—Óigame, le dije que me llevara al edificio Galaxy, ¿qué es este lugar? —propiné molesta mirándole por el retrovisor, abrió la puerta con brusquedad para soltar con el ceño fruncido.
—Salga de mi auto, señorita —me quede mirándolo ofendida, solté un fuerte bufido entre dientes tomando mi bolso con molestia para azotar la puerta del auto al bajar. El tipo acelero levantando el polvo del suelo dejándome en aquel lugar.
—¡Imbécil! —grite con fuerza. Ni su propio trabajo lo pueden hacer bien, rebusque en mi bolso para sacar el celular y llamar a otro taxi antes de que llegar tarde al congreso, maldita mi suerte. Encendí mi celular y con la mala pata que tenía estaba en rojo apunto de apagarse.
—No, no, no, por favor ahora no… —indique acelerada tocando la pantalla hast
—No vez lo desesperado que estoy por ti, Lucia… Haría cualquier locura por ti. —Dijo cerca de mis labios insinuando un segundo beso. Escuchamos que alguien chillo sorprendida.—¡Dios mío! ¡Unos exhibicionistas, seguridad! —la mujer tapo los ojos de sus hijos que también se había asomado a mirar. Nikolay suspiro con molestia cerrando sus ojos, me tomo de la mano para salir por la puerta trasera con rapidez. Estaba tan shokeada por lo que había dicho, ni siquiera me había propuesto a soltarme de su agarra. Al salir del edificio caminamos unas cuadras llegando a un café, en donde nos sentamos en la primera mesa que vimos, la emoción de ser descubiertos, el deseo que provocaba aun nos tenía con los corazones acelerados como dos locomotoras. Lo miré a los ojos y dije.—¿Cómo sabía dónde estaba? —alzo la mano p
CONTRA EL TIEMPO Cuando llegue a mi habitación completamente acelerada, cerré la puerta detrás de mi poyándome en ella con el corazón yéndome a mil, inhale con fuerza llenando mis pulmones de oxígeno calmando a mi mente. Lentamente solté el aire por mi boca aun sintiendo ese desgarrador nudo en mi garganta, algunas lágrimas volvieron a salir recordando todo lo que había sentido teniéndolo de nuevo tan cerca de mí, todo la rabia y desilusión que sentí al escuchar la razón de su huida me sobrepasaba. Mis piernas empezaron a temblar cayendo lentamente al suelo… Simplemente quería llorar para que mañana volviera hacer la misma de siempre, tenía que volver hacer la de siempre. ¶ —Cuanto más tardaran… Mañana es el último día —dije a Ares al teléfono p
Verdades a mediasJamás hubiera querido tener que involucrarla, era como repetir mis malos pasos hundiéndola a ella de nuevo en el fango. Caminar de nuevo por las mismas pisadas que me alejaron de ella en un principio me mataba, pero como mentirle a una sincera expresión de preocupación dedicada al egoísta hombre que le había hecho tanto daño. Solo necesitaba más tiempo y actuar por ella.—Lucia, tenemos que volver inmediatamente a la ciudad. Reúne a todos y diles que tenemos que volver, diles… Que tuvimos que apresurar el regreso por temas de la agencia de vuelos. —Solté con rapidez tomando mi celular, tenía que hablar con Ar
—Lo se… Lo sé, lo siento, pero las cosas se descontrolaron. Los tipos que contrate se dieron a la puta fuga, y no teníamos tiempo que perder… Mikeila se ofreció diciéndome que era muy buena con las computadoras y dijo que había alguien en la ciudad que conocía que la podía ayudar… Así que dos más dos y el resultado fue este —negué en silencio para no propinarle un puto golpe en la cara, que coño quería que le dijera a Lucia cuando se enterase que utilizaba a su hija como ficha de ajedrez en esta mierda en la que me había metido.—Dime, por favor… Que no los vieron o paso algo de lo que no me haya enterado aun —alzo sus ojos llenos de duda para después decir. Juro que quería matar a alguien al ver esa expresión.—Hoy al terminar de hackear los archivos por alguna razón que no sabíamos, el
Ni blanco ni grisNunca me olvidare del momento en que Lucia poso sus ojos en mí aquel día que desperté casi inconsciente por el balazo que me habían propinado, al alzar el arma contra ella, y ver ese intenso ojo color morado que llevaba como un tatuaje. Estaba seguro que lo último que observé en aquello ojos azulados fue miedo, decían tantas cosas esas miradas, que me sentí abrumado perdido… Había puesto un arma en toda su frente y ella ni se inmuto. Un clic instantáneo se escuchó en mi mente, la intrígate forma de hablarme fue el trago que mi curiosidad quería beber. Pero ahora… Alce mi mirada y estaba claro que aquella mujer que caminaba de un lado
—Si, pero a lo que quiero llegar es que es más lo que pierdes buscando un buen informático que resuelva lo de los sellos cifrados de este tipo de informes, para eso se le irían días y horas que seguramente una mafia establecida no tiene. Gastaría mucho dinero en treinta mil o cuarenta mil cajas que perfectamente pueden robar —dijo mirándonos con toda la normalidad del mundo… Esta chica tenía madera para ladrona, ¿cómo era eso posible?—¿Como sabes todas estas cosas? —sonrió con dulzura haciéndose la inocente, pero de eso no tenía un pelo.—Soy guapa y lista—No utilices esa inteligencia para hacer cosas deleznables, ¿Entendiste? —dije con tristeza recordando lo mucho que hubiera deseado que alguien me diera eso.—¿Qué crees que voy hace
—Debe ser muy triste… —con la taza en sus labios—¿El que? —inquirí mirándola con el ceño fruncido, podía ver lo mucho que buscaba molestarme.—El chico con el que te vas a casar es lindo, pero debe ser muy triste conocer a otra persona después de saber lo que te hace el sr… No quisiera estar en tus zapatos. Porque seamos sinceras, La mirada con la que él te ve, esa mirada… de maldad y perversión que te hace sentir la diosa de su olimpo. Estoy segura que lo has podido sentir —sonrió y dijo después—Y ni que hablar de las noches de pasión, él te hará sentir la mujer más deseable, tanto que podrías rogarle no parar jamás, pero… Creo que eso lo debes saber mejor que yo. Mejor dicho, lo sabias… —sonrió con burla bebiendo el ultimo trago de su
Lo que nos define, es lo que nos une. Part 1¿Que tenía que decirle? No era la primera vez que me lo reconocía tan directamente, lo que más me asustaba era el saber qué hora no estaba tan segura de lo que realmente sentía por él, y necesitaba de él. De reojo vi cómo se acercaba Nick con una expresión molesta en su semblante y con rapidez solté el agarre de Nikolay. Y de nuevo no podía responderle con firmeza, simplemente no podía… Porque ni siquiera yo estaba segura si aquel intento de resurgimiento que en mi nacía por él, era lo suficientemente fuerte para terminar unos dos años enteros de una relación estable. ¿Valia la pena? Nick se quedó a unos metros de nosotros mirándonos sobre el hombro he i