La luz entraba por las ventanas iluminando la hermosa habitación de uno de los hoteles más hermoso de Las Vegas. Definitivamente Ethan se había superado así mismo.Mire el reloj, 09:25 am. Posiblemente Simone estaría celebrando el comienzo de sus veintinueve años con Ethan. Ya me encargaría yo de arrebatársela unos minutos a lo largo del día.Me estire y senté en la cama. Mis pechos quedaron expuestos al aire acondicionado haciendo que mis pezones se erizaran al instante. Los roce con mis pulgares y luego los estruje enviando una corriente eléctrica directa a mi clítoris que palpito de necesidad.Busque en el bolso que había dejado a un lado el vibrador que me había traído porque ya que tenía la suite para mi sola y no había con quien comparti
—¡No! —exclamé—. No, no, no y no me niego ¿Estás loca?Definitivamente Simone tenía que estar loca si creía que la seguiría en semejante locura.—Oh vamos sweety, por favor —me rogó haciendo un mohín, a sabiendas de que nunca me resistía a ellos—. Míralo como obsequio de cumpleaños—No, ni hablar —dije soltándome del brazo que me tenía agarrado—. Puedes pedirme lo que quieras, menos eso—Haber no me dijiste una vez que te gustaría hacerte uno—Si ¡Hace siete años y medio borracha!—Por favor sweety —repitió.—Pero ¿Por qué? ¿Por qué de repente sales con esa locura?
Observe el tatuaje, la zona alrededor estaba enrojecida pero las letras entrelazadas en esa hermosa caligrafía y con ese tamaño era simplemente perfecto.—¿Ahora si admites que te gus
—No Taylor —dije empujándolo—, no puedo—Pero… —negué. Las mejillas se me tiñeron de rosa y mi respiración se hizo entrecortada. Con un simple roce de sus labios en mi mano ya mis pezones se habían endurecido y mi sexo se había empapado. Joder, habían pasado diez años y seguía reaccionando a el de esa manera.Jason sonrió y se apartó, pero aun con mi mano sujeta. Una mirada a sus ojos me indico que sabía lo que pensaba. Maldito.—¿Entonces si se conocen? —preguntó esta vez Simone levantándose y acercándose a Ethan.—Nosotros… —mordí mi labio.—Nos conocimos hace años —le indico Jason—. ¿No es así ángel? —asentí.—No sabía que estabas en los Estados Unidos —Jason apretó mi mano.—Llevo años yendo y viniendo por todo lo ancho y largo del país por cuestiones de Capítulo 25.
Estire mi cuerpo con lentitud, un pequeño repiqueteo hacía tintinear mi cabeza. Vino. No volvería a tomarlo. Al menos no en gran cantidad. Apreté las sabanas debajo de mí y enterré más la cabeza en la almohada, quería dormir hasta el mes próximo. Carter movió sus caderas, la fricción en ese punto sensible en mi interior me llevo hasta el borde.—Por favor —suplique. —No… no puedes pedirme eso —su rostro se obscureció.—Sigues poniéndola por encima de mí —suspire.—No lo entiendes —dije negando con la cabeza—. No se trata de que uno sea más importante que el otro, se trata de que me siento bien con ambos y los amo a ambos —Carter rió con sequedad.—Eso no es verdad Ángela, o me amas a mí o a ella —encogió un hombro—. Fácil—No es nada fácil Carter —espete levantándome y buscando algo para cubrir mi desnudes.—Como yo lo veo no puedes amar a dos personas a la vez —lamí mis labios.—Resulta que sí, claro tú no puedes saberlo porque no estás en mi cuerpo. Ahora no puedes pedirme que elija entre tú y Simone. Los amo a los dos, no podría elegirCarter me estudió, seCapítulo 27.
Capítulo 28.
—Lucas —lo llame mientras salteaba unos vegetales.—Dime—La mesa siete pidió un coctel de camarones como entrada pero me acaba de decir Frenan que aún no lo preparan ¿Qué ocurre? —Lucas frunció el ceño.—No estaba al tanto de ese pedido ¿Quién está a cargo de anotar las ordenes que trae Frenan y porque demonios nadie me dice nada? —espeto al resto del equipo de cocina.—Tranquilo Lucas, tenemos el restaurant lleno así que cualquiera pudo olvidarlo —negó exasperado.—Por lo mismo deberíamos estar más coordinados —espeto.—De acuerdo me estas hartando —inquirió Frenan—. Desde que llegaste no has hecho más que dar órdenes y más órdenes ¿Quién te crees que eres? ¿El jefe?—Soy el sur-chef &iqu