“¡Ben! ¡Mi madre está un poco demente! ¡No le cuentes a los demás lo que acaba de decir!”. Chad estaba casi perdiendo la cabeza. “Si el señor Foster se entera de esto, ¡seguramente me despedirá!”.

Ben se estaba riendo tan fuerte que se le estaban cayendo las lágrimas. “Chad, no te alteres demasiado. La tía Tanya lo tiene claro. Se opone a que estés con Mike porque lo desprecia por ser pobre. Haz que Mike gane más dinero y todo estará bien”.

Chad negó con la cabeza. “Mi madre cree que ser amigo de Mike está bien, pero no como pareja porque parece una escoria. Esto fue lo que dijo”.

“¡Ja, ja, ja! ¡Y, sin embargo, la llamas demente! Creo que tu madre tiene mejor vista que todos. No te preocupes por eso. Solo cuida de ella”.

“Mjm. Ben, ¿estás libre esta noche? ¿Puedes ayudarme a ir a ver a Mike? Lo he ignorado durante dos días. Estoy pensando que podría explotar pronto”. Chad frunció las cejas. “No puedo irme del hospital todavía y tampoco sé qué decirle”.

“No te preocupes, iré a ver