— Digna, dime qué eso no es verdad, que esa perra no está viva.— Mi niña, lo está, tiene cuatro mocosos, y espera otro.Dayanara de la Torre estaba más que furiosa al enterarse de que Luggina seguía con vida y con cuatro hijos.— ¡Lucciano será mío! Y esa mustia ni ninguna otra mujer me lo quitará.— Mi niña espera, piensa en lo que harás, deja ese hombre, mira César te quiere bien.— ¡No Digna! No, yo quiero a Lucciano y lo quiero para mí. Así tenga que sacarle los ojos a esa mujercita .Fue a la oficina de Lucciano sacó una pequeña pistola y salió.Manejó tan rápido que no importó pasarse los semáforos y señales de tránsito.Llegó a la mansión Lombardi y no encontró a nadie más que a Mirta.— ¡Mirta! Dame la dirección de esa mujercita. — Exigió a gritos.Mirta estaba muy nerviosa conocía el carácter explosivo de Dayanara.— No lo sé señora, no tengo orden de dar esa dirección.Dayanara sacó el arma y apuntó a Mirta.— Señora, tenga cuidado con eso, por favor.— ¡Cállate! Solo abre
Una semana después Luginna estaba de regreso a la mansión Lombardi. En brazos de Lucciano fue llevada a la sala de Star.Todos estaban embelesados con sus sobrinos y los abuelos muy consentidores. —Abuelo dos. ¿Me enseñarás a ser un doctor de niños?— Por supuesto que sí.— Y el abuelo tres nos enseñarán a diseñar.Luggina o tenía idea de que la mujer que le salvó la vida fue la causante de toda aquella confusión tanto del pasado como del presente.— ¿Quien fue el donante de RHnull?Todos quedaron en silencio.— ¿Que sucede? ¿Pregunté algo malo?¿Quién fue el donante de null? No es un tipo común.Pierina se acercó a Luggina y se sentó a su lado. Miró a las nanas de cada uno de los niños para que los llevaran al jardín, la hora de decir la verdad era esa.— Chicas, por favor, lleven a los niños a jugar.Los pecos se despidieron y salieron como soldados en fila, uno tras otro.— Hija, tu padre Alessandro y yo te contaremos y te aclararemos esa idea errónea que te formaste de todo ese d
Lucciano arregló su ropa y ayudó a Luggina a vestirse. El tiempo de estar en el aire se terminaba.Acarició sus mejillas y besó sus labios— Fue mejor que el sueño. — Susurró sobre sus labios.— Ya lo creo profesor.Bajaron del globo y el cielo se abrió en una fuerte lluvia.Corrieron al auto y salieron para ir al IMPERIAL CLUB.Luggina entró a su parqueadero privado, subieron al ascensor para llegar al piso exclusiva mente de ella, ella miró todo impecable, como si estuviera ella presente.— Traté de tenerlo tal y como lo tenía Miguel Ángel para ti.— ¿Y mi camerino? Ven.La cogió de su mano y caminaron al camerino.Luggina sintió su corazón acelerarse tanto vio por las cámaras los anuncios de la noche, miró a Lucciano con gesto interrogativo.— Si, ANGEL DEL DESEO, hará su presentación esta noche.— ¿Me reemplazaron? — Expresó con tristeza.— ¡Nunca! No hay otra como tú. Serás tú, quien se presentará.Luggina sonrió y se colgó a su cuello.— ¿Me liberaste de esa cláusula?— Si,
Todos en la recepción hablaban, reían y felicitaban a los novios.Luggina se acercó a Miguel Ángel que estaba muy animado con Pía.—¿Feliz mi peque mayor? — Expresó con alegría, Miguel Ángel al verla sonreír.— Si, y mucho, y te lo debo a ti, por no hacerme caso.— Primero mis pecos, ellos se lo merecían.— Hablaste con Bianca, no la vi irse.— No, ella tiene su vida y yo la mía junto a Pía. - Vocifero Miguel Ángel.Luggina miró a Pía y luego a Miguel Ángel.— ¿De que me perdí ahora? — Pregunta muy curiosa Luggina.Pía bajó la mirada, suspiró profundo, y confesó— Será un matrimonio arreglado. Solo deseo que Adrián Alonzo entienda que no soy mujer para él. Mírame soy mayor diez años. — Expuso Pía con acento triste.Luggina miró a Miguel Ángel y luego a Pía.— Pia Zambrano tú no te casarás con Miguel Ángel, y tú Miguel Ángel, espero que le hayas dado la oportunidad de hablar a Bianca.— La vi que se acercó y se despidió.— ¿No te dijo nada? — Preguntó.— ¿Y que tiene que decirme? Lo fe
Miguel Ángel miró a Bianca hablar con Luggina, la vio sonreír." Se la ve feliz y debe serlo, tienen hijos, y se olvidó de mi" pensó Miguel Ángel.Bianca se acercó a sin ser vista por ellos.— Cuando estemos casado, todo será diferente.Bianca no podía creer lo que escuchó, Miguel Ángel y Pía se casarían.— Escuché que se casarán, les deseo un feliz matrimonio.Esas palabras le rompieron el corazón en mil pedazos, su cuerpo temblaba pero supo salir de ahí como si nada le afectara.— Gracias Bianca. — Miguel Ángel miró a Bianca y sintió ganas de abrazarla y decir que la seguía amando. Pero verla tan serena y hablar con esa tranquilidad le confirmó que no lo amaba.Pía vio el dolor que Miguel Ángel no pudo en los ojos de Bianca.— Miguel Ángel, ve por ella, no la dejes ir. — Le sugirió Pía, viendo como Bianca se alejaba. — Ella se fue, fue su decisión y la respetaré.Pía abrazó a Miguel Ángel, y justo ahí Bianca miró hacia atrás u vio la escena. Sus lágrimas rodaron por sus mejillas, c
Sin darse cuenta ya sus ropas estaban tirada por todos lados.Miguel Ángel subió a Bianca a sus caderas, y está envolvió sus piernas en ella, mientras se devoraban en u apasionado beso.Sus lenguas eran hambrientas por sentirse nuevamente.Miguel Ángel camino con ella y la fue bajando en la cama cayendo el junto a ella.Bianca jadeaba y casi gritaba su nombre, estaba nublada del deseo que sentía.— ¡Aaaah! Miguel Ángel. Te amo te amo, mi amor.Miguel Ángel besaba cada centímetro de su piel, mordía y succionaba sus pechos, mientras Bianca arqueaba su espalda para quedar expuesta a él.Miguel Ángel lamió, mordió y bebió de esos pechos que nunca olvidó, los deseaba tanto que sentía arder de la pasión que despertaba en el.Subió a su cuello y llegó a su boca, mordió suavemente sus labios, su lengua, y nuevamente fue bajando por sus pechos, luego a su vientre, abrió sus piernas, en las que fue dejando mordidas suaves, hasta estar en la entrada a su paraíso personal.Mordió suavemente cada u
Pierina colocó una tiara de diamantes a Bianca, y arregló su velo.— Lista, ahora vamos al encuentro con el amor de tu vida.Bianca dió un fuerte abrazo a Pierina.— Gracias señora...— Nada de señora, solamente Pieri. Siempre Pieri, para ti.Luggina abrazó a su mejor amiga casi hermana.— Seremos felices junto a nuestros daddy's. — Comentó Luggina entre risa, con Bianca.— Así es, seremos felices siempre— ¿ Lista? — Preguntó la nana Zuria y sonrió.— Lista Nana Zuria.Salieron de la habitación para bajar e ir a limusina que la llevaría a la catedral.Miguel Ángel entró en compañía de Renzo y Gaia Berlusconi.— Estoy muy orgulloso de ti hijo, cuidaste a mi nieta y eso para mí, vale más que el oro.— A mi Prince y a mí, no nos une el ADN, nos une el amor de hermanos que sentimos el uno por el otro. La vi crecer, hacerse mujer y convertirse en madre y eso me unió más a ellos, cuando esos pecos me llamaron tío Mig. — Gracias hijo, yo también te agradezco y puedes ve en mi a una madr
— ¡Vamos! Esta noche dicen que está candente la presentación. Caballero del delirio se presentará y quiero verlo.Francesca intentaba convencer a Pía de que fueran al IMPERIAL CLUB.Ahora hacían presentaciones exclusivamente para damas una vez a la semana.Pía había regresado después de tres años de alejarse para olvidar a Adrián Alonzo, sin tener éxito. Su amor era tan fuerte que jamás lo olvidó.— Tenemos que festejar tu regreso Pía, y nos vamos al IMPERIAL CLUB.— Como crees que yo iré a ese lugar. A ver hombres desnudos.Pía era muy tímida en ese sentido.Francesca la miró achicando los ojos como escudriñando si era verdad lo tímida que era o simplemente fingía.— ¿De que siglo eres? Pía, Luggina, Bianca y Nicolle irán está noche con nosotras. Y yo no voy a escondidas de Emilio, el y yo debes en cuando vamos, es solo que ahora se me ocurrió hace una noche de chicas diferentes. Somos casadas, bueno tú eres novia.— ¿Novia? — Pronunció en un susurro. —Vamos di que sí, y esta noche