—Vaya… parece que seré su compañero de ascensor el día de hoy —alcé mi mirada sorprendida al escuchar su voz, cuando mis ojos recayeron en él, lo pude ver alto y gallardo con una sonrisa en sus labios, deshipnotizándome, solté un fuerte suspiro para apretar de nuevo los botones.
—No gracias, esperare a que vuelva a subir —pulso los botones impidiendo que las puertas se cerraran.
—No tengo nada de prisa, tengo mucho tiempo —dijo con descaro y esa sonrisa en su semblante que tanto empezaba a fastidiarme, era como si se estuviera burlando de mí. Volví a pulsar los botones y el hizo lo mismo, lo miré con enojo mientras el ladeaba su sonrisa, suspiré cansada y sin más entre dejando que las puertas se cerraran. Estos malditos ascensores siempre estaban a rebosar de persona, y hoy precisamente tenían que estar vacíos. Sin poder aguantar mas este silencio y sus miradas que claramente eran hacia mi solté directa lo que se me estaba atorando.
CONGRESO, RECUERDOS Y DESLICES PARTE 1Ay, Lucia… si supieras cuantas cosas quisiera hacerte aquí, en este mismo lugar sin sentir culpa de nada después. Quiere creer que no se da cuenta de lo que pasa, pero lo podía sentir y ella igual… esa tención tan desafiante y prohibida que evoca a lo más peligrosas perversiones, su olor… su calor corporal, lo podía sentir con tanta intensidad que era hasta embriagante. Como provocaba en mi lo más grotesco de mi ser, porque seamos sinceros era un puto loco enfermo, y solo ella era la reina de mis pensamientos más insanos, solo con verla me volvía un salvaje de pensamiento impuro y oscuro, el pecador que iría directo al infierno de los fieles religiosos.—Nikolay… que… que… ¿es
¶Cuando llegamos a la mesa redonda del comité el señor Zorman ya estaba sentado y los doctores en jefe de barias áreas están llegando. Me senté al lado del señor Zorman que me recibió con una sonrisa, mire a mi alrededor y no encontré a Nick, pensé que ya estaría aquí, cuando llegamos al hospital dijo que tenía que hacer algo antes.—¿Sabes dónde está mi hijo? —inquirió el señor zorman, negué en silencio y dije.—Llegamos juntos, pero no sé dónde se encuentra —negó decepcionado para decir.—Siempre es igual… despué
CONGRESO, RECUERDO Y DESLICES PARTE 2 AYER EN LA NOCHE—¿Dime que tienes un plan? —solté un largo suspiro calando de mi cigarrillo con fuerza, estaba tratando de calmar mis ánimos, aun sentía los vestigios de aquel encontronazo con Lucia. Podía sentir su fragancia aun, su presencia que se detallaba perfectamente en mi mente, y aquella mirada que solo ella podía hacer mover mi muerto corazón. No soportaba verla con otros hombres, era como miles de ortigas obstruyendo mis pulmones, clavándose una por una. Solté el ultimo humo de mi boca y tiré la colilla,
¶Todo había pasado tan rápido… en un segundo Nick estaba gritándole a Nikolay y después Nikolay estaba en suelo aquel golpe que le había propinado Nick, ¿porque no lo había esquivado, Nikolay? Era mucho más experimentado en peleas que Nick, por no decir que su vida anterior era la de un mafioso. ¿Entonces porque se dejó golpear? Miré a las personas que se estaban aglomerando y entonces lo entendí todo… Nikolay no perdía con los años su mejor virtud, el de manipular a su antojo. Mire a Nick y no lo reconocía, estaba respirando con rapidez mirando a Nikolay con una rabia descontrolada, temblaba como u
¶ —¡Hay por dios, Lucia deja de mover tus manos como si tuvieran alguna especie de tic nervioso! Me están poniendo de los nervios, ya soy mujer de edad avanzada —la mire comer con rapidez mientras esperábamos todos los doctores, enfermeras y residentes. —De echo creo que si es un tic nervioso que tengo, Sara. Es solo que todo este viaje me tiene muy nerviosa, insegura, estresada, agobiada y tensa... —dije juntando mis manos. —Pero, que dices mujer… si trabajas en una sala de emergencias, tomate esto como unas vacaciones bien merecidas —me gire para mirarla con el ceño fruncido. —¿Qué dices de vacaciones? Este viaje es exclusivamente para un interés laboral y…—alzo los ojos poniéndolos en blanco y
—Hablaron conmigo, Lucia —dijo la voz del señor Zorman que se bajaba de una bici taxi en pantalón de bermudas de colores, camisa de botones hawaiana y con dos líneas de bloqueador en sus mejillas. Sin olvidar sus lentes de sol y chanclas a juegos, ¿esto era una broma o qué? —Bueno, mejor dicho, hable con el señor Volkova muy temprano en la mañana, me dijo que el congreso no era el primer día, que no nos dijo nada en la asamblea porque sabía que ciertas personas no lo permitirían. Quiere que nos bajemos de estrés un poco, y que el ultimo día vayamos al congreso, ¿no es un hombre bondadoso? —todos aplaudieron con alegría mientras mi cara de póker permanecía en el mismo lugar. —Muy bien… ¿Y se puede saber al menos donde se encuentra, el señor bondadoso? —solté manteniendo la calma por respeto al señor Zorman. —Dijo que nos alcanzaría después, relájate Lucia te lo mereces un poco —Todos se retiraron con el señor Zorman con alegría y una algarabía desternillan
Congreso, recuerdos y deslicesVerla desaparecer ante mis ojos fue lo último que necesitaba para darme cuenta que hace tiempo había perdido a Lucia… Apreté mis puños con fuerza mientras la rabia y el enojo desmedido se apoderaban de mí, pero no era más que la impotencia y la culpa de saber que yo la había abandonado en un principio, yo era el causante legítimo de mi propia pesadilla. ¿Entonces que tenía que hacer? Yo la necesitaba más que nadie, sin ella me había dado cuenta que mi vida no era nada… Ella provoco que quisiera cambiar, ella hizo que quisiera vivir, ella daba un sentido a mi ser destruido y perdido. Si ya no era el Sr, o un mafioso, podría ser Nikolay para ella, per
—Óigame, le dije que me llevara al edificio Galaxy, ¿qué es este lugar? —propiné molesta mirándole por el retrovisor, abrió la puerta con brusquedad para soltar con el ceño fruncido.—Salga de mi auto, señorita —me quede mirándolo ofendida, solté un fuerte bufido entre dientes tomando mi bolso con molestia para azotar la puerta del auto al bajar. El tipo acelero levantando el polvo del suelo dejándome en aquel lugar.—¡Imbécil! —grite con fuerza. Ni su propio trabajo lo pueden hacer bien, rebusque en mi bolso para sacar el celular y llamar a otro taxi antes de que llegar tarde al congreso, maldita mi suerte. Encendí mi celular y con la mala pata que tenía estaba en rojo apunto de apagarse.—No, no, no, por favor ahora no… —indique acelerada tocando la pantalla hast