Como dos almas gemelas
Los caprichos de la vida podían llegar a ser realmente molestos, pero más caprichosa podía ser una persona que se había guardado tantas cosas por tanto tiempo. Solté un fuerte y sonoro suspiro recordando el horrible día de ayer, había sido un día completamente de m****a y lo peor fue que tuve que trabajar de mal humor… doble turno y sala repleta de personas. Amaba mi profesión, pero hasta la persona más paciente se le acababa la calma.
—Hola, papá. ¿Cómo estás? —dije sentada en la cama apunto de alistarme para ir a trabajar, tenía que hablar con el sobre la situación de Mikeila.
—Bueno, cariño… no me puedo quejar, unos cuantos dolores
Esto era risible, ridículo, incoherente… Mikeila había perdido todo tipo de pensamiento lógico en su cabeza, ¡irse a vivir con el sr! Yo ya no sabía si era una broma, o Nikolay y ella revolcaban mis días apropósito, pero ¿qué pasaba en la cabeza de esa niña? Entre en la sala de espera como alma que llevaba el diablo, estaba tan enojada que quería darle patadas a ese desgraciado, los saludos de amabilidad no se hicieron de esperar, sonreí levemente con toda la cólera que llevaba por dentro devolviéndoselos mientras las camillas y enfermeras entraban y salían con rapidez de un lado a otro. El trabajo nunca acababa, llegué al ascensor y con fuerza apreté los botones, hervía por dentro. —¿Estas bien, señorita Lucia? —me gire para mirar a una de las doctoras del área de maternidad que también subía a la sala de emergencias, respire hondo y solté con firmeza. —Completamente bien—sonrió forzadamente, y despué
Seamos como dos extraños Levante mis ojos hacia ella con una sonrisa entre mis labios, ver su expresión de sorpresa tan natural… Joder como había olvidado lo mucho que me gustaba observarla reaccionar, su mano entre mis dedos, ese sentir… esa calidez, como extrañaba su piel suave. Déjame volver a sentirte de nuevo otra vez… Retiro con rapidez su mirada de mis ojos con molestia, el momento de sorpresa había pasado a una expresión fría y desdeñosa, y no era para más, la había tratado como una basura aquel día tan nefasto. —Como le decía, señor Nikolay… para nosotros es un gusto inmenso que usted quiera donarnos para ser nuestro benefactor, el hospital siempre recibe estas ayudas con gusto —aquel hombre hablaba y hablaba, simpleme
—Vaya… parece que seré su compañero de ascensor el día de hoy —alcé mi mirada sorprendida al escuchar su voz, cuando mis ojos recayeron en él, lo pude ver alto y gallardo con una sonrisa en sus labios, deshipnotizándome, solté un fuerte suspiro para apretar de nuevo los botones. —No gracias, esperare a que vuelva a subir —pulso los botones impidiendo que las puertas se cerraran. —No tengo nada de prisa, tengo mucho tiempo —dijo con descaro y esa sonrisa en su semblante que tanto empezaba a fastidiarme, era como si se estuviera burlando de mí. Volví a pulsar los botones y el hizo lo mismo, lo miré con enojo mientras el ladeaba su sonrisa, suspiré cansada y sin más entre dejando que las puertas se cerraran. Estos malditos ascensores siempre estaban a rebosar de persona, y hoy precisamente tenían que estar vacíos. Sin poder aguantar mas este silencio y sus miradas que claramente eran hacia mi solté directa lo que se me estaba atorando.
CONGRESO, RECUERDOS Y DESLICES PARTE 1Ay, Lucia… si supieras cuantas cosas quisiera hacerte aquí, en este mismo lugar sin sentir culpa de nada después. Quiere creer que no se da cuenta de lo que pasa, pero lo podía sentir y ella igual… esa tención tan desafiante y prohibida que evoca a lo más peligrosas perversiones, su olor… su calor corporal, lo podía sentir con tanta intensidad que era hasta embriagante. Como provocaba en mi lo más grotesco de mi ser, porque seamos sinceros era un puto loco enfermo, y solo ella era la reina de mis pensamientos más insanos, solo con verla me volvía un salvaje de pensamiento impuro y oscuro, el pecador que iría directo al infierno de los fieles religiosos.—Nikolay… que… que… ¿es
¶Cuando llegamos a la mesa redonda del comité el señor Zorman ya estaba sentado y los doctores en jefe de barias áreas están llegando. Me senté al lado del señor Zorman que me recibió con una sonrisa, mire a mi alrededor y no encontré a Nick, pensé que ya estaría aquí, cuando llegamos al hospital dijo que tenía que hacer algo antes.—¿Sabes dónde está mi hijo? —inquirió el señor zorman, negué en silencio y dije.—Llegamos juntos, pero no sé dónde se encuentra —negó decepcionado para decir.—Siempre es igual… despué
CONGRESO, RECUERDO Y DESLICES PARTE 2 AYER EN LA NOCHE—¿Dime que tienes un plan? —solté un largo suspiro calando de mi cigarrillo con fuerza, estaba tratando de calmar mis ánimos, aun sentía los vestigios de aquel encontronazo con Lucia. Podía sentir su fragancia aun, su presencia que se detallaba perfectamente en mi mente, y aquella mirada que solo ella podía hacer mover mi muerto corazón. No soportaba verla con otros hombres, era como miles de ortigas obstruyendo mis pulmones, clavándose una por una. Solté el ultimo humo de mi boca y tiré la colilla,
¶Todo había pasado tan rápido… en un segundo Nick estaba gritándole a Nikolay y después Nikolay estaba en suelo aquel golpe que le había propinado Nick, ¿porque no lo había esquivado, Nikolay? Era mucho más experimentado en peleas que Nick, por no decir que su vida anterior era la de un mafioso. ¿Entonces porque se dejó golpear? Miré a las personas que se estaban aglomerando y entonces lo entendí todo… Nikolay no perdía con los años su mejor virtud, el de manipular a su antojo. Mire a Nick y no lo reconocía, estaba respirando con rapidez mirando a Nikolay con una rabia descontrolada, temblaba como u
¶ —¡Hay por dios, Lucia deja de mover tus manos como si tuvieran alguna especie de tic nervioso! Me están poniendo de los nervios, ya soy mujer de edad avanzada —la mire comer con rapidez mientras esperábamos todos los doctores, enfermeras y residentes. —De echo creo que si es un tic nervioso que tengo, Sara. Es solo que todo este viaje me tiene muy nerviosa, insegura, estresada, agobiada y tensa... —dije juntando mis manos. —Pero, que dices mujer… si trabajas en una sala de emergencias, tomate esto como unas vacaciones bien merecidas —me gire para mirarla con el ceño fruncido. —¿Qué dices de vacaciones? Este viaje es exclusivamente para un interés laboral y…—alzo los ojos poniéndolos en blanco y