Luggina abrió los ojos y poco a poco fue recuperando se.— Doctor, por favor haga pasar a mi esposo.El galeno salió hasta la puesta y se dirigió a Miguel Ángel.— La señora solicita a su esposo.Lucciano automáticamente de un solo estaba parado en la puerta.— Soy yo doctor.La mirada del galeno era de uno al otro sin entender.Miguel Ángel se acercó y el ginecólogo lo hizo pasar. —Señor Larusso, pase por favor .Pía se acercaba con Lui y cuando lo vio un grito llamó su atención.— ¡Papito! ¡Papito viniste a verme! Déjame tía Pío, quiero estar con mi papá.Lucciano tragó el nudo en su garganta y se acercó a coger en brazos a su princesa.— Mi princesita hermosa.Expresó Lucciano con un sentimiento de ternura, y sin dejar de mirar a Pía. Pía estaba nerviosa, se sentía descubierta miró a todos lados mientras se aclaraba la garganta.— ¿Que tal el trabajo de limpieza, Pía?Pía sintió un fuerte temblor en su cuerpo, Lucciano la había descubierto.— No se de qué me habla señor. Es la pr
Los pecos fueron cayendo rendidos uno a uno, y llevados a sus habitaciones, la última en dormir fue la pequeña Lui, Lucciano la llevó a su habitación decorada de princesa, Mirta trabajó contra reloj para tener todo como lo pidió su jefe.- Papito, si es un sueño, no quiero despertar. ¿Ya no volveremos a separarnos, verdad?- Nunca más mi amor de ahora en adelante seremos una familia.- ¿Y nos llevarás a la escuela?- Todos los días mi vida, siempre.Luiginna durmió en los brazos de su padre, era la primera vez que lo hacía.Lucciano la dejó en su cama y la miró por unos momentos, atrajo a Luggina y la abrazó acariciando su vientre, besó sus labios, y entre ese roce tan anhelado de sentir le susurró.- Te amo mi brujita hermosa ni un solo momento dejé de hacerlo.- Siempre quise olvidarte, y jamás me lo permitieron tus recuerdos, estuviste presente cada día de mi vida. Te amo mi daddy, eres y serás el amor de mi vida.Unieron sus labios en un beso lleno de amor, deseo y pasión, Luccian
— Digna, dime qué eso no es verdad, que esa perra no está viva.— Mi niña, lo está, tiene cuatro mocosos, y espera otro.Dayanara de la Torre estaba más que furiosa al enterarse de que Luggina seguía con vida y con cuatro hijos.— ¡Lucciano será mío! Y esa mustia ni ninguna otra mujer me lo quitará.— Mi niña espera, piensa en lo que harás, deja ese hombre, mira César te quiere bien.— ¡No Digna! No, yo quiero a Lucciano y lo quiero para mí. Así tenga que sacarle los ojos a esa mujercita .Fue a la oficina de Lucciano sacó una pequeña pistola y salió.Manejó tan rápido que no importó pasarse los semáforos y señales de tránsito.Llegó a la mansión Lombardi y no encontró a nadie más que a Mirta.— ¡Mirta! Dame la dirección de esa mujercita. — Exigió a gritos.Mirta estaba muy nerviosa conocía el carácter explosivo de Dayanara.— No lo sé señora, no tengo orden de dar esa dirección.Dayanara sacó el arma y apuntó a Mirta.— Señora, tenga cuidado con eso, por favor.— ¡Cállate! Solo abre
Una semana después Luginna estaba de regreso a la mansión Lombardi. En brazos de Lucciano fue llevada a la sala de Star.Todos estaban embelesados con sus sobrinos y los abuelos muy consentidores. —Abuelo dos. ¿Me enseñarás a ser un doctor de niños?— Por supuesto que sí.— Y el abuelo tres nos enseñarán a diseñar.Luggina o tenía idea de que la mujer que le salvó la vida fue la causante de toda aquella confusión tanto del pasado como del presente.— ¿Quien fue el donante de RHnull?Todos quedaron en silencio.— ¿Que sucede? ¿Pregunté algo malo?¿Quién fue el donante de null? No es un tipo común.Pierina se acercó a Luggina y se sentó a su lado. Miró a las nanas de cada uno de los niños para que los llevaran al jardín, la hora de decir la verdad era esa.— Chicas, por favor, lleven a los niños a jugar.Los pecos se despidieron y salieron como soldados en fila, uno tras otro.— Hija, tu padre Alessandro y yo te contaremos y te aclararemos esa idea errónea que te formaste de todo ese d
Lucciano arregló su ropa y ayudó a Luggina a vestirse. El tiempo de estar en el aire se terminaba.Acarició sus mejillas y besó sus labios— Fue mejor que el sueño. — Susurró sobre sus labios.— Ya lo creo profesor.Bajaron del globo y el cielo se abrió en una fuerte lluvia.Corrieron al auto y salieron para ir al IMPERIAL CLUB.Luggina entró a su parqueadero privado, subieron al ascensor para llegar al piso exclusiva mente de ella, ella miró todo impecable, como si estuviera ella presente.— Traté de tenerlo tal y como lo tenía Miguel Ángel para ti.— ¿Y mi camerino? Ven.La cogió de su mano y caminaron al camerino.Luggina sintió su corazón acelerarse tanto vio por las cámaras los anuncios de la noche, miró a Lucciano con gesto interrogativo.— Si, ANGEL DEL DESEO, hará su presentación esta noche.— ¿Me reemplazaron? — Expresó con tristeza.— ¡Nunca! No hay otra como tú. Serás tú, quien se presentará.Luggina sonrió y se colgó a su cuello.— ¿Me liberaste de esa cláusula?— Si,
Todos en la recepción hablaban, reían y felicitaban a los novios.Luggina se acercó a Miguel Ángel que estaba muy animado con Pía.—¿Feliz mi peque mayor? — Expresó con alegría, Miguel Ángel al verla sonreír.— Si, y mucho, y te lo debo a ti, por no hacerme caso.— Primero mis pecos, ellos se lo merecían.— Hablaste con Bianca, no la vi irse.— No, ella tiene su vida y yo la mía junto a Pía. - Vocifero Miguel Ángel.Luggina miró a Pía y luego a Miguel Ángel.— ¿De que me perdí ahora? — Pregunta muy curiosa Luggina.Pía bajó la mirada, suspiró profundo, y confesó— Será un matrimonio arreglado. Solo deseo que Adrián Alonzo entienda que no soy mujer para él. Mírame soy mayor diez años. — Expuso Pía con acento triste.Luggina miró a Miguel Ángel y luego a Pía.— Pia Zambrano tú no te casarás con Miguel Ángel, y tú Miguel Ángel, espero que le hayas dado la oportunidad de hablar a Bianca.— La vi que se acercó y se despidió.— ¿No te dijo nada? — Preguntó.— ¿Y que tiene que decirme? Lo fe
Miguel Ángel miró a Bianca hablar con Luggina, la vio sonreír." Se la ve feliz y debe serlo, tienen hijos, y se olvidó de mi" pensó Miguel Ángel.Bianca se acercó a sin ser vista por ellos.— Cuando estemos casado, todo será diferente.Bianca no podía creer lo que escuchó, Miguel Ángel y Pía se casarían.— Escuché que se casarán, les deseo un feliz matrimonio.Esas palabras le rompieron el corazón en mil pedazos, su cuerpo temblaba pero supo salir de ahí como si nada le afectara.— Gracias Bianca. — Miguel Ángel miró a Bianca y sintió ganas de abrazarla y decir que la seguía amando. Pero verla tan serena y hablar con esa tranquilidad le confirmó que no lo amaba.Pía vio el dolor que Miguel Ángel no pudo en los ojos de Bianca.— Miguel Ángel, ve por ella, no la dejes ir. — Le sugirió Pía, viendo como Bianca se alejaba. — Ella se fue, fue su decisión y la respetaré.Pía abrazó a Miguel Ángel, y justo ahí Bianca miró hacia atrás u vio la escena. Sus lágrimas rodaron por sus mejillas, c
Sin darse cuenta ya sus ropas estaban tirada por todos lados.Miguel Ángel subió a Bianca a sus caderas, y está envolvió sus piernas en ella, mientras se devoraban en u apasionado beso.Sus lenguas eran hambrientas por sentirse nuevamente.Miguel Ángel camino con ella y la fue bajando en la cama cayendo el junto a ella.Bianca jadeaba y casi gritaba su nombre, estaba nublada del deseo que sentía.— ¡Aaaah! Miguel Ángel. Te amo te amo, mi amor.Miguel Ángel besaba cada centímetro de su piel, mordía y succionaba sus pechos, mientras Bianca arqueaba su espalda para quedar expuesta a él.Miguel Ángel lamió, mordió y bebió de esos pechos que nunca olvidó, los deseaba tanto que sentía arder de la pasión que despertaba en el.Subió a su cuello y llegó a su boca, mordió suavemente sus labios, su lengua, y nuevamente fue bajando por sus pechos, luego a su vientre, abrió sus piernas, en las que fue dejando mordidas suaves, hasta estar en la entrada a su paraíso personal.Mordió suavemente cada u