Día siguiente.
Me he hospedado en uno de los mejores hoteles de la ciudad.
No pretendo quedarme por muchos días. Tengo muchas cosas que resolver en Washington, sobre todo, el peligro que Melanie corre. Eric me ha llamado esta mañana para informarme cómo van las cosas (están avanzando) y saber que ella se está recuperando, me hace sentir mejor.
Paul me ha estado ayudando con todo lo que necesito para dar con los tipos que han estado molestando a Jacob. Luego de varias pistas y recopilaciones de datos, ya tenemos una dirección.
¿Serán matones de Williams?
Si de verdad está vivo, seguramente todas nuestras desgracias, son gracias a él.
Llevo puesto un chaleco antibalas sobre una camisa azul oscura, con muchas armas dentro de los múltiples bolsillos de mi gabardina. Me coloco guantes negros y todo lo que necesito para enfrentar
Estoy en la oficina de protegidos de la federación mientras Eric y los demás hacen lo suyo. Me siento como la primera vez que estuve aquí. La vez que todos me vieron llorar y la hipócrita de la ex inspectora Adams se hizo la buena conmigo.El té caliente que me han servido no es suficiente para calmar la ansiedad que tengo en este momento. No dejo de darle vueltas a la taza buscando algo de paz que obviamente no obtendré.— ¡Melanie, acompáñame! Tenemos a tu hermana. —dice Eric y voy tras él de inmediato.Estoy detrás del cristal. Puedo verla, pero ella no a mí. Es muy elegante y hermosa. Su pelo es rojizo y está en buena forma.— ¿Tuviste algo que ver con el incidente de hoy, Valerie Johnson? —la interroga otra agente federal.— ¿Qué incidente? —tiene un acento francés muy bonito
Un nuevo día ha comenzado. Con Valerie en la cárcel estoy más tranquila. Siento que ya no tengo muchas cosas de qué preocuparme. Martha ha ido muy temprano a ver a Junior al centro de rehabilitación y espero que las cosas marchen bien con su visita. Quiero, al menos, estar en paz con los únicos de la familia que no quieren matarme. Hasta ahora.Con tantos medicamentos y chequeos, el doctor me ha dado el permiso de quitarme la venda, así que me pongo lo mejor que tengo y voy de regreso al trabajo.Al llegar, todos se alegran de verme, incluso a las que pensé que les caía mal.Javi casi me lastima con su brusco abrazo. Se preocupa mucho por mí. Es aquí donde me doy cuenta de que no podemos juzgar a los demás desde la primera impresión. Parece el típico gay detestable, pero ora y va más a la iglesia que cualquier cristiano. Dexter parece el jefe
No he llorado. Y realmente no sé si eso es bueno o malo. Quizás ya estoy acostumbrada a soportar el dolor. Tanto, que ni siquiera puedo expresarlo con lágrimas. No dejo de pensar en las cosas que nos hemos dicho hace una hora y 16 minutos.¿Qué mejores cosas podría haberle dicho? ¿Qué pensará de mí? ¿Hice lo correcto?Tengo que dejar de pensar tanto y aceptar esta realidad que yo misma escogí. Era justo lo que quería: alejarlo convirtiéndome en todo lo que odiaría de mí.Jasper tenía razón. Definitivamente ha funcionado.Busco su número y le marco.—Hola hermosa. —contesta.—Funcionó. Tu plan ha funcionado. Terminé con él por…ni siquiera sé cuántas veces.— ¿Cómo te sientes con eso?
— ¿Dónde estabas anoche? —le pregunto a Martha en cuanto cruza la puerta.— ¿Puedes dejar que llegue bien por favor? —dice sarcásticamente.—Ya sabes cómo soy, ¿dónde estabas? ¿No fuiste a ver a Junior? — aunque muchas veces haya sido un idiota conmigo, lo amo demasiado. Es mi hermano. Jamás dejaré de preocuparme por él.— Se está recuperando. No tengo idea de cómo lo viste la última vez, pero lo vi estable. No podía creer que estaba ahí. Decía que alucinaba y cuando se dio cuenta que era la realidad, comenzó a llorar. — su vista está perdida. Como si estuviera recordando el momento —Prometió que arreglaría todo su desorden por volver con nosotras. Nunca lo había visto así. Tan sólo, tan perdido. Todo esto es mi culpa. Soy una pésima mad
Ya hemos llegado. Jasper nos ha traído en mi coche.Los guardias revisan a los hombres para prevenir que lleven algún tipo de armas y por suerte, Jasper no tiene una esta vez. Al cruzar los enormes portones, vemos a mucha gente con esmóquines, vestidos elegantes e incontables joyas. Los meseros pasan por todos lados con copas en sus bandejas y vestidos como tal.Hay enormes columnas con pintura clara y toques dorados. Todo el lugar está decorado con lazos, flores, fuego y globos muy hermosos.A medida que vamos avanzando, todos nos miran. Jasper y Martha vienen detrás de mí.Trato de encontrar a Jacob entre la multitud, hasta que lo veo. Lleva un hermoso traje negro. Debo admitir que le queda muy bien. En cuanto me ve, camina hacia mí con una copa de champagne en manos.—Wow, te bañaste. —pongo los ojos en blanco. No puede ser una persona agradable ni dos segundos. Ni siqu
El odio que Jasper siempre le ha tenido a Jack, se amplificó. A pesar de los fuertes golpes que le dio, repite constantemente que lo volvería a hacer una y otra vez. No tiene nada que ver conmigo, aunque me use como razón. Esta riña viene desde antes de conocerme.Al volver de la fiesta, intentamos retroceder a la normalidad. Cosa que todos logran, menos yo. No he llorado, eso es una buena señal, pero la mente es mi peor enemiga al traer los recuerdos más dolorosos a mi cabeza.He seguido trabajando en el restaurante hasta poder llevar las bandejas a las mesas sin que se caigan. De vez en cuando, le ayudo a Jasper a preparar bebidas exóticas y compartir muchos momentos con Javi. Que, por cierto, con el tiempo, ha aprendido a aceptar mis decisiones, aunque no las entienda.Me he acostumbrado a ellos, a su forma de vivir y sus locuras. De hecho, vengo casi todas las noches al lado oscuro del restaurante. Ver a perso
Muchas preguntas y papeleos después…Quedo libre.Aunque en las cámaras de seguridad vieron cómo entré con Jasper, saben perfectamente que no colaboraría con hacer algo así. Más, estando en la lista de refugiados del estado después de todo lo que me sucedió.De igual manera, seguirán vigilándome. Me duele todo el cuerpo. Ya quiero irme a casa.Estoy esperando a que Martha me venga a buscar.— ¿Un café? —me ofrece Eric con una amigable sonrisa. — ¡Eric! —le doy un abrazo. Tenía mucho tiempo sin verlo y extrañaba mucho su amistad.— ¿Cómo has estado? Cuéntame. —sigue exactamente igual. Es el único que nunca cambia, físicamente hablando.—Pues ya ves. Los problemas no dejan de perseguirme. —acepto el café y
Estamos en su casa.No pensé que nos traería hasta aquí pero así es. Karol no está, pero sí Jacob, lo que me sorprende bastante. ¿De qué tanto me he perdido?He de recordar que, por su culpa, la noche del baile fue un horror, me da mucha rabia.— ¡Vaya, vaya! Miren a quién tenemos aquí. —dice el irritante, sentado en un sofá. —Me gusta tu nuevo estilo. Te queda bien. —trato de ignorarlo. No quiero hablarle.—Bien, ¿qué hacemos aquí? —pregunta Martha de mala manera.—Seguridad.— ¿Seguridad de qué? ¿Hay más locos queriendo matarnos?— ¿Qué pasó con los atracadores del banco? Incluyendo a Luis. —intervengo.—Todos murieron. Ninguno cedió a bajar sus armas. — me invade la preocupaci&oa