Inicio / Romántica / Corazón Indomable / Capítulo 6 Inclemente.
Capítulo 6 Inclemente.

Dos días después Aitana, ya tenía todo listo para partir hacia su nueva vida.

El primer destino que había elegido había sido, Miami. Allí tenía unos amigas, además sabía que el clima era inmejorable y la playa le sentaría bien.

Marcos había tratado por todos los medios de contactarla, lo último que le quedaba, era esperar a que en algún momento saliera de su casa. Después de todo lo que había sucedido, él no tenía sosiego, estaba desesperado por verla y hablar con ella.

Tenía la necesidad pedirle perdón sinceramente por todo lo que le había hecho. Muy tarde se había dado cuenta, que por preferir engañarla en lugar de amarla como debía, había perdido a una mujer que valía mucho.

Su padre lo había regañado hasta más no poder, sus estupideces lo hicieron perder todo lo bueno que tenía. Solo le quedaba su carrera, pero teniendo un enemigo como Lautaro, solo Dios sabía que podía pasar con él.

Mientras él vigilaba la casa de Aitana, ella se despedía de su familia allí.

_ Por favor mamá, no llores _ le decía ella abrazándola _ te llamaré todos los días, lo prometo ¿Si?

Quien más destruido estaba era Lautaro, aunque no lo demostraba, bajo ese atractivo e imperturbable rostro, su corazón estaba hecho añicos. No entendía porque Aitana decidía alejarse de ellos, en lugar de quedarse y enfrentar las cosas.

Apenas podía soportar despedirla allí, ya que ella no quería que fueran al aeropuerto. Aunque posiblemente verla partir, sería mucho peor.

Quien estaba disfrutando con todo ese espectáculo de de sufrimiento y llanto, era Verónica. Ver a su hermana y a Lautaro destruidos era un agradable placer para ella.

_ Adiós querida... y ya sabes, haz tu vida _ le susurró al oído _ no regreses hasta que te sientas preparada, hazme caso.

Ella asintió.

La joven abrazó a su hermano y a sus padres por última vez, tenía un enorme nudo en la garganta, que apenas la dejaba hablar.

_ Los llamaré apenas llegue, descuiden....no se preocupen por mí, estaré bien _ les dijo sonriendo.

Cuando se estaba yendo, su pecho comenzó a dolerle del pesar que sentía, abandonaba el hogar donde siempre se había sentido segura solo para aventurarse a algo totalmente desconocido para ella.

Cuando se estaba por subir al taxi, se detuvo unos segundos y miró hacia atrás.

Volvió corriendo y abrazó muy fuerte a su padre. El no soportó más y comenzó a sollozar.

_ Por favor, vuelve pronto. Te estaremos esperando... _ le dijo acongojado _ nunca te olvides que te amamos y que puedes contar con nosotros.

_ Lo sé y yo a ustedes _ dijo secándose las lágrimas.

Subió al taxi a toda prisa y ya no miró atrás, no soportaba ver a su querida familia sufriendo de esa manera.

_ Necesito hacerlo, solo así sabré que tan lejos puedo llegar sola _ musitó tratando de consolarse.

Cuando llegó al aeropuerto, tomó su equipaje y se dispuso a entrar para hacer los procedimientos de embarque, deseaba irse de allí cuanto antes.

_ Aitana...

La voz de Marcos la dejó atónita.

¿Qué hacía él allí?

Siguió adelante como sino lo hubiese escuchado, no quería saber nada más de él, no solo abandonaba la ciudad y el país. Lo abandonaba a él y a cualquier recuerdo que los uniera.

El joven corrió hacia ella y se interpuso en su camino para detenerla, se lo notaba demacrado y bastante desalineado, su rostro mostraba la incipiente barba de un par de días.

_ Déjame pasar Marcos, no quiero perder mi vuelo _ le ordenó ella fríamente _ sino lo haces llamaré a seguridad.

_ Aitana, necesito que me escuches, aunque sea por última vez pero hazlo _ le rogó él angustiado_ Necesito pedirte perdón por todo lo que te hice, no tengo justificación alguna, soy una basura...Tengo merecido lo que me está pasando, tuve que perderte para darme cuenta lo que significas para mí...

Ella respiró hondo y continúó adelante, como sino lo hubiese escuchado.

_ Necesito que sepas que realmente me enamoré de tí _ le espetó Marcos _ me di cuenta muy tarde , pero es así.

La joven se detuvo y apretó su mandíbula, se llenó de ira. Giró sobre sí, su mirada era gélida y oscura.

_ ¡Sinceramente Marcos, me vale m*erda lo que necesites tú! Para mí, tú estás muerto. Has perdido tu tiempo al venir aquí_ dijo tomando su equipaje para seguir su camino _ Por mi perdón no te preocupes, los muertos no necesitan el perdón de nadie.

Marcos se quedó en silencio. Era evidente que ella jamás la haría caso alguno, ni lo perdonaría jamás.

_¡Cuídate de Verónica! _ le gritó.

Pero Aitana ya no lo escuchaba. Ella ya se había perdido en el tumulto de pasajeros. Quizás si lo hubiese escuchado, se hubiera ahorrado muchos disgustos.

Pero así de caprichoso es el destino, en el mundo real, no siempre el bien triunfa.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo