Tamara

Estoy caminando de un lado de la habitación al otro, son casi dos de la mañana y aun no sé nada de Marcus, mi cabeza no deja de pensar y ¿Si le paso algo? ¿Tal vez Gabriel estaba allí cuando fueron? No debí permitir que esto sucediera, no debí dejar que fuera, no debería causarle problemas a Marcus, me tiro en la cama pongo la almohada en mi cara y grito.

-Es una excelente forma de desahogarse, pero para una niña de cinco años tal vez- Miro inmediatamente hacia la puerta y veo a Marcus con una gran sonrisa en el rostro-

- ¿Estas bien? -Se acerca a la cama y se recuesta en el cabezal de ella - ¿Por qué llegas tan tarde? - Estira su mano para que me acerque a él, cuando la tomo me lleva de un tirón y me deja sentada sobre sus piernas -

-Estoy bien y tarde porque quería dejar las cosas bien hechas- Estamos demasiado cerca y eso me hace ponerme nerviosa sin contar la corriente eléctrica que siento recorrer todo mi cuerpo- Estas hermosa - Me dice de la nada y eso no ayuda, mi respira