Charlie in love
«Tal vez sólo sea un chico enamorado. Pero lo estoy de ti»
Nina leyó la nota y se sentó en las escaleras de su casa, él era tan romántico. Charlie era tan romántico. Aun se sentía extraña pensando que él era quien las escribía pero sus ojos no podían fallarle, ella lo había visto escribiendo una nota y estaba segura que había sido esta. Su madre llegó en el auto, se acercó a ella y la vio sonriendo.
— ¿Y esa cara de boba?
—No es de bob
Huyendo de ti—Charlie—le dijo Nina una vez cerca del castaño. Este volteó a mirarla nervioso al reconocer su voz—. ¿Eres quién escribe las notas?El chico la miró y se quedó en silencio por un momento. Nina comenzó a sentirse ansiosa, ¿cómo podía estar tan silencioso siempre?—No—intentó irse pero Nina lo sostuvo del brazo.— ¿Y por qué huyes? —lo miró a los ojos, el castaño cortó el contacto visual.—No huyo—le dijo bajo—. Tengo clases y llegar&e
Alan al rescateNina miró a Alan apenada, nadie debía haber visto esa escena. Tenía el brazo de Charlie agarrado mientras que Charlie tenía la mirada en sus pies y su corazón latiendo a mil por hora. Alan se acercó a ambos y miró a Nina serio.—Sólo dime que no haces esto porque estás intentando descubrir si él escribe tus estúpidas notas—le dijo él, Nina bajó la mirada.—No son estúpidas—susurró.—No negaste que sí lo hacías por eso—negó en desaprobación—. Deja a Charlie tranquilo—Nina sol
Planes—Creo que Alan me odia—le dijo a Bianca mientras iban en el autobús.—No te odia, sólo anda frustrado por alguna cosa.—Todos dicen eso, pero veo como sigue igual con ustedes y conmigo me habla rudo o me ignora—comentó—. No sé qué hacer, hoy me vio casi besando a Charlie y sentí como las palabras salían de su boca con odio.— ¿Has intentado hablar con él?—Se aleja de mí con alguna excusa—le respondió. Bianca sacó su teléfono y empezó a escribir algo— &iq
Pasos que no dio«Así como Kloss dijo una vez: estoy tan enamorado de ti que no puedo ver a nadie más.Me siento de esa forma contigo, ¿acaso está mal?»Dejó la nota en el pequeño cofre que utilizaba para guardar cada palabra que el chico le dejaba. Se echó en su cama y abrió la hoja con la lista de los sospechosos que había anotado; cada día parecía que se hacía más corta pero al mismo tiempo le hacía pensar que algo estaba mal.¿Por qué
Otra Perspectiva—Estoy rodeado de aficionados—dijo Alan luego de ver a Stuart intentar coquetear con Sierra—. No puedo creer que piense que así se trata a una chica—negó, Irene echó una carcajada.—Ahora vuelves a tomar tu trabajo en serio—le dijo Irene sonriendo—. ¿Te cansaste de intentar hacer que Nina te escuche?—Nina está centrada en encontrar al chico de las notas, así que dejaré que siga en eso—mencionó—. A este paso, ella conseguirá a alguien para el baile y yo siendo cupido no consigo ni un descuento en la tienda de mi tía.Irene
¿Y si se trata de una broma?Nina miró a Alan con ojos llorosos, las palabras del chico eran ciertas y eso era lo que más dolía. A veces se sentía torpe por esperar de un chico algo que no podía darse completamente ella. Alan tenía razón, no necesitaba a un chico para sentirse querida, podía hacerlo ella misma.—Yo creo que mejor los dejo solos—mencionó Irene alejándose, Alan asintió y tomó la mano de Nina.—Escucha Nina, sé que es algo difícil—confesó—. Todos tenemos problemas en distintos momentos y la forma más complicada de amar, es amarse a sí mismo, pero uno p
Sospechoso 11: Noah SabathNina miró como Noah acomodaba unos libros en la repisa. Ni se había acercado todavía porque no sabía cómo hacerlo por el momento, estaba sentado junto a Alan en la biblioteca; él había accedido ir con ella para leer un rato mientras que ella se preparaba mentalmente para hablarle al chico.Noah era uno de los tres chicos más conocidos de su clase, por lo que su influencia y popularidad le causaba un poco de timidez. Gino le había mencionado que era un chico agradable y Alan confirmó lo que había dicho el chico sobre que le gustaban las cosas cursis, por lo que no podía descartar la idea de que fuese quién le escribía las notas.
Sospechoso 12: Cory CoxNina miró con un ceño fruncido a Stuart, quien estaba de pie en la puerta de su casa. Llevaba una portátil en la mano y unos audífonos rodeando su cuello; el chico le sonrió y la saludó alegre esperando que ella dijera algo.— ¿Qué haces aquí? —le preguntó extrañada—. ¿Cómo sabes dónde vivo?—No es tan difícil—mencionó él—. ¿Puedo entrar? —ella le dio espacio para que entrara a la casa.El chico de lentes caminó hasta la sala y se sentó en el sillón, abri&oac