"Estoy a salvo, Avery". La profunda voz de Elliot resonó a través del teléfono. "Sobre lo de esta mañana...".

"Hablemos cuando nos encontremos". La voz de Avery temblaba incontrolablemente. "Menos mal que estás bien. Casi me matas del susto, Elliot".

Elliot sintió el dolor en la voz de Avery y dijo: "Ya todo está bien. Estoy en camino a verte".

Cuando terminó la llamada, Avery levantó la mano y se secó las lágrimas.

El guardaespaldas quiso consolarla y calmarla, pero acabó diciendo: "¡El señor Foster no está muerto! Odio ver a las mujeres llorar".

Avery lo miró con los ojos llorosos y le preguntó: "¿Por qué no estabas preocupado? Parecías calmado todo el tiempo".

El guardaespaldas se rio amargamente y dijo: "Esto no fue nada. Ha habido innumerables intentos de asesinato contra el señor Foster, y muchos de ellos eran más peligrosos que éste. Ya que has decidido quedarte con él, será mejor que también te prepares contra los intentos de asesinato".

Avery se sorprendió.

El guardaes