El socio árabe

Se concentró en no sentir el malestar en el estómago para, concentrarse en las palabras del árabe, quien hizo venir un sirviente con un maletín. Al abrirlo, se podían ver unas monedas que se imaginaba Novalee eran de oro puro.

Abimeleck, sacó una que estaba metida en una cajita especial tapada con un papel de seda. Estaba hecha de oro puro y le puso la cajita en las manos a Novalee.

-Todos los años mando a hacer una moneda de éstas con mi emblema familiar – Dijo Abimeleck – Son un símbolo que representa a mi familia y lo hago para celebrar la prosperidad con la que Alá me ha bendecido.

Novalee asentía con la cabeza e hizo el ademán de regresarle la cajita con la moneda dentro y Abimeleck, negó con la cabeza y le dijo:

-Es para usted. Una bendición para su futuro y por el futuro de este negocio que nos va a rendir grandes frutos. Estoy seguro. Y nos dará frutos, tanto económicamente, como, moral y socialmente. Señora Novalee, usted va a ser reivindicada ante la sociedad australiana
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