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Capítulo 03: Frenesí asesino.

Lucas.

Domingo, 14 de Febrero de 2016.

Recién había llegado a mi casa de haberle tomado nuevas fotos a Tyson para mi colección. Estaba agotado, y aún más por haberme masturbado en la habitación de mi chico. Oh Dios, me había masturbado frente a mi crush. 

Había entrado silenciosamente a mi casa luego de haber guardado mi bici en el garaje, y subí con cuidado las escaleras para no despertar a Markie; quien seguía dormida. Y una vez que entre sigilosamente a mi dormitorio y cerré la puerta detrás de mi, volví a esconder mi cámara y me tire en la cama. Mis parpados me pesaban, y me sentía realmente cansado.

Suspire, y decidí dormir las pocas horas que me quedaban de sueño, pero, me sobresalte cuando la alarma de mi celular comenzó a sonar, avisándome que acababan de ser las seis en punto de la mañana. Me quedé sin palabras, ¿cuánto tiempo había tardado en la casa de Tyson?

Detuve la alarma, y decidí apagar mi celular. Entonces, me retracte, al recordar que no podía apagar mi celular por nada en el mundo, ya que debía de estar al pendiente de Tyson. Él salía a correr a un parque que estaba cerca para ejercitar su cuerpo a estás horas de la mañana, y me percaté de que ya había comenzado con su rutina de ejercicios cuando su rastreador desde la pantalla de mi celular comenzó a moverse fuera de su punto de ubicación anterior.

Desde mi celular podía ver los movimientos de Tyson, cada que llevara su celular consigo. Ya que una vez él había olvidado su celular en los vestidores de hombres luego de haber tenido un largo y agotador partido de fútbol. Y yo fui más rápido que él, y lo encontré, instalando un rastreador en su celular y conectándolo con el mío para así tener siempre la ubicación de mi chico y saber en donde estaba. Y así, todo el trabajo se me facilitó.

Por eso, siempre sabía a donde mi Tyson iba. 

Por eso, siempre sabía lo que mi Tyson hacía.

Sonreí de placer al recordar que hoy por la noche Tyson sabría mis sentimientos, y también me ruborice por ello. Pero, no podía pensar en eso, tenía que levantarme para salir al parque y ver a mi Tyson hacer sus rutinas de ejercicio, como siempre solía hacerlo. Por eso, me levanté del colchón y me encamine al baño para lavarme la cara y volver a salir. Pero, me detuve cuando me di cuenta de que Markie estaba parada en la puerta con una sonrisa y un pequeño pastel en sus manos.

- Feliz San Valentín- Comentó Markie con una gran y cálida sonrisa, caminando hacia mi para extenderme dulcemente el pequeño pastel de chocolate-. Buenos días, lo hice para ti.

Me quede sin palabras, tal vez, porque estaba agotado por el sueño. Y solo me quede mirando su vestimenta de oficial, y pensé que de seguro ella iba saliendo a su trabajo.

- Gracias, igualmente- Respondí tratado de sonar agradecido con voz lenta y adormilada, tomando el pastel que la rubia me había extendido para dejarlo sobre la cómoda junto a mi cama-. 

Markie pareció realmente feliz por mi simple respuesta y me abrazó con cierta timidez, cosa que me pareció muy tierna de su parte, pero ridícula, ya que yo jamás tendría algo con ella. Yo le pertenecía a Tyson. No entendía porque ella se esforzaba en conquistarme, se veía tan patética haciendo eso.

- Ya voy de salida al trabajo- Mencionó, y se paso tímidamente uno de sus mechones de cabello que le estorbaba en la cara detrás de la oreja-. Y la verdad... quería disculparme por haber sido una entrometida y molesta ayer, lo siento, Lucas.

Ella realmente se mostraba arrepentida, pero, no quería sus patéticas disculpas. Solo quería que se largara de una vez al trabajo para salir de casa sin tener que darle explicaciones de a dónde iba.

- Está bien- Contesté algo distante, y ella se apagó un poco por mi comportamiento arrogante-.

- Bueno, volveré en la noche, como siempre- Dijo tratando de sonar alegre y dulce para mi-. Pero, esta vez traeré pizza para la cena. Quiero que cenemos juntos y pasemos el rato como antes. Somos mejores amigos, y hoy es un día importante ¿no?

Claro que es un día importante, me le voy a confesar a mi chico.

- Si, se que es un día importante por nuestra larga amistad- Respondí, y ella me dedicó una de sus radiantes sonrisas-.

- Tratare de llegar antes de las diez- Dijo, y antes de encaminarse devuelta a la puerta y salir de mi habitación, agregó-: Ah y Lucas, te amo.

No le devolví aquella fuerte palabra, que solo pensaba en decírsela a mi Tyson, y cuando Markie finalmente cerró la puerta de mi habitación, corrí a lavarme la cara al baño y un poco feliz de que la rubia no me hubiera preguntado de que a dónde iba, ya que estaba vestido como si hubiera salido; cosa que si hice.

Cuando termine de lavarme la cara y me sentí un poco más despierto, salí del pequeño baño de mi dormitorio para acercarme al pequeño pastel que Markie había preparado para mi. Lo tome y comencé a oler su dulce olor. Olía realmente bien, y sabía que de seguro tendría buen sabor, ya que Markie era buena en la cocina y los postres. Pero, no lo quería, no quería su pastel. Además, odiaba el chocolate.

Por eso me encamine hacia la ventana de mi dormitorio, que daba al patio trasero de los vecinos, y tiré finalmente el pequeño y asqueroso pastel de Markie cuando una vez abrí la ventana. 

Vi como el pastel se hizo papilla cuando cayó al suelo. Y entonces, cerré la ventana para tomar mi celular que había dejado en la cama, para salir al parque y ver a mi Tyson hacer ejercicio.

***

Faltaban quince minutos para las seis de la tarde, para que comenzara el festival de San Valentín en el instituto. No podía creer lo rápido que el tiempo había pasado, y por alguna razón estaba nervioso por confesarme a Tyson. Pero, debía de mover el culo para no llegar tarde ya que aún seguía en mi casa. 

Estaba completamente desnudo de pie frente al espejo de mi habitación, mirando mi aspecto y lo mojado que estaba mi cuerpo ya que recién había salido de la ducha. Y aunque, aún no había elegido qué ropa me pondría, solo tenía en mi mente a Tyson, y en como sacaría las bolas para confesarme.

«Práctica tu confesión.» me susurró la voz de mi cabeza, y yo me mordí el labio cuando la escuché. Siempre odiaba cuando me decía qué hacer, pero, la verdad ella tenía razón, tenía que practicar antes de confesarme a Tyson. No podía titubear en ese momento. Tenía que tener el valor y la seguridad que un hombre debía tener.

Y entonces me miré fijamente en el espejo e imagine que mi reflejo era aquel ángel.

- Ty... Tyson- Carraspee, y quise golpearme por haber titubeado-. Tyson... tu m-me g-gus... ¡Mierda!- Grité frustrado por haberme mostrado tímido-.

Crispé mis manos en puños, y trate de tener valor. Levanté la barbilla, y también el pecho.

- Tyson...- Continué-. Tyson... t-tu m-me... tu m-me...

Solté un grito de frustración, y me llevé las manos a mis cabellos para apretármelos. 

- ¡Concéntrate, hazlo bien! ¡Hazlo bien!- Le grité a mi reflejo en el espejo-. 

Suspire, y lo volví a intentar.

- Tyson...- Carraspee, y volví a levantar la barbilla y a verme seguro-. Tyson... t-tu... m-me... ¡Mierda!- Grité con enfado, y volví a crispar uno de mis puños para darle un fuerte golpe al reflejo en el vidrio-.

El espejo se agrietó, y yo no sentí dolor por la ira que me invadía el cuerpo.

- ¡¿Por qué no puedes confesarte?!- Le grité con ira a mi reflejo-. Eres patético. Eres patético. Eres patético. Eres patético- Comencé a decirle una y otra vez-.

Y fue entonces cuando sentí la ira colérica devastarme, y comencé golpear una y otra vez el espejo con las palmas abiertas, hasta que crispé una de mis manos en un puño y lo golpee tan fuerte que llegue a reaccionar cuando vi que el espejo se había roto y los pedazos caían al suelo haciéndose añicos. De pronto, sentí un dolor punzante en los nudillos de mi mano, y cuando les eché un vistazo observé que estaban rotos y llenos de sangre.

Corrí alarmado devuelta al baño para verme la herida que me había causado el vidrio, y luego pensé en recoger los pedazos del desastre que había causado antes de comenzar a vestirme para irme al festival. 

Pero, antes de comenzar a vestirme y limpiar mi desastre pensé en llevar a una vieja amiga conmigo esta noche. Ya que si las cosas no salían como esperaba, pensaba recurrir a otros métodos.

Pensé, que sería bueno llevar uno de mis cuchillos.

Tyson me amaría.

O lo obligaría a hacerlo.

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