La princesa fue tirada como trapo al pie del castillo mientras ella lloraba y protegía su vientre. La dejaron desprotegida ante todo el pueblo quienes pasaban a su lado lanzándole escupitajos y todo tipo de maldiciones.
Estaba sucia y maltratada.
— Mi señora — escuchó a lo lejos.
— Regina — susurró con cansancio.
— Mi señora — volvió a escuchar.
Sintió los brazos de la joven, que era antes su dama, rodearla con cuidado levantándola del suelo.
— Venga señora, la llevaré a mi casa.
— No regina, tendrás problemas por mi causa y no me lo perdonaría.
— No se desgaste mi princesa, guarde sus fuerzas. Hay alguien esperándola en casa.
Eva cerró los ojos dejándose llevar por Regina, antes de hacerlo vio a la madre de esta acercarse a ellas a paso rápido. Eva iba a desmayarse, sentía todo su cuerpo débil y cansado.
Se dirigieron a casa de las damas. Regina peinaba y limpiaba el rostro de su señora con
ACTUALIDAD. Once años después — ¡La princesa ha desaparecido! Es lo único que se escucha en cada rincón del palacio. Toda la servidumbre estaba atenta y buscando a la princesa desaparecida, en los baños, en su recamara, en la cocina del palacio, en todos los lugares sin poder encontrarla. No era la primera vez que la princesa de nueve años se escapara de todo el ajetreo de la monarquía. — ¡Encuentren a la princesa! — exclama el rey sentado en su trono. Fuera del palacio, en uno de los puestos del pueblo: — ¡Corre más rápido nana! — No corra, princesa. — le responde la encargada de la niña al mismo tiempo. La pequeña princesa seguía su camino libre, sin preocuparse de lo que los pobladores pudiesen hablar de ella, ya que era conocida por la mayoría de ellos. La niña era amada por cada uno de los habitantes de ese pequeño pueblo, su bondad y generosidad enamorada a cualquier persona que la conociera, anonad
— Adelante. ¿Su abuelo la quería? Michelle siempre se preguntaba cada vez que veía a su abuelo acariciar a su prima, la princesa siempre veía a su abuelo acariciarla y llenarla de elogios. Regalos cada día, besos cada noche y amor por doquier es lo que Michelle quería de su abuelo, todo lo que su prima gozaba y ella no podía; ¿por qué son diferentes? ¿Por qué su abuelo quería a su prima y a ella no? La pelirroja anhelaba la voz de su abuelo contándole un cuento por las noches, justo como lo hacía con Aiza. Aquella princesa curiosa visitaba la alcoba de su prima solo para escuchar a su abuelo narrar uno de esos cuentos a su prima, con amor y ternura que nunca conoció de su parte. Pese a todo ello, sentía el amor de su abuela, quien siempre que tenía oportunidad la protegía de los severos castigos del rey. — «¡Ah!» La princesa acababa de ser reprendida por el rey. El sonido de la palma de la mano del rey sobre la suave mejilla de la pr
El ser humano necesita muestras de amor para poder desarrollar fortaleza mental pues no hay nada más doloroso en el mundo que no sentir amor por la familia. Tener la impresión de haber encarnado en la familia "equivocada" supone una experiencia desafiante y muchas veces compleja. ¿Es difícil? ¡Claro que sí! Michelle corre hacia la salida trasera de la cocina del palacio donde no había guardias ni perros de defensa. Sale con rapidez por la pequeña puerta, corriendo con sus largos cabellos golpeando su rostro impidiendo ver con claridad el camino por donde va. Sigue corriendo hasta llegar a un parque que conoce a la perfección, ese parque al que su madre la llevaba todos los domingos; se sienta en un banco de madera en el centro del parque teniendo una vista completa de todos los juegos para niños de su edad. Familias paseando con sus hijos, niños jugando entre ellos y el sonido de las aves cantando hicieron sentir a Michelle sola. — Hola — a su lado un chi
— ¡Juega con nosotros Will! — Joven … — el mayor no termina su oración puesto que el chiquillo le había lanzado una gran bola de lodo al rostro, ganándose la risa de ambos pequeños. — Es hora de irnos. — sí, a veces odiaba su trabajo, parecía más niñero que un protector. Michelle se puso algo triste, su nuevo amigo se iba y ella pensaba que no lo volvería a ver, esa tarde pasó un momento muy divertido con el chico y después de mucho tiempo logró reír como antes lo hacía. — Hasta luego Michelle . — ¿Nos volveremos a ver? — dice ella un poco tímida. — Si vienes a estas horas los domingos, seguro me encontrarás. — Michelle asiente feliz por aquella información. Lograría escaparse como sea del palacio para ver a su nuevo amigo — Ten, devuélveme el libro la próxima vez que me veas. — dice alejándose. El adolescente la veía como una hermanita perdida, por lo que desde ese momento estaba dispuesto a que, si se la volviera a encontrar, la
