Capítulo 98
La noche había caído sobre la ciudad. Las luces exteriores ya brillaban intensamente, con los neones multicolores y el mar rojo de luces del tráfico de la hora punta fundiéndose en una sola imagen, creando la escena más representativa de esta ciudad próspera pero indiferente.

El edificio CUMBRE, ubicado en el centro de la ciudad, con sus enormes ventanales que parecían marcos de cuadros, enmarcaba todo este espectáculo para el deleite de los observadores. Andrés permanecía allí, contemplando sin expresión el panorama.

Jugueteaba con un encendedor entre sus dedos, presionando repetidamente el mecanismo - la llama azul aparecía y desaparecía una y otra vez, en un ciclo interminable.

Los recuerdos de su padre se habían vuelto borrosos con el tiempo. Solo podía evocar su rostro serio, sus estrictas exigencias, y finalmente, la imagen de él postrado en una cama de hospital, incapaz de valerse por sí mismo. Tenía solo 12 años cuando falleció.

Aunque el vínculo paternal no fue especialmente f
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