PENNY y THEOPor toda respuesta, Alanna alzó los brazos y rodeó el cuello de Kurt para darle un dulce beso de agradecimiento, prontamente él estaba estrechándola contra su pecho, por lo que ella tuvo que liberarse diciendo: –Mejor me alejo de ti, somos responsables del cuidado de dos peq
PENNY y THEOEl tiempo demostró que los ruegos de Penny sí fueron escuchados, porque luego de unos cuantos años de travesuras y mal comportamiento que los obligaba a mantenerse confinados en casa para evitarse inconvenientes, finalmente, comenzaron a mostrarse como unos chicos tranquilos, maduros y
Efectivamente, a lo largo del tiempo Carlos Luis investigó al padre de Alanna y al descubrir la gran cantidad de basura que tenía guardada el hombre, hizo un plan para que le devolviera a su hija todo lo que le había arrebatado con su egoísmo e incluso lo llevó ante la justicia.No solamente protegí
CARLOS LUIS MENDOZA ARRIETACuando Joha terminó su reunión con Randall, se encerró en su oficina, tomó asiento frente a su escritorio y apoyando la barbilla en sus manos, cerró los ojos para reflexionar sobre el siguiente paso que debía dar.Carlos Luis le había dicho que la protegería a ella y a su
El día del nacimiento de su bebé, Kurt trataba de calmar a su protector, ya que temblaba como una hoja mientras se arreglaba para acompañar a Joha en la sala de partos. –¿Y si lo hago mal? –Solo tienes que tomar la mano de tu mujer y decirle lo mucho que la amas, que sepa que
CARLOS LUIS MENDOZA ARRIETAEsa noche, Carlos Luis decidió apartarse de Joha, así que entró a la habitación de su hijo y se acomodó en la butaca que tenía allí para arrullar a su bebé cuando tenía noches inquietas, etapa que ya superó y ahora duerme plácidamente sin interrupciones.Observó a su pequ
Por otro lado, Joha despertó de madrugada buscando a Carlos Luis y lo encontró en la habitación de su hijo, no quiso molestarlo, pero ella seguía impactada porque esperaba que él pusiera más resistencia al plantearle su deseo de separarse un tiempo.Reconocía que cuando él cedió tan fácilmente su co
CARLOS LUIS MENDOZA ARRIETAAvanzaba la tarde y, por un buen rato, Carlos Luis se mantuvo en un silencio que Kurt, Diego Armando y Jairo respetaron, como la intención no era de embriagarse, ellos apenas probaron sus tragos, solo observaban como el dolido hombre bebía un vaso tras otro y, cuando sus