— Mami — dice la niña al lado de la cama de su madre, con sus ojos rojos de tanto llorar, sentada en las piernas de su hermana mayor. — Dime mi amor. — No te vayas. Los ojos de la madre se hicieron vidriosos, ¿cómo podría responder a eso cuando estaba a punto de morir? — Mi precioso sol — Isobell acaricia el cabello de su hija menor — y mi cerecita, — repite el acto con su hija mayor — siempre voy a estar aquí — señala el pecho de la pequeña — y aquí, en sus corazones. — No me importa mami, yo quiero que me lleves al colegio. — la pequeña llora sin parar haciendo que el corazón de su madre se rompiera. — Mi amor, no llores mi pequeña, sé que sientes muchas emociones. Estoy muy orgullosa de ustedes, las estaré cuidando, las estaré cuidando todos los días para ver qué cosas nuevas y emocionantes lograrán. — Pero mami, yo quiero verte todos los días.
A las que buscamos amor en palabras escritas en páginas de papel. — Anthoanet Queridos reyes y reinas: Para mejor visualización del árbol genealógico de cada reino, sus estados, monedas, representaciónes y escudos ... He optado por dejar un enlace de p*f, sin embargo, aquí no me dejan colocar enlaces, por lo que pueden dejar sus comentarios pidiendo el enlace del p*f y así yo poder enviárselos, donde podrán observar con más claridad lo mencionado anteriormente ... además de entender mucho mejor el contenido de este libro. El p*f consta de algunas imágenes de los escudos con el respectivo nombre de cada reino, así como también los nombres de sus integrantes (personajes de la realeza, ya sean reconocidos por el padre o no). ¡Espero con muchas ansias sus comentarios! En el siguiente capítulo estarán las advertencias del contenido de este libro. Gracias por la confianza. Atte: Anthoanet. ¡Love you so much! :) JEJE
Reyes y reinas, príncipes y princesas, sean bienvenidos al reino de fuego. Me llaman la reina Anthoanet, diosa creadora de este libro y sus consecutivos. Así es como, debido a la responsabilidad que se me ha sido otorgada, es mi deber advertirles sobre la historia y aquellas palabras escritas en pergamino de oro puro. 1. Este es el primer camino, la primera historia de los cinco caminos hechos para ti, miembro de la realeza. Cinco caminos con cinco destinos diferentes que yo, la diosa, me he tomado la libertad de enseñarle cada uno de ellos frente a sus ojos. 2. Podrá usted ser el rey o la reina, pero los caminos que he de enseñarle no son con motivos de aprendizaje, ni mucho menos con la intención de cambiar su pensar o la manera de dirigir vuestro reino. 3. Soy primeriza en las labores de diosa creadora, por lo que le pido a usted, su majestad, perdonar mis pecados. De lo contrario, les solicito su ayuda con esta tan ardua labor. 4. Como cuarto decreto, demando su solidarid
— ¿Usted me ayudará a encontrar a mi mamá? — Verás, niña, aquí — señaló el hombre con buen porte — los favores se pagan con sangre y sudor. — ¿Sangre? — preguntó la pequeña con algo de temor — ¿Por qué sangre, señor …? — Director — interrumpió —. Director Niquemio. — ¿Entonces sí va a ayudarme? — Eso lo veremos con el tiempo, niña. Tus labores serán recompensadas. Por ahora acompáñame, te presentaré a tus compañeros. El hombre alto caminó hacia la gran puerta frente a ellos y algunos otros hombres. El director andaba a paso lento mientras que, detrás de él, una pequeña niña trataba de igualar su caminar. Aquella niña de cabellos cobrizos pensaba en oportunidades, en la esperanza que le había dado aquel hombre para encontrar a su familia. Apenas con diez años, se encontraba por encaminar su futuro entre el poder y la justicia, entre la muerte y la vida; pero aquello era ajeno para la pequeña mente infantil. Caminó sin preocupación y confiada en las palabras del director Niquemio