banco recientemente. Será mejor guardarlo en el monedero.

Cuando abro el bolso y reviso todos los bolsillos no lo encuentro. ¿Dónde lo habré metido? Se me hace extraño que ya no esté aquí, pero no es tan importante, iré de nuevo al banco a sacar algo más.

Suena el timbre y abro. Es Lisa. Me abraza de inmediato y la dejo pasar.

—Cuéntame, ¿alguna novedad? —pregunta. Nos sentamos en el sofá.

—No mucho. Solo que mi hermano perdió todo y se está quedando conmigo hasta que resuelva algunas cosas; Jack ha desparecido y no se molesta en siquiera escribirme para decirme algo y Eric, tu adorable novio, me estaba siguiendo anoche. Le dejé claro que no quiero que lo haga aunque sea por órdenes de Jack.

—Sí, Eric me había comentado algo sobre eso cuando llegó. Aunque quiera no puede ocultarme nada, soy su peor pesadilla. Al menos te sirvió de algo el revólver. Así quiero que lo conserves por cualquier situación que lo requiera.

—Lo peor de todo es que, siento que Jack y yo no podemos estar en una relación, siento que no nacimos para esto. Yo tengo muchas inseguridades y él simplemente tiene otras prioridades. No hay comunicación y todo se vuelve una m****a siempre. — paso las manos por mi cara.

—Tal vez no sabe cómo comunicarse contigo. Lo conozco desde hace un par de años y créeme que lo poco amable y social que le he conocido fue después de que saliera contigo y con Eric; estaba segura de que era el único que podía tener su amistad.

—Querer es poder. Si quisiera comunicarse de la mejor manera conmigo, lo habría intentado al menos, pero siempre es lo mismo. No quiero sufrir más Lisa, no puedo permitir que nadie me lastime otra vez, más de lo que ya estoy. — le soy honesta. Se acerca y me abraza. Al menos sé que me entiende y siempre estará aquí para mí cuando la necesite.

Horas después.

Junior ha estado fuera todo el día y no puedo evitar preocuparme.

Toda la tarde me la pasé hablando con Javi por teléfono para asegurarme que esté bien después de lo mucho que había bebido.

Mi celular suena. Al ver que es la madre de Jack, me angustio y contesto de inmediato.

— ¿Bueno?

— ¿Melanie? Soy yo, la madre de Jack. —contesta.

— ¡Hola, Karol! ¿Cómo está? ¿Todo bien?

—Sí, descuida. Es que con la ausencia de mi hijo me siento sola en esta enorme casa, pensé que seguramente te sentías igual así que supuse que sería bueno invitarte a cenar, ¿Qué dices? — esta mujer es un amor, todo lo contrario a su hijo. Acepto la invitación con mucho gusto, le dejo una nota a Junior diciéndole dónde estaré y me voy.

Al llegar, un hombre alto y algo afeminado (por cómo habla noto que es gay) me recibe.

—Disculpe, ¿Quién es usted y a quién busca? —me mira de arriba abajo.

—Karol me invitó a cenar, por eso vine.

—Disculpe pero no tengo su nombre registrado en la lista de accesos autorizados. El joven Jack me ordenó estrictamente no dejar pasar a nadie que no esté en la lista. — dice en mal tono y frunzo el ceño. ¿Quién es este?

— ¡Oh! ¡Melanie! La he invitado yo, está bien Frederick. —interviene Karol antes de que pueda decirle algo. "Frederick", entonces así se llama. Me mira nuevamente y se hace a un lado para dejarme pasar. No termino de entender nada pero actúo con normalidad.

—Ella es la novia de mi hijo, seguramente su nombre debe ser uno de los primeros. —le dice Karol, me pongo a su lado y coloca una de sus manos en mi hombro.

— ¡Disculpe, mi lady! Es que cuido mucho a esta familia.

— ¿Tu eres? — ¿me ha llamado "mi lady"? No puedo evitar reírme.

—Soy Frederick, el mayordomo de esta casa. —se presenta poniendo su postura más recta de lo normal.

— ¿Mayordomo? —sigo riéndome.

—Sí, es que, de donde él viene tienen esas y otras costumbres a las que nos hemos acostumbrado. Tenías tanto sin venir a esta casa que te has perdido de mucho. Ven, acompáñame. — indica Karol.

La sigo hasta el comedor y nos sentamos.

—No venía porque Jack no me lo pedía. No quería sentirme importuna. Creo que ha estado demasiado ocupado con el trabajo, como siempre.

—Estoy consciente de eso. Le he dado muchos consejos, pero creo que la vida lo ha forzado a ser muy dependiente de lo que hace en su trabajo. Trata de tenerle más paciencia, sé que es difícil pero uno siempre quiere ver a sus hijos felices y contigo es feliz.

—Pues no parece. No me llama, ni me escribe, hace cosas que sabe que me molestan todo el tiempo y sinceramente creo que no funcionamos. —confieso. Coloca sus manos sobre las mías.

— ¿Y has hablado con él de esto?

—No, justamente por lo que le acabo de explicar: no hay comunicación entre nosotros.

—Deberías hacerlo. Recuerda que si quieres resultados diferentes, no debes hacer lo mismo que hacen los demás. Deja el orgullo atrás y tú enséñale cómo se hace, ¿de acuerdo? — asiento. Tiene razón. Posiblemente debería intentarlo.

—Tienes razón. Gracias por el consejo. Eres una gran madre y suegra también. — sonreímos — Gran madre no creo que tanto, fui débil muchas veces cuando mis hijos más me necesitaron. — ¿sus hijos? — estoy muy confundida.

—No me hagas caso, es solo que...tuvimos momentos muy difíciles y Jack tuvo que sacrificar su infancia para poder salvarnos.

— ¿Cómo? Cuéntame más. Puedes confiar en mí. —estoy muy intrigada.

—Hace años, éramos la familia "perfecta" en Filadelfia. No nacimos aquí, las circunstancias nos obligaron a vivir en esta ciudad. Tenía un esposo "Williams" y...mis hijos...Jack y Jacob. —dice — ¿Jack y Jacob? ¿Quién es Jacob? ¿Por qué nadie me había dicho que tiene un hermano? —no evito alzarme y poner mi cara de confusión.

—Jacob es el hijo mayor, ambos siempre fueron muy rebeldes pero Jack era más afable con su padre y conmigo. Nos despreciaba, pero al final, también se preocupaba. Estaba en vicios, consumía drogas y otras sustancias hasta que también lo arrastró a eso. Con la única diferencia que me agredía y Jack, aún drogado, me defendía. Nunca se llevaron bien por eso. Williams nunca estaba en casa para poner el orden, pero Charles sí y por eso cuando Williams...

— ¡Aquí está la cena! Lamento la demora pero tuve que asegurarme que todo estuviera en su punto. —interrumpe Frederick repentinamente. Quiero escuchar lo que sigue pero Karol se concentra en que cenemos dejando atrás el tema.

Aunque me cuesta porque también tengo curiosidad de saber lo que iba a seguir contándome, prefiero cenar en paz con ella al menos esta noche mientras Jack no está.

En cuanto regrese, tengo muchas cosas de las que hablar con él...

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