Capítulo 108
Andrés no volvió a preguntar sobre aquella noche, y Sonia tampoco lo mencionó.

Dos días después, Diego la invitó nuevamente, esta vez a comer empanadas. Sonia descubrió que hacer planes podía ser algo tan simple y directo. Diego era realmente una persona interesante, alegre y sociable. Había crecido en Puerto Cristal y conocía a casi todos en el círculo social, pero no le gustaban los clubes nocturnos ostentosos – siempre llevaba a Sonia a barrios antiguos, ya fuera por una comida especial o para comprar alguna curiosidad.

En comparación, Andrés, que también había crecido en Puerto Cristal, nunca la había llevado a lugares así. Sus escasas salidas siempre eran en restaurantes elegantes. La única excepción fue cuando Sonia lo llevó a comer asado, aunque ni siquiera pudieron terminar esa comida.

Diego era completamente opuesto. No tenía esa arrogancia típica de la gente de su círculo. Le había dicho a Sonia algo simple: si quería ser su amiga, solo necesitaba conocerlo un poco. Y tenía r
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