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Capítulo cincuenta y tres: Paralizada.

— Una de las cosas que más me gustaba de niño era salir de paseo con mi padre, el siempre me enseñaba como conducir.

— Me gustaría escuchar más historias de cosas que te hacían feliz, sé que lo que sucedió en casa de Gloria fue horrible pero quiero que te distraigas.

— Aún estoy asimilando lo que sucedió hace dos horas, pero venir a tu casa y sentarme en el césped me trae recuerdos de mi niñez ¿Sabes? Cuando aprendía algo nuevo cada día y mi única preocupación era jugar y estudiar, supongo que en la actualidad una de las cosas más importantes es que me convertí en padre.

Sonreí al mirarlo cargar a su hijo con mucho cuidado mientras le cantaba una canción que desconocía, les tomé algunas fotografías e incluso grabé videos para el recuerdo, no habían rastros en el CEO de haber pasado por un momento tan duro en casa de su familia, era como si hubiera dejado todo eso de lado para brindarle a Gäel tiempo de calidad con su padre.

Me gustaba verlo jugar y reír sin preocupaciones o el estrés
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