Espero que les guste esta historia, es mi primera incursión en este mundo. Estaré publicando lo más seguido posible. Un abrazo y gracias por leer. Ámbar
POV FrancescaA la mañana siguiente apenas llego a la empresa decido encerrarme a trabajar en mi oficina, lo vivido ayer fue demasiado fuerte. Cuando llegué al departamento estuve - así tantito - de que me diera un ataque nuevamente, pero estaba mi amiga y con ella pude desahogarme y contar todo con lujos de detalles. No cabía en mi cabeza que ellos siguieran en contacto, simplemente no lo entendía, y al parecer son pareja, de lo contrario ella no lo hubiese besado así. Mariela me escuchaba atentamente y sólo repetía una y otra vez "Yo sabía que esto pasaría"Cierro mis ojos para poder concentrarme en mi trabajo, llevo media hora tratando de avanzar y nada, sólo la veo a ella y Daniel besándose. Estoy tratando de ingresar unas medidas en el programa para ver el balcón de la suite en el hotel, cuando siento unos golpes en la puerta y ésta abrirse de inmediato. Y ahí está el portador de todas mis desgracias.- Francesca, buenos días- lo veo entrar y sentarse frente a mí.- Buenos días se
Vuelvo a pensar que debí hacer caso a Mariela, esto recién está comenzando y no llevo ni una semana acá trabajando. ¿Cómo se atreve a venir? Trato de estar tranquila y me obligo a respirar pausadamente, lo que menos quiero es que esta mujer me vea mal. - Pero que forma de saludar es esa Francesca, tantos años sin vernos y me saludas tan fríamente. - Disculpa, tienes razón, “Hola Dalia, tanto tiempo” ¿Qué estás haciendo aquí? - Ja ja ja, has cambiado mucho querida, al parecer la chiquilla temerosa se fue a dormir. - ¿No se qué estás haciendo acá? Tú y yo no somos amigas ni nada parecido, estoy trabajando y no me gusta que me interrumpan. – Ahora si quieres saber el porqué de mi actitud, te puedo recordar cierto video que mostraste tan amablemente hace un tiempo. Por lo que no esperes consideración conmigo. Veo como su actitud cambia y su cara pasa de un blanco a rojo y nuevamente blanco, me queda mirando y la veo tomar asiento, se cruza de piernas y se acomoda en el respaldo de la
Apenas llegamos a la oficina busco en mi cajón el informe que me entregó mi abogado, ahí tengo los datos más importantes de Fran, busco hasta que encuentro el teléfono – acá está, llamas tú o llamo yo le digo a Max mientras le tiendo el teléfono. Sé que me odia en estos momentos y lo veo levantar las manos y negar con la cabeza. – Cobarde, le digo. Comienzo a marcar y después de un momento una voz femenina me habla, - hola – Mariela, soy Daniel, de pronto no se escucha absolutamente nada del otro lado y debo repetir su nombre – Mariela, ¿estás aún? - ¿Qué quieres Santoro? Debo reconocer que su voz de odio es palpable, miro a Max abriendo mis ojos y pongo el altavoz. - Mariela, Fran ha tenido un ataque de ansiedad y necesito que vengas a acompañarla, no conozco a nadie más con quien se sienta segura. – No alcanzó a terminar cuando se escucha una maldición y luego una serie de gritos - ¡qué le hiciste ahora Santoro! ¡Dónde esta ella! Max se para despacio y me hace gestos de… “viste, y
No puedo creer que esté acá esperando que venga Mariela, esa mujer me pone de los nervios. Las veces que estuvimos juntos la pasamos excelente, pensé incluso en tener algo serio con ella, era una chica educada, simpática, muy hermosa por lo demás, claro con un carácter de los mil demonios, pero si sabías cómo llevarla era un ángel, la última vez que hablamos fue realmente un demonio, casi no me dejó hablar y sólo se marchó después se cantarme las mil y una y no sé por qué, pero después de lo ocurrido con Fran y Daniel nunca más quiso saber de mí y tampoco me dio información alguna de ella, no entiendo cómo Daniel pretende obtenerla ahora. Estuve siempre tras su rastro, no sé por qué pero me gustaba ver lo que iba consiguiendo en su carrera, sus logros, cuando se destacaba en lo que hacía, lo que no me gustaba era ver qué en ocasiones tenía pareja, ¿pero que podía reprochar? si mi vida era de aquí y allá sin tener nada serio. Después de ella nunca volví a sentir esa necesidad de estable
Veo entrar a Max y a la amiga de mi piccola, están un poco confusos al vernos, pero no quiero separarme de ella. Siento como Fran se pone tensa y me aleja, pero no de mala forma, la miro a la cara y veo sus mejillas sonrosadas y sus labios, Dios sus labios hinchados, demostrando y recordando que han sido besados. Cuanto tiempo he deseado estar así con ella, pero su querida amiga viene corriendo y la aparta de mí, veo como la abraza y me convierto en un simple espectador. - Fran, estás bien, ¿cómo te sientes? Me preocupaste mucho, pero me demoraron un poco y queda mirando a Max con cara seria. - Ya mejor, le contesta mi piccola, pero quiero ir a casa, ayúdame a bajar d esta camilla y nos vamos. - Fran, la llamo cuando se está bajando, tómate un par de días para recuperarte, pero tienes que volver. – Necesito descansar Daniel, te prometo que pensaré lo que hablamos. Permiso, nos vamos, se dirige a la puerta y se despide de Max, Su amiga sólo le hace un gesto con la cabeza y salen. La
Veo como Mariela comienza a servir vino y se sienta con nosotros, estamos todos incómodos, parece que ninguno va a dar el primer paso. Entonces veo que mi piccola pregunta - ¿Qué es lo que quieren saber? respiro profundo y comienzo.- La verdad me hubiese gustado conversar a solas contigo, pero al parecer esto arrastra a nuestros amigos - quedó mirando a Max y Mariela, que se ponen nerviosos -Desde la última vez que nos vimos nunca pude entender el porqué te marchaste. Con Max te buscamos por una semana completa y nadie supo decirnos donde estabas. Lo único claro que tenía era una nota que me entrego Dalia.Te esperé en la graduación pero lo que me dijo el director fue que tenías problemas personales y que recibirías tu título por correo. Desde ese día juro que te odié por no decirme que estaba pasando, después con la ayuda de mi abuelo iniciamos una pequeña empresa en Italia y yo me vine a España a formar una sucursal. No quería nada que me recordara tu persona y Max se hizo cargo d
Nos vamos a la habitación de Fran y es hermosa, un poco desordenada, pero muy femenina, la ayudo a acomodarse y me saco la chaqueta. - No tengo nada que pueda quedarte como pijama - la miro y sonrío.- No te preocupes me sacaré sólo la camisa y me quedaré a tu lado ¿puedo?- Sí, ven no creo que pueda dormir tranquila. Oye ¿y Max con Mariela? - no sé. Déjalos, creo que ellos también tienen que conversar.Me meto en la cama y veo como Fran se acurruca en mí, Dios es como si no hubiese pasado el tiempo, que bien se siente estar con ella, la abrazo y apego a mí, esto es el puto cielo, ya puedo morir en paz. Comienzo a besarla y no puedo evitar acariciar sus espalda, voy bajando lentamente hasta llegar a sus piernas, tan suaves, siento como voy despertando e inconscientemente mis caricias se vuelven más posesivas, le tomo su cara y la acerco para besarla nuevamente. ella pasa sus manos por mi cuello y sí, también me desea. Sus caricias son más firmes, siento que estoy en una nube personal
Al llegar a la oficina nos encontramos con Damián ya en su despacho, -Hola señores y tú Max ¿No deberías estar en Italia? - Damián, ¡hola hermano!, tenemos algunos problemas por eso estoy acá, te contaremos en un momento, pero dime ¿Cómo estuvo todo en las reuniones? – Todo bien, marchando sobre ruedas, tuvimos que corregir algunos detalles con los pilares del estacionamiento, pero nada que fuese a demorar la entrega. La verdad está quedando muy bien el edificio central, aunque aún faltan los detalles externos. ¿Pero quiero que me cuenten qué es lo que pasa con ustedes? Me llaman para que adelante el viaje, dejé en manos de diseño lo que faltaba, Max está acá aún y llego en la mañana y me dicen que Francesca no está y que ayer sufrió un colapso. ¿No será que ya estás abusando Daniel? ¡No lleva ni una semana! Y de veras la necesitamos. - Ven vamos a sentarnos, dice Daniel, ¿será muy temprano para beber?, ¡para nada!, yo sirvo, Max se acerca al minibar y comienza a servir tres vasos