Estamos en su casa.
No pensé que nos traería hasta aquí pero así es. Karol no está, pero sí Jacob, lo que me sorprende bastante. ¿De qué tanto me he perdido?
He de recordar que, por su culpa, la noche del baile fue un horror, me da mucha rabia.
— ¡Vaya, vaya! Miren a quién tenemos aquí. —dice el irritante, sentado en un sofá. —Me gusta tu nuevo estilo. Te queda bien. —trato de ignorarlo. No quiero hablarle.
—Bien, ¿qué hacemos aquí? —pregunta Martha de mala manera.
—Seguridad.
— ¿Seguridad de qué? ¿Hay más locos queriendo matarnos?
— ¿Qué pasó con los atracadores del banco? Incluyendo a Luis. —intervengo.
—Todos murieron. Ninguno cedió a bajar sus armas. — me invade la preocupaci&oa
31 de octubre.“Las tormentas nunca nos dejarán en paz”. Lo dije una vez y lo sostengo.En la semana anterior, pasaron muchas cosas. Todavía no puedo creer lo que haremos y cómo lo haremos. Tengo fe de que todo saldrá bien. No quiero que nadie salga herido.Las calles están decoradas con calabazas, arañas gigantes y todo lo que tiene que ver con Halloween. Los niños pidiendo dulces y todos disfrazados. La mayoría asistirán a la fiesta que harán en el centro de la ciudad, incluyendo personas importantes como lo es Simmons.<<Todo estará bien, todo estará bien>> me repito varias veces.Me coloco unos auriculares por donde nos comunicaremos y me miro unos segundos en el espejo antes de salir.Estoy disfrazada de Malaria (la novia de puro hueso en las animaciones). Fue nuestra única opción, algo más original y
Melanie Cross.En cuanto supe que Eric y Lisa tuvieron que socorrer a Martha, no tuve otra prioridad que ir hasta donde estaban para asegurarme de que esté bien. Afortunadamente, fue muy inteligente y logró escapar de las manos del supuesto Charles. No entiendo cómo pueden estar vivos y aparecer repentinamente al mismo tiempo en contra de Jack y su hermano.¿Dónde estarán? ¿Cómo estarán? Espero que se las hayan podido arreglar contra ellos sin problemas. Saber que se saben defender bastante bien, me hace preocupar menos.Estamos en la casa de Lisa, la cual, queda más cerca de la zona de la fiesta. Menuda noche de Halloween nos hemos llevado. Peligrosa pero llena de adrenalina.Eric la ha pasado pegado al teléfono hablando con su gente desde que llegamos. Martha nos ha dado detalles de lo que pasó en el burdel y las inc&oac
— ¿Qué? —intervengo.—No den un paso más. No dejaremos que se lo lleven. —refuta Eric y los demás agentes les apuntan con sus armas. Los del FBI levantan sus manos mientras que Jack solo mira a las puertas que conducen a la celda donde supongo que tienen a Williams. Sabemos que esto es su culpa. Está cumpliendo sus amenazas.—No usaremos la fuerza de no ser necesario. Haremos esto de la forma más tranquila y legal posible. —responde el mismo señor. Jack hace un gesto con sus manos y todos sus agentes bajan las armas. —Está bien. No pretendo resistirme. —contesta. ¿Qué diablos hace?— ¿Podemos hablar un momento, por favor? —le dice Simmons.Se van a una oficina y voy con ellos. Necesito evitar que haga una locura.— ¿Qué demonios crees que haces? —le reclama Eric. Jamás lo
Día siguiente. Jack Connor. Pasar la noche encerrado no es nada, pero saber que Williams se está saliendo con las suyas lo es todo. Por si fuera poco, me han puesto en frente a la de Jacob. Nadie ha venido a vernos porque nos ha restringido cualquier visita. Espero que Eric pueda conseguirnos el mejor abogado de la ciudad para poder salir de aquí cuanto antes. —Debí creerte desde el inicio. Fui algo imbécil al no pensar en la posibilidad de que se saldrían con las suyas. —rompo el silencio. —Aún no lo hacen. No los dejaremos. Al menos Charles está mostrando interés en derrumbarlo, pero nada nos asegura que no sea igual o peor. — responde. —Eso me queda más que claro. Es otro imbécil. — ¿Por qué hablas con tanta seguridad? —Intentó abusar de Karol. —veo su rostro de pavor, pero intenta esconderlo. Traga profundo y se queda en silencio. — ¿Cuál es el plan? — cambia de tema. — ¿Por qué par
Justo cuando abro la puerta, casi choco con la cara de una mujer elegante parada en mi puerta. Me aparto de inmediato y mi cara de confusión debe ser bastante notoria.— ¿Tú quién eres? ¿Por qué apareces en mi puerta así? ¿Estás perdida? —empiezo a cuestionarla.—Soy Sarah. Sarah Patterson. Abogada de Williams, su padre — contesta. Tiene un tono ¿chistoso? En su voz que me irrita.El recuerdo de la primera vez que la conocí llega a mi cabeza. Me quedo en silencio, procesando lo que está pasando. No me cabe que, de todos los abogados de la ciudad, la trajera justamente a ella.—Disculpen, ¿ustedes ya se conocían? —indaga Eric con el ceño fruncido.—Es una corta historia…firmas. —le respondo directamente. Entiende a qué me refiero y levanta las cejas con una sonrisa de burla escondida.<
Jack Connor.Para la seguridad de los demás, nos han puesto esposas con cadenas en las muñecas y un collarín de metal.(Después de haber roto una esposa con los puños es más que entendible).Tampoco se nos permitió usar trajes o ponernos algo bonito, solo estos putos uniformes naranjas de presos peligrosos. Eric lleva un lindo traje con corbata y Sarah como toda una elegante abogada. Tiene mucho interés en ayudarme y su empeño me hace tolerarla más. Aunque sé que es buena, de todos modos, nos sentenciarán, por ende, nuestro plan A, está en marcha. No sé muchos detalles siquiera, solo esperamos tener suerte para voltear todo a nuestro favor.Casi todo un ejército nos lleva de camino hasta el juzgado. Los portones se abren a nuestro paso. Los periodistas, abogados y el público, se levantan para vernos de cerca y hacer preguntas. Por suerte, solo e
Nos han subido en un camión blindado para encerrarnos hasta que se vuelva a reanudar el juicio. Debido a los problemas y el intento de homicidio, no quedó como concluido. Tendrán que posponerlo a una nueva fecha.Antes de llevarnos a donde sea que nos estén transportando, están siguiendo una furgoneta negra, donde, aparentemente, huye Williams.—Si me permiten comentar, debo decir que jamás podrán detenerlo a este paso. No están lo suficientemente preparados para enfrentarse a alguien como él. — interfiere Jacob. Es increíble que, sin importar la gravedad de las situaciones, siempre se vea tan relajado.—Te recuerdo que, sin importar su gran experiencia, al final es un hombre de carne y hueso al igual que todos nosotros. Un disparo en la frente y adiós. —le responde uno de los que van conduciendo mientras se burla de la situación. Está claro que no
—Sabes que no te dejaremos, ¿verdad?—Lo sé, por eso me gusta tener muchos planes de respaldos por si uno falla. No debieron detenerme.—Estás enfermo. No dejaremos que sigas matando gente. Te quedarás en esta silla hasta que la policía venga por ti.—“Dejaremos”. Esa es la parte que aún no tengo claro. ¿Por qué alguien como tu hermano impediría que haga cosas malas? — y ha sido mi duda desde que llegó a esta ciudad. Así que espero que al menos a él, si se atreva responderle con la verdad.—Tú lo sabes perfectamente. Me has estado enviando muchos malditos acertijos que ponen en peligro lo poco que me importa en esta maldita vida. —es la primera vez que lo veo tan molesto y serio cuando habla de algo.—Y debo reconocer que es verdad. Mírate, encontraste a Jack y ahora están justo donde l