La reunión estaba pautada para las nueve de la noche, todos los miembros de la familia Crawford, estarían presentes, la abuela quería unirlos, esperaba que las murallas se cayeran para dar paso a un mejor porvenir. La familia Belfort, San Martin, y algunos íntimos amigos estarían en la cena organizada por la abuela Yumy. Ann Lee decidió la invitación de algunos allegados a la familia.

La abuela Yumy imaginaba que Cristian saldría con alguna sorpresa, por fin tomaría el total control de su vida. Solo quería que Ann Lee y su esposo recogieran los delicados fragmentos de sus vidas, dándole un giro a la tragedia y levantarse de las fuertes mareas.

El reloj marcaba la una en punto de la tarde, en unos minutos llegarían los arreglos florales, los músicos que había contratado para esa noche, y algunos familiares. Por alguna razón sentía que esa noche se detonarían varias decisiones, era mejor que así sucediera, y que Cristian se mostrara sin reservas, sin temores, ni miedos.

Cristian no reci