10 de enero de 2021

James

Todo el fin de semana intenté pasar tiempo de calidad con mis hijos, mientras Priscilla se fue de viaje a España por unos días, así que estaría de regreso muy pronto. Le agradecí a la vida por dejarme estar con mis niños a solas.

El domingo en la noche, Camila, la esposa de mi hermano, y mis hermanos Andrew y Claire vinieron a cenar con nosotros.

—¿Encontraste una niñera ya, James? Si no es así, yo podría quedarme con los niños esta semana. —Camila me dijo, siempre ella ha estado allí para mis niños.

—Te agradezco por tu amabilidad Camila, pero, ya encontré una niñera a puertas cerradas que comenzará a vivir con nosotros desde mañana. Un

problema menos por el cual preocuparme. —Por suerte, los niños ya estaban dormidos y apenas les comenté sobre la nueva niñera se sintieron muy felices.

—A los niños les emociona la idea, creo que lo único que desean es sentir ese amor de madre que no reciben de parte de Priscilla.

—Espero que hayas contratado a la persona correcta, en todo caso estaré

viniendo acá a ver si todo va bien todos los días. Mejor dicho, trataré de venir tanto como pueda. —Mencionó y le agradecí con una pequeña sonrisa de lado.

—¿Crees que podríamos hablar un momento hermano? —Andrew me interrogó y asentí para ponernos de pie y dirigirnos hacia mi estudio, donde podríamos hablar a solas. —Hay algo que debo decirte y espero que puedas tomarte esto de

buena forma.

Mi hermano Andrew siempre ha sido un hombre muy serio así que cuando me pide hablar conmigo de forma privada, entiendo que se trata de algo bastante serio.

—Dime lo que tengas que decirme Andrew, sabes que no me gusta que me oculten las cosas —farfullé.

—¿Recuerdas a Anthony Lawrance? —Mencionó un nombre de alguien a quien habíamos conocido con profundidad años atrás.

—¿Anthony? ¿El antiguo abogado de nuestro padre? —Aún no lograba

comprender a dónde nos estaba llevando esta conversación.

—Recibí una llamada de su parte hace unos días en donde me supo decir que hay cosas que nuestros padres nos han estado ocultando durante años, me dijo que nos ocultan algo respecto a Claire y que a pesar de que no nos los puede decir, deberíamos tratar de encontrar la verdad por nuestra cuenta —suspiró con desgano, parece que esto le ha preocupado más de lo normal.

—¿Sospechas algo? Bueno, tú y yo sabemos que nuestros padres nos han ocultado mucho a lo largo de los años y respecto a Claire, no conocemos todo de ella. Recuerda que la adoptamos en un orfanato y no sabemos más acerca de su verdadera familia, cuando me ha preguntado un poco acerca de ello no he podido darle una respuesta debido a que yo tampoco sé nada sobre eso.

—Nunca he podido ver el certificado de adopción de Claire, y supongo que en algún momento también deberían decirle algo más al respecto en cualquier punto de su vida, más ahora que Claire ya es casi una adulta. Y si no tiene nada que ver con su adopción, me pregunto cuál es ese secreto que nos están ocultando.

—Ni tú ni yo somos tan cercanos a nuestros padres como para preguntarles al respecto, la más cercana es Priscilla y no estoy en buenos términos con ella

actualmente. Podríamos hablar con Claire, solo que esa sería nuestra última opción, o intentar tener una cita con Anthony para que nos dé un poco de información al respecto. —En realidad, al igual que Andrew, esto me había estresado aún más. Parece que cuando tengo problemas, siempre llegan otros.

—No he visto que Claire se sienta muy cómoda con nuestros padres, apenas les dirige la palabra. Puedo comprenderla por ese lado, puesto que sabemos bien que a ellos les molesta que Claire se esté centrando en la música...Creo que debemos actuar como sus hermanos mayores y darle el apoyo que le está

haciendo falta, quizá ella pueda quedarse unos días contigo y otros conmigo. —Me propuso y asentí, no me molestaba la idea en lo absoluto.

—No quiero que le comentes a nadie más sobre esto, bueno Camila puede saber porque es una mujer muy leal, pero, nadie más que ella... ¿De acuerdo? Este es un tema familiar que solo nos compete a nosotros. —Le indiqué.

—Trataré de hablar con Anthony Lawrence tan pronto como me sea posible... ¿Y cómo están las cosas entre Priscilla y tú? —Tomó asiento en el sillón de cuero que tenía en mi estudio. —Entiendo que acabas de decir que no están bien, aún así quisiera saber.

—¿Priscilla? Hace tiempo que dejó de importarme cómo se encuentra, es muy insoportable y no le interesa cómo están sus hijos. Me molesta que sea demasiado individualista y egoísta a la vez, he llegado a pensar que me está engañando con alguien más, sin embargo, no he deseado ir más al fondo de esto. —Suspiré mientras buscaba una botella de mi vodka favorito en mi bar personal.

—¿Por qué no le pides el divorcio de una buena vez? Solo debes asegurarte de separar tus bienes de los suyos.

—¿Crees que nuestros padres se lo tomen bien? —Le pregunté, sirviendo un trago de vodka y tomando del mío.

—¿Debería acaso importarte lo que les parezca a ellos? Es tu vida James, no necesitas hacer las cosas esperando la aprobación de los demás. Si no te sientes bien al lado de Priscilla, pídele el divorcio tan pronto como sea posible. —Me

aconsejó, tenía toda la razón.—Si no quieres divorciarte porque sí, busca una excusa para que tenga que darte el divorcio sin quejarse. Busquemos si te engaña con alguien o encontrémosle un amante.

Solté una pequeña risa. Solo a mi hermano se le podrían ocurrir tales ideas.

—¿Estás hablando en serio Andrew? —Comencé a reírme con fuerza. —Mi deseo por divorciarse es grande...¿Pero al punto de hallarle un amante?

—Hablo en serio, James, si no quieres involucrarte en eso, déjame que yo me haga cargo. Es lo menos que puedo hacer por ti, lamento que hayas tenido que cumplir con todos los caprichos de nuestros padres por ser el heredero mayor. —Se lamentó. — Hallaré la forma para que puedas pedirle el divorcio y que acceda a dártelo sin más.

—¿Harías eso por mí? —Me alegró el corazón saber que mi hermano me quería tanto como para ayudarme a salir de mis propios problemas.

—¿Qué no haría por ti, James? —Me dijo con una sonrisa. —Déjame hacerme cargo de eso, tú solo céntrate en tu trabajo y en tus preciosos hijos.

—Solo voy a decirte algo, James y es que ni se te ocurra empezar un romance con tu niñera, o eso va a ser demasiado cliché. —empezó a reír con fuerza.

—¿Cómo piensas eso? No podría tener una relación con la niñera de mis hijos, sería muy imprudente de mi parte. —Le respondí, era cierto, no pensaba ni en esa posibilidad.

—James, a pesar de ser un hombre adulto te falta mucho que entender; uno nunca sabe de quién se puede enamorar y en qué momento. El amor florece en cuanto menos lo esperas, y deseo que no te niegues a aceptarlo cuando eso ocurra.

—No pienso negarme al amor, Andrew.

Solo espero que cuando el amor toque a mi puerta no se convierta en un nuevo drama en mi vida que me quite la paz que me queda.