Natasha.
La desesperación se apodera más de mí con cada segundo que pasa. El cielo comienza a esclarecerse para darle paso al sol y aquello es una tortura para mis entrañas.
18 horas han pasado.
18 horas.
Y no hay ni una minúscula pista del paradero de mi hermana.
Hace menos de una hora el tal Carlo localizó la mansión de Anthoaneth en Lombardía y no hay rastro de nadie, la casa solo tiene centinelas a unos cuantos metros.
La culpabilidad me carcome por haberla dejado ayer, por no haberme quedado con ella. Si tan sólo hubiese yo esperado unos minutos... Quizá nada le habría pasado.
Le doy una fuerte calada a mi tabaco, es el octavo que llevo. Busqué la manera cuando nos quedamos sin Julieta, busqué la manera cuando a Jú
Anthoaneth.Ser la Bohër, implica disciplina, fuerza, poder y soy digna de ese puesto. La DHV es algo que no se destruye fácilmente porque muchos han intentado hacerlo durante años, pero por mala suerte se metieron conmigo.No me interesa si Natasha es Cleopatra, no me importa si se folló a mi marido... Pero corran, que se han metido con Victorino. Y la guerra apenas comienza.Tengo entendido que la Danger high voltage se mete con tus socios para que te vuelvas mierda. Pero ¡No hay nada más divertido que meterse con lo que más quieres! ¡Con tu debilidad! ¿No es así? Eso lo aprendí de Natasha. Y lamentablemente yo hago lo que me gusta que me hagan, y si realmente me gusta como me tratas, te trato mucho mejor.Y viceversa si no es de mi agrado.Los gritos de dolor por parte de Cl
Carta de la Bohër aClepatra (traducida al español)Me otorgo a mí misma el privilegio de enterarme por un mismo error de ustedes de su identidad, realmente me siento bastante galardonada ha decir verdad.Me causó algo de hastío el que se llevaran a mi príncipe sin autorización anticipada, pero igualmente te agradezco, Natasha Videla, el no haberle hecho daño. Me supongo que desde ese momento tengo el derecho de devolverte la jugada.Haber tenido a Amelia bajo mi poder ha sido de las cosas más fatigosas por las que he pasado, ¿Acaso nunca le enseñaste modales? Me vi en la obligación de hacerlo yo.Le ordené a dos de mis mejores actores a que les dieran el orgasmo de su vida y ella se puso rabiosa, que muchachita tan mal agradecida. Le saqué al engendro de su vientre para que n
Anthoaneth.Bebo un sorbo de mi té verde mientras observo como Victorino le coloca un gorro de lana a su bien elaborado muñeco de nieve. Sonrío y lo saludo con la mano cuando me alza sus pulgares enguantados.La nieve cae en copos diminutos. Las calles de Italia están iluminadas desde temprano para recibir la llegada de la noche buena con toda la luz posibles. La casa la adornó Dakota junto con las opiniones de Victorino.Han pasado tres meses desde mi último enfrentamiento con la DHV, desde que asesiné a Jailev.Bueno, estaba herido y no tardarían nada en encontrarlo. Jailev era de mente débil, no tardaría nada en soltar la lengua con ellos, y menos con sus métodos de tortura.Mario me avisa que ya envolvieron los regalos de mi bambino y asiento.—Hanno già il corpo?
Virgo.El primer encuentro que tuve con Catalina Fermín fue hace cinco años en Michoacán, Anessa me había mandado a una misión, y ésta debía llevarse a cabo en uno de los antros más caros, pero famosos de toda la comarca.Y ahí estaba Catalina, trabajando de pool dancer con sus mayas negras de reed con un hilo negro debajo de éstas, su cabello suelto y corto en ese tiempo, sus tetas descubiertas con los pezones erectos y un collar de púas adornando su cuerpo. Los billetes eran parte de su fuente de oxígeno más cercana.Habían otras bailarinas mostrando muchas partes más que ella, pero Catalina fue quien captó mi atención aquella noche. La noche del Choegoui him no podía quitarle los ojos de encima, supe disimular mi asombro al verla. Me dejó bastante anonadado verla dentro de esto del mundo criminal.Parece que a la tipa le gusta lo prohibido,
Catalina.—Oye— una chamaca de unos catorce años llama mi atención—, ¿Has visto a Daisy? Van tres días que no la veo...—Oh, lo siento— le digo con un pesar no tan fingido—. Ya la adoptaron, no tuvo tiempo de despedirse.—Lo mismo dijeron de Karina hace como un año— baja la comisura de sus labios—. Bueno, espero que le vaya bien con su nueva familia.La niña me da la espalda y se larga a su habitación.Es que aquí les hacemos creer a las niñas que son huérfanas y que están en un orfanato, o que sus padres nos pagaron para que las tengamos aquí durante un tiempo indefinido. La mayoría de ellas le agarran repudio a sus padres y se acostumbran a estar aquí.Y Daisy era
Helenna.Nuestros errores son una carga que llevaremos toda la vida aunque nos arrepintamos de ellos, siempre van a quedar esos recuerdos tormentosos del monstruo que fuimos.Desde pre-adolescente he metido la pata hasta el fondo. Me escapé para una fiesta cuando claramente mi madre no me tenía permitido asistir, ahí me echaron algo en la soda y no fui consciente de nada más sino al día siguiente.Desperté en la casa donde había sido la fiesta, un olor putrefacto entre alcohol, cigarro y heces rondaba por el aire. Sentía un fuerte dolor en mi parte íntima, tanto que me costó un infierno levantarme.¿Qué había pasado? Sólo rondaban por mi memoria pequeños flashback míos bailando con un hombre, conversando con él mientras bebía una cerveza negra y yo un refresco. No había consumido alcohol, no comprendía por qué me desenfoqué de tal forma.Salí de esa oscura habitación donde me e
Graham.Me mantengo inexpresivo con mi cabello alborotado, mis ojos azules sin su brillo usual y la mirada perdida mientras juego con una pelotita, haciendola rebotar en un punto del piso para que de ahí vaya a impactar contra la pared y luego regrese a mi mano abierta. No sé cuantas horas llevo haciendo esto.He perdido la noción del tiempo, Catalina me trae la comida todos los días, encontrandose con la comida anterior intacta cada vez que viene. Zahori intenta venir a hablar conmigo, diciendo que puedo desahogarme con ella, la ignoro.Nadie entiende cómo me siento, nadie puede decir que me entiende cuando ni yo mismo sé quien soy... No sé quien soy sin ella. No sé quién soy sin sus besos, sin sus ojos marrones, sin su sonrisa con sus dientes perfectos, sin su existencia.Siento que soy un
Zahori.Las luces de la calle parpadean hasta quedar completamente apagadas. Logan y Carlo nos hacen señas desde los camiones, es aquí cuando debemos actuar.Son las nueve de la noche, la hora perfecta para atacar porque, según Catalina; a esta hora las niñas están bajo los efectos del DEMV.Natasha y yo empujamos el container de la basura hacia un lado y bajamos los pequeños escalones que nos llevan al cuarto donde se supone que deberíamos colocarnos ropa desechable como si fuesemos a entrar a un quirófano.Abro las puertas metálicas con el triángulo llave inglesa y avanzamos por el oscuro pasillo.—Ya podeis devolver la electricidad— le dice Natasha a Carlo por medio del micrófono infiltrado en el cuello de su braga enteriza.Las bragas enterizas fueron mi creación hace dos años cuando era parte de Los Leviatanes. Su tela es de fibra téxtil de kevlar