“Estoy viendo las fotos que nos tomamos tu padre y yo. ¿Te gustaría verlas?”, preguntó Avery.

Hayden se volteó inmediatamente para mirar hacia la ventana y dijo: “No”.

“Yo tampoco las miraré entonces”. Avery apagó su teléfono, luego se volteó hacia su hijo y le dijo: “Gracias por lo de hoy, Hayden. Sugerí tomarnos retratos familiares porque no nos hemos tomado ninguno desde que falleció tu abuela. También hay otra razón”.

Hayden retiró su mirada de la ventana.

Estaba dispuesto a escuchar a su madre. No importaba lo que dijera Avery, podía tomarla en serio.

“Anoche, tu padre me dijo que depende de la medicación para conciliar el sueño desde que Shea falleció. Él no trajo sus píldoras, así que anoche salí a conseguir algunas para él. Él no es perfecto, pero yo tampoco. Lo he pensado seriamente y quiero pasar el resto de mi vida con él”.

Avery le estaba informando a Hayden que viviría con Elliot en el futuro.

Esto era algo que Hayden ya esperaba.

Desde la llegada de Elliot, Avery