Si tan sólo...

Agnes:

Aquella escena había terminado por abrirme los ojos de la manera más dolorosa posible, en este punto, de la manera más ingenua, por no decir estúpida; no creí que mi corazón se pudiera romper todavía más, pero estaba equivocada, mi corazón se había fragmentado en pequeñas y diminutas partículas, respirar era casi doloroso, las ganas de vomitar eran tantas que una vez estuve a salvo en mi habitación, corrí al baño y sin más descargue lo poco, por no decir nada; que tenía en el estómago.

Lloraba mientras un líquido blanco salía de mi boca, me dolía la garganta y poco a poco me quedaba sin fuerzas.

Cuando no hubo nada que devolver, baje la palanca y me quede apoyada en el baño con la tapa abajo, la escena del despacho no dejaba de reproducirse en mi cabeza, logrando que mi maltrech

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