El elevador nos lleva hasta el estacionamiento, Jason hala de mi mano y hace su camino hacia el auto. Mis alertas se encienden, no nos podemos ir. Le miró de forma interrogativa una vez estamos frente al auto pero él está mirando a los lados, como si buscara a alguien.
—¿Jason? —centra su atención en mi—. ¿Qué hacemos aquí?
Él sonríe pero no contesta. Vuelve a mirar a nuestro alrededor y luego me besa, duro. Gimo en el beso y me aferro a sus brazos para obtener estabilidad. De repente siento que se mueve, sin dejar de besarme y cuando me doy cuenta estamos dentro del auto. En el asiento de atrás.
Sus besos se dirigen a mi cuello y sus manos a la pretina de mi pantalón. Abro mis ojos.
—¿Aquí? —jadeo.
—Aquí —dice bajando lentamente mis pantalones por mis caderas.
—La puerta sigue abierta &mdas
Cierro mis ojos y disfruto de las caricias de Jason en mi cuerpo.Después del pesado día que hemos tenido, un baño en la bañera había ayudado a relajarme.Por suerte Lucas estaba bien, la nueva preocupación era encontrar a Gary. Misteriosamente se las había arreglado para desaparecer del firmamento. ¿Dónde podría estar?Las manos de Jason masajeando mis pechos hicieron que los pensamientos de Gary se disiparan.—Mmm —gemí de satisfacción.—Alguien parece comenzar a relajarse finalmente —susurra Jason en mi oído.Suspiro.—Lo siento, toda esta situación... sé que no soy muy buena compañía justo ahora —murmuro mirando mis dedos arrugados a causa del tiempo en el agua.—No desearía otra compañía ángel —musita besando mi cabello—, per
—Gary, suéltame por favor —imploro mientras él me mantiene sujeta fuertemente del cabello.—Oh no, pequeña zorra. Te buscaste esto al meterte donde no te llamaron Gary mantiene mis piernas y brazos atados a cuatro postes de una cama gigantesca. Hay una mordaza en mi boca que no me permite hablar pero si me deja observarlo.¿Cómo estoy aquí? ¿Por qué de nuevo me tiene como desea? Carter continúa mirándome como si quisiera asesinarme.Así que si nos escuchó ¡Demonios! Presiono mis labios en una fina línea, no me gusta el lugar a donde se están yendo mis pensamientos justo ahora. ¿Por qué debería importarme si nos escuchó o no? No esCapítulo 43.
Capítulo 44.
—Lo siento tanto Ángela —Lucas volvió a repetir la misma frase por sexta vez esa mañana.—Córtala ya, Lucas. No fue tu culpa —suspiro apretando su mano—
—Ángel, despierta —refunfuño y me tapo la cabeza con las manos—. Vamos preciosa, arriba —gruño esta vez.Amo a Jason, lo amo con todo mi corazón. Pero en momentos como estos, en los que me despierta en las mañanas desearía matarlo.—Vamos Ángel—¿Por qué demonios estás levantándome? Sabes que odio que hagas eso —le digo fulminándolo con la mirada.Él solo ríe y besa mi frente.—No seas quejumbrosa. Pensé que querrías ir a ver a Lucas antes de ir al restaurant —suspiro y me tumbo de espaldas dejando mis pechos desnudos ante él.Me los observa y lame sus labios. Sonrío conociendo lo que viene a continuación y como pequeña venganza; cuando intenta tocarlos le doy un manotazo.Me mira con cara de pocos amigos.—Si haces eso llegaremos
Río.Me rio con ganas de las elocuencias de Ethan, y Jason y Simone me acompañan.El restaurant ya este vacío, y solo nosotros cuatro quedamos aquí luego de una agradable cena. Pero Jason y yo aún no visitamos mi oficina.—No lo entiendo —me carcajeo.—¿Y porque te ríes entonces? —pregunta Simone.—Porque estoy ebria, ebria me rio de todo —ella ríe y solo su risa me hace reír.—Ok señoritas, creo que es suficiente alcohol para ustedes por hoy —dice Ethan con voz seria.—¿Sabes que pronto dejaras de ser señorita para ser la señora Simone Mason? —le digo a Simone señalándola con la copa.Ella lo medita por unos segundos.—Mierda si —dice perpleja—, aunque hace muchos años que deje de ser señorita en realidad—&
—¿Por qué no me constaste lo que paso? —me reprende Connor aun abrazándome.—Connor por favor, no estoy para sermonesCon la discusión con Jason ya tengo suficiente.—Sigo siendo tu hermano mayor, estoy en mi derecho —ruedo los ojos y me separo.—¿Cómo sabes lo que paso? —él resopla.—Como si fuera tan difícil. Saliste en la prensa hermana—Ah, eso—Si, eso. Y no tienes idea como nos molestó a Vanessa y a mi tener que enterarnos de esa manera—Lo siento, no pensé que sería necesario decirles, he pasado mucho tiempo sin tener que dar ese tipo de explicaciones —él hace una mueca.—Lo sé pero eso no quiere decir que no nos preocupemos por ti —suspiro.—¿Cómo está Vanessa?—Bien, quería